INTERNACIONALES: CHRISTIAN RIOS M.

Colombia: terrorismo versus democracia

A lo largo de los últimos años, Colombia ha registrado una serie de acciones terroristas...

14 de Marzo de 2022

 

A lo largo de los últimos años, Colombia ha registrado una serie de acciones terroristas, particularmente en la frontera con Venezuela. Adicionalmente, se han multiplicado las amenazas mediante la inserción de explosivos improvisados, y se ha llevado a cabo un paro armado que no da tregua -decretado por el ELN y las disidencias de las FARC en armas. Todo ello fue confirmado por el presidente del país, Iván Duque, en uno de sus comunicados; allí también aprovechó el mensaje para remitir un contundente mensaje a las organizaciones terroristas, en donde subraya que Colombia no se doblegará ante criminales, y que los mismos serán enfrentados con contundencia. 
 
Colombia, FARC, Narcoterrorismo, Gustavo PetroSe contabilizan, entonces, un atentado contra la base militar de Chiriguaná; en Curumaní Cesar, se desactivaron cilindros bomba que tenían a civiles desarmados por objetivos; se registró un atentado en Soledad, con empleo de granadas; un ataque con explosivos en San Gil; se insertó una maleta con explosivos en el aeropuerto de Cúcuta; y otros. Mientras tanto, el Catatumbo, Norte de Santander, se ha convertido en una frontera casi incontrolable a partir de la circulación irrestricta de estupefacientes que parten desde Venezuela, escenario que ha dado lugar a una puja por el poder de estas rutas del narcotráfico, por parte del conjunto de grupos armados.
 
No es novedad que los referidos episodios y su correspondiente incremento de la criminalidad se estén presentando previo a unas trascendentales elecciones para el futuro del país, esto es, los comicios para el Congreso de la República, que se llevarán a cabo el 13 de marzo. Poco después, el 29 de mayo, tendrán lugar las elecciones presidenciales. 
 
Conforme lo dictan los hechos, esta es la manera de hacer política a la que recurren organizaciones terroristas como FARC, desde sus orígenes, con afinidad ideológica en el marxismo-leninismo, mientras que el ELN observa una filiación maoísta.
 
Se trata de categóricas ideológicas en las que el empleo de la fuerza es central a la hora de captar la sumisión de voluntades -coqueteando con una psicología criminal-, con el objetivo de condicionar y redirigir convenientemente el comportamiento de la sociedad en torno del terror. Así, pues, este componente plantea la necesidad de todo formato de lucha, focalizado originalmente en zonas rurales para luego complementarse con el accionar urbano. Las estrategias observan cierta antigüedad, en tanto reposan en conceptos que elaboran sobre la teoría del conflicto o guerra popular prolongada, desarrollada por Mao Tse Tung.
 
A la postre, los atentados contra el orden democrático persiguen el fin de socavarlo, con un objetivo político claro: infligir terror para conmover y, eventualmente, perturbar el status quo, tras lo cual la ideología deseada podrá imponerse al mecanismo de democracia participativa. Es así como los candidatos del espectro logran perfilarse en sus respectivos territorios como parte de una estratagema sin ambigüedad: completar la faena de sometimiento, en perjuicio del pueblo colombiano, en los planos social y económico.
 
Adicionalmente, es menester recordar que el empleo de la democracia como medio político para consolidar un modelo de partido único fue planteado ya durante la perestroika de Mikhaíl Gorbachov; sin embargo, esa metodología de infiltración antidemocrática ha sido empleada con éxito también por las nomenclaturas chavista (Venezuela), orteguista (Nicaragua), y castrista (Cuba).
 
En el terreno operativo, la mecánica de coacción social se torna visible en el financiamiento de organizaciones que luego promocionarán la puesta en marcha de paros civiles que también recurren a la violencia: cada población o distrito electoral terminan siendo secuestrados en su propio territorio.
 
Hoy, Colombia se encuentra a merced de movimientos populistas armado, estratégicamente alineados con manuales copiados al pie de la letra de la Rusia comunista de Josef Stalin, de la China comunista de Mao Tse Tung, y del juego táctico de expresión subversiva de Ho Chi Minh en el Vietnam. La nación colombiana, finalmente, se asoma al abismo de la pérdida definitiva de las libertades individuales y colectivas, mirándose en el espejo futuro de Cuba, Nicaragua o Venezuela. En tal sentido, la izquierda extremista se abraza al doble estándar de la 'paz armada'.

En el epílogo, millones de ciudadanos colombianos aspiran a no tener que certificar en los hechos la amenaza vigente, esto es, la del sometimiento definitivo de la libertad y la democracia, a causa del accionar terrorista. 

 
Sobre Christian Ríos M.

Ríos es Politólogo Internacionalista de la Universidad Militar Nueva Granada, Profesional en Ciencias Militares de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, y Administrador de Empresas; magister en Estrategia y Geopolítica en la Escuela Superior de Guerra- Colombia, en 'Estrategia y Geopolítica'. Es analista político, docente y columnista en el periódico El Quindiano (Armenia, Colombia) y en El Ojo Digital. Es Oficial en Retiro del Ejército Nacional de Colombia.