Sobre metaversos y fumaderos de opio
La pasada semana, Mark Zuckerberg anunció que la empresa tutelada por Facebook pasará a llamarse Meta...
10 de Noviembre de 2021
La pasada semana, Mark Zuckerberg anunció que la empresa tutelada por Facebook pasará a llamarse Meta, para reflejar la intención de diversificarse hacia un nuevo campo de negocios. Las cantidades que Zuckerberg está invirtiendo en ese nuevo producto sugieren que él espera que llegue a ser el dominante, probablemente dejando a Facebook atrás en ventas y rentabilidad, aunque quizás no en membresía. El hecho de que Facebook haya tomado esta decisión es una ominosa señal que ilustra sobre el rumbo que está tomando el mundo actual, consolidándose en una separación masiva frente a la realidad -particularmente entre la juventud.
Esta separación ha existido en las redes sociales desde siempre pero, en su mayor parte, de manera moderada. Para muchas personas de todas las edades, las redes sociales se han ido convirtiendo en medios desde los cuales escapar de la realidad, a criterio de proyectar un entusiasmo inexistente, una imagen visual photoshopeada, una actitud 'cool' ante la vida que no se corresponde con un vacío interno. No es exagerado pensar que la mayor parte de los usuarios de las redes llegan a éstas no ya para acercarse a sus amigos, sino para proyectarles esa imagen que quieren tener, para conquistar el invento más rentable que las redes han tenido, el click en el 'Me Gusta'.
Es obvio que las empresas que manejan las redes sociales se han percatado de que un elevado porcentual de sus seguidores las buscan con ese propósito. En tal virtud, se inventó el 'Me Gusta'. Personas que han trabajado en estas empresas han denunciado que las redes sociales, además de generar conscientemente conflictos entre los usuarios, también tienen claro que, en la creación de una competencia mortal por el 'Me Gusta' están arruinando la vida de no pocos adolescentes.
Pero esto no es nada comparado con lo que viene —la introducción del metaverso, que pretenden recrear mundos iguales al mundo real para que la gente pueda vivir vidas paralelas en ellos, y pagar suculentas cifras por hacerlo— en una operación que recuerda mucho lo que han sido los infames fumaderos de opio: sitios en donde los individuos buscaron huír de la vida real, pero convirtiendo esa escapatoria en un oneroso vicio.
En todos los multiversos, existen objetos virtuales que representan la realidad, conocidos ahora como Non-Fungible-Tokens (NFTs, o fichas no fungibles); estos representan terrenos, apartamentos y casas para vivir en ese mundo virtual, oficinas para trabajar en él, carros y aviones para transportarse, muebles para sentarse y comer, comida para servir en los comedores y restaurantes de todo tipo de comida, terrazas para asomarse y contemplar a los otros avatares circulando por la calle, centros comerciales, etcétera. Pero todo esto es de mentira. Lo único que es real es que todo es pago, como en la vida real, incluyendo su propia identidad, un avatar diseñado por Usted mismo, que Usted habrá de comprar para vivir a través de él.
Decentraland, una de las empresas, ha comerciado ya más de US$50 millones en terrenos que no existen, con parcelas individuales virtuales alcanzando precios de US$572 mil reales. Otra firma privada ha anunciado que vendió en una subasta un cuadro virtual, completo con certificado de autenticidad, por US$69 millones. Otras compañías han anunciado ventas de terrenos por US$250.000, a un precio de US$14 reales, por metro cuadrado inexistente.
¿Quiénes comprarían estos trozos de irrealidades pagando estos precios con dinero de verdad?
Hay de dos tipos. Unos, los que se espera que mantengan el negocio creciendo en el largo plazo, son personas que insatisfechas con la vida que viven, ni con las personas que son y, tal como los fumadores de opio, buscan huir de una realidad que es sólo una ilusión. Una segunda categoría se compone de aquellos que conocen la existencia de los primeros, y que se dedican a adquirir NFTs para revender a los futuros enviciados.
Este es un signo clarísimo de decadencia. Los enviciados en estos nuevos fumaderos de opio son personas que, gradualmente, abandonarán la vida real por las ilusiones de una vida imaginaria. Así se descuidó y degeneró China en los siglos XVIII y XIX. También Roma saltó al abismo, cuando sus ciudadanos abandonaron la realidad por otras distracciones. En apariencia, nos encaminamos hacia el mismo destino.
Jugar por un rato con un metaverso puede ser divertido para algunos. Enviciarse con él, así como lo han hecho con Facebook, sería una cabal muestra de un vacío existencial.
Jugar por un rato con un metaverso puede ser divertido para algunos. Enviciarse con él, así como lo han hecho con Facebook, sería una cabal muestra de un vacío existencial.
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@ElCatoEnCorto
Sobre Manuel Hinds
Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.