POLITICA ARGENTINA: SERGIO JULIO NERGUIZIAN

Argentina: sexo, droga y furia a la caza del nicho ausente

En marketing, se dice nicho al espacio o fragmento del mercado referido a un producto...

04 de Septiembre de 2021

 

En marketing, se dice nicho al espacio o fragmento del mercado referido a un producto o servicio determinado, especialmente cuando éste no está colmado o satisfecho, o si aún no ha sido descubierto. Abusando de la significación precisa, hace años que se habla de mercado electoral, es decir, de la suma de ofertantes (candidatos visualizados a través de sus discursos, historia personal e imagen construída) y demandantes (los ciudadanos legitimados para elegir en un comicio). 

Tolosa Paz, FdTLa franja etaria de ciudadanos que cuentan entre 16 y 25 años de edad constituiría, en principio, el fragmento de los jóvenes, en un sentido estrictamente biológico. Es decir que se trata de individuos nacidos entre 1996 y 2005. Suponiendo cierta madurez para la percepción de la realidad y el manejo de información sobre asuntos sociales elementales al llegar a los 12 años, esta generación habría adquirido estas habilidades entre 2008 y 2017, referencias cronológicas que resultan asombrosas por la cercanía con el presente.

Digamos ahora, previo a entrarle al meollo de la cuestión, que los ofertantes principales de las alianzas dominantes tienen edades que superan los 45 años. Una abuela que aparece en un afiche de campaña fácil de confundir con los que promueven champúes o acondicionadores para el cabello gana notoriedad en su condición de candidata a primera diputada por la Provincia de Buenos Aires, al manifestar que su fuerza alienta la actividad sexual fálica, o que la promueve, estimula y garantiza. Etimológicamente, el vocablo que empleó, considerado malsonante en los diccionarios que lo admiten, esto es, grosero o de mal gusto, deriva de una de las denominaciones vulgares del servicial miembro viril.

Horas después, la candidata a primera diputada de la oposición por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no tiene idea más deslumbrante que imaginar a una pareja consumiendo marihuana en un barrio cool de la ciudad, y contrastar la escena con preadolescentes de una villa aficionados a la misma hierba, pero que deben desempeñarse como empleados de narcotraficantes para acceder al beneficio. Más allá de la discusión en torno de la validez de las consideraciones deducidas de las situaciones enfrentadas, aparece naturalizada la conducta de los que consumen substancias estupefacientes como una actividad recreativa y esencialmente inocente, o inocua en términos de costos sociales.

María Eugenia Vidal, Javier MileiMeses antes de estas recientes ocurrencias, un ex arquero de fútbol devenido economista gana notoriedad, despotricando sin piedad contra la clase política, a través de un lenguaje en el que incita a la violencia, incluso la incendiaria cuando propone la incineración del Banco Central, absteniéndose de precisar  si el programa incluye el sacrificio de sus ocupantes.

Hay, en estas tácticas de seducción de la franja etaria que reúne a los jóvenes, tres visiones de la misma que comparten rasgos comunes. En el primer ejemplo, se parte del supuesto de que el hedonismo es rasgo esencial de las  personas que inician la fase reproductiva de sus vidas, confundidos ante la explosión hormonal y (como decían los integrantes de Les Luthiers) con todo lo que ello implica. Nótese que la candidata de marras restringió su estimulante arenga a la práctica del coito, al menos con respecto al alcance significativo de los términos. Algún antecedente podría hallarse en el hecho de que al fundador del Movimiento se lo distinguía con el honroso epíteto de 'El Macho'.

En la oposición heidiana (la adjetivación es una licencia que morigera nuestra madurez rebalsada), lo que opera es la idea de que la angustia y, en general, los desequilibrios emocionales que padecen los jóvenes ante la percepción del horrible mundo que les espera, legitiman que de vez en cuando tomen el atajo de una hierba (y, por qué no, alguna substancia), a fin de urdir esporádicos planes de evasión. En una plaza palermitana, la ceremonia es vista como inofensiva, conforme se adquiere con recursos propios, o fruto de la generosidad de sus padres -aunque la actividad principal de éstos fuera el contrabando de armas.

El tercer recurso proviene de una corriente -presente en numerosos países- autodenomianda libertaria, y cuyo rasgo dominante consiste en propiciar la demolición del orden establecido, la expulsión de una casta usufructuaria de prebendas generadas a través del Estado elefantiásico y bobo, e instaurar una versión aggiornada del credo anarquista y de un capitalismo ultraliberal. Su mentor aborigen exhibe ataques de furia que impresionan, no tanto como un acting sino mejor como un desequilibrio neurológico que aparentemente no recibe tratamiento médico. En este caso, la seducción de los jóvenes opera proponiendo la descarga de energía excedente, derivada de la orgía de testosterona y progesterona en que se debaten. En nuestra lejana juventud, un grupo de rock atrapó nuestra devoción con el título de un tema antes de escucharlo: Rompan Todo (The Shakers).

Los jóvenes constituyen un verdadero nicho del mercado electoral. Por lo tanto, en su condición de potenciales consumidores, requieren un discurso de cautivación que se ajuste al perfil prototípico con que se los imagina. Sexo, droga y furia de los mensajes que comentamos, parecen apuntar a tres flancos vulnerables del sector. El primero, de raigambre biológica; el segundo, como alternativa a la frustración; en el plano psicológico, y ya en el tercero, una incitación a la acción -un movimiento incluso físico tendiente a sepultar la sociedad de los padres. Sobre una población estimada de 45 millones en 2020, la franja de habitantes que va de los 15 a los 24 años constituye el 15,2%, algo menos de 7 millones.

Suponiendo que la franja de 16 a 18 años es aún indiferente al uso del derecho (aún no obligación) al voto, y restando un porcentaje que reuna a los que se abstienen, más una ínfima porción de extranjeros, puede calcularse con prudencia que el grupo reúne al menos a 5 millones de electores. Si se tiene en cuenta que en 2019 se emitieron casi 27 millones de votos válidos, la franja joven representa un notable 18%. Si reparamos, a su vez, en que la última elección general ungió ganador al candidato que superó en un 8% a su inmediato perseguidor,
tendremos una idea más acabada tanto de la importancia concreta del sector como de los actos de cuasi desesperación proselitista con que los candidatos se han abalanzado a la caza de la huidiza presa.

A lo largo de los últimos años, ha sido evidente la caída inocultable del interés joven por los asuntos públicos.

Aquéllos se han criado escuchando a sus padres lamentar la ruina de una nación destinada a algo parecido al Edén, por culpa de una clase dirigente inepta o corrupta, la carnicería de los años de plomo, el dolor de una guerra insensata, la inestabilidad e incertidumbre económica como constante y, en fin, una dolorosa elegía por lo que pudo ser y no fue. La mediocridad de nuestra clase dirigente lo prueba el hecho de intentar la adhesión de los jóvenes, sin presentarles programas o proyectos que movilicen su entusiasmo y vitalidad naturales.

Como hemos visto, todo se ha reducido a ofrecer compensaciones que parten de la inexorabilidad de su condena como generación perdida, en términos de realización individual y colectiva. La gran picardía parece ser aprovechar el virtual estado de shock en que parece aturdida la franja etaria, e inducirla -vía mensajes hipnotizantes- a la simpatía sin compromiso.


 
Sobre Sergio Julio Nerguizian

De profesión Abogado, Sergio Julio Nerguizian oficia de colaborador en El Ojo Digital (Argentina) y otros medios del país. En su rol de columnista en la sección Política, explora la historia de las ideologías en la Argentina y el eventual fracaso de éstas. Sus columnas pueden accederse en éste link.