ECONOMIA INTERNACIONAL: JAMES M. ROBERTS

Legisladores conservadores en EE.UU. rechazan calificación de 'nación subdesarrollada' para China

Un núcleo de senadores estadounidenses del Partido Republicano han presentado una legislación que impediría...

11 de May de 2021

 

Un núcleo de senadores estadounidenses del Partido Republicano han presentado una legislación que impediría a China seguir explotando su status de 'nación subdesarrollada' en el Banco Mundial a efectos de acceder a tasas de interés crediticias en extremo beneficiosas -esto es, bajas-, que en gran parte son financiadas por contribuyentes estadounidenses. Mientras tanto, Pekín insiste en su agresiva y gigantesca trampa diplomática de deuda conocida como 'Nueva Ruta de la Seda'; a la sazón, programas de créditos para desarrollo con alcance mundial.

Xi Jinping, Comportamiento abusivo de China, PekínEl Acta de Preservación de la Integridad del Banco Mundial, de 2021, fue vuelta a ser presentada por los senadores Chuck Grassley, Republicano por Iowa; Marco Rubio, Republicano por Florida; Tom Cotton, Republicano por Arkansas; Ted Cruz, Republicano por Texas; y Rick Scott, Republicano por Florida, el pasado 30 de abril. A tal respecto, declaró Grassley que el objetivo de la legislación es 'recortar el acceso de Pekín a bajas tasas de financiación de deuda'.

De acuerdo con Grassley, 'China ha estado prestando fondos por fuera de sus fronteras, a criterio de ampliar su influencia durante años, mientras que también se hace del dinero en créditos del Banco Mundial, fondos financiados por los contribuyentes en los Estados Unidos de América'.

La legislación de referencia 'aportaría medios de corto y largo plazo para quitarle a China el status que le permite recibir créditos, bloqueándose también cualquier crédito a China o a otros países que se excedan de los límites exigidos por el Banco Mundial, o bien que representen un riesgo para la libertad religiosa'.

Duranta décadas, el gobierno comunista de China ha explotado su status como nación en desarrollo, en el concierto de las organizaciones internacionales, para acomodar los sistemas de éstas a sus intereses, y con la meta de evitar rendir cuentas y hacer frente a cargas de costos que sí deben ser enfrentadas por países subdesarrollados.

Por ejemplo, amén del hecho de que la República Popular China tiene un asiento permanente en el poderoso Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con poder de veto, China continúa siendo una 'nación subdesarrollada' y miembro de ONU. Esto es así, a pesar de que cómodamente se ha atenido a las exigencias del Banco Mundial y a que ha abandonado el status real de nación subdesarrollada en 2016.

Esto significa que el Banco Mundial considera a China como una nación que supera los ingresos medios; sin embargo, Pekín insiste en mantener su trato preferencial como país en desarrollo.

De igual modo, China se aferra a su status 'subdesarrollado' en el Fondo Monetario Internacional, en el acuerdo climático de París, y en otros numerosos foros internacionales.

Los analistas del think tank estadounidense The Heritage Foundation -en Washington, D.C.- han informado en reiteradas oportunidades los modos en que China se apalanca para beneficiarse de la masiva ampliación que la Administración Biden propició para el mecanismo de 'derechos especiales de giro' (special drawing rights) en el Fondo Monetario Internacional.

El senador John Kennedy, Republicano por Lousiana, y su par French Hill, Partido Republicano, por Arkansas, han liderado el esfuerzo conservador para ponerle fin a ese comportamiento potencialmente abusivo de China. Conforme fuera informado por agencia Reuters, Hill le escribió a Janet Yellen -Secretaria del Tesoro- que la masiva ampliación de los derechos especiales de giro (nuevamente, episodio que se concreta a expensas de los contribuyentes estadounidenses) 'aportaría liquidez incondicional a algunas de las dictaduras más brutales del mundo'.

El citado status chino también tiene lugar como resultado del éxito de Pekín a la hora de tomar ventaja de marcos regulatorios tipificados en tiempos pretéritos, en una época en donde era impensable que una nación comunista pudiera convertirse en una superpotencia económica. Esa creencia se vio reforzada al colapsar la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. China, sin embargo, ha evitado transitar por el mismo sendero de errores que los soviéticos.

El año pasado, el ex presidente Donald Trump criticó a China por emplear su status de 'nación subdesarrollada' en la Organización Mundial de Comercio, para exigir un trato preferencial -aún cuando Pekín se involucra con frecuencia en prácticas comerciales injustas.

Finalmente, resulta esperanzador observar que ciertos legisladores del espectro conservador se han propuesto ponerle fin al comportamiento depredatorio y abusivo de la República Popular China, y lo propio con los privilegios que comporta su membresía en organismos internacionales.



Artículo original, en inglés

 

Sobre James M. Roberts

Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití