Vietnam rindió homenaje a Ho Chi Minh

Este 19 de mayo, Vietnam conmemoró los 130 años del natalicio de Ho Chi Minh. En la perspectiva de los ciudadanos de esta nación del sudeste asiático -cuyo nombre es más conocidos a partir de la guerra-, la vida y el ejemplo de Ho Chi Minh no les pertenece de manera exclusiva; para Vietnam, el legado de la histórica figura le pertenece también a todos los pueblos y, fundamentalmente,  a las 'fuerzas progresistas que luchan por un mundo mejor'.

 

El 'Tío Ho' -así se lo recuerda en su patria- dio inicio su extensa vida y trayectoria militante en Europa, donde trabajó como cocinero y, tiempo después, marinero. Participó del Partido Socialista Francés y, a posteriori, en el Partido Comunista. Años más tarde, visitó la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y China, organizando a sus compatriotas en las filas comunistas.  

 

Fundador del Partido Comunista de Indochina (Vietnam, Camboya y Laos), hacia 1941, Ho Chi Minh fundaba el Viet Minh (Liga por la Independencia de Vietnam), edificando un ejército guerrillero dirigido por Vo Nguyen Giap, cuerpo que, en 1954, logró eyectar a los franceses. Sin embargo, la victoria definitiva tuvo lugar el 30 de abril de 1975, con la derrota de las fuerzas armadas estadounidenses a manos de las Fuerzas de Liberación Nacional. Parte de esa victoria cobró forma en la ansiada unidad nacional, y en la constitución de la República Socialista de Vietnam.

 

Ho Chi Minh falleció en el año 1969. En el transcurso del tiempo, ¿a qué valores remite la figura de ese héroe de una lejana nación como Vietnam, para muchos en la actualidad?

 

En primer lugar, Vietnam destaca y enaltece su ejemplo como fervoroso militante, ciento por ciento devoto de la causa. Ho Chi Minh dedicó su vida entera, primero desde la Gran Bretaña, luego desde Francia y China y, al final, desde Vietnam, a la organización política y social -convicción que también llevó al terreno del combate, armas en mano. 

 

Los vietnamitas ven a la creación y organización del ejército popular, y de la 'lucha popular contra el imperialismo francés y estadounidense' -en el aspecto material, significativamente más poderosos que sus rivales vietnamitas- como el principal aporte legado por Ho Chi Minh.

 

Conforme se ha evidenciado en los enfrentamientos bélicos a lo largo de su historia, la ciudadanía vietnamita supo edificar su victoria gracias a la movilización popular, al respaldo y a la solidaridad internacional obtenidos, en gran medida, debido a una orientación política acertada frente a la opinión pública mundial en general, y frente a la de los Estados Unidos de América en particular, por parte de Ho Chi Minh y la dirección del Partido Comunista de Vietnam (Đảng Cộng sản Việt Nam).

 

En otro orden de cosas, Ho Chi Minh también fue conocido por su estilo de vida austero, y por el sacrificio personal dedicado a la causa. Modelo que ciertamente ha sido emulado por pocos dirigentes del concierto internacional actual -ni aún muchos de aquellos que se proclaman antiimperialistas, y hasta socialistas. Alguna vez, el general y ex presidente mexicano Lázaro Cárdenas supo decir: 'Ho Chi Minh y Gandhi fueron dos luchadores, ejemplos de virtudes cívicas en la historia universal, que sirvieron a su patria con estoica rectitud, sin omitir esfuerzos personales, sin vanidades, y portando con el único objetivo de liberar a sus pueblos de la opresión extranjera'.

 

En lo político, Ho Chi Minh logró fusionar y adaptar el marxismo, el internacionalismo y el proyecto de sociedad socialista, a las condiciones sociales y al sentimiento nacionalista y patriótico del pueblo vietnamita. 

 

La decisiva victoria de 1975 -resultado de la conducción política que Ho Chi Minh personificara y nutriera durante toda una vida- representó la primera derrota política-militar de los Estados Unidos de América. En Vietnam, ese triunfo es ponderado como una victoria 'de toda la Humanidad, inclusive de las fuerzas progresistas de los propios Estados Unidos', aunque Ho Chi Minh no estuvo presente para verlo. Bajo la dirección de Ho Chi Minh, el pueblo vietnamita ha demostrado que la victoria contra enemigos más poderosos no consigna necesariamente una utopía. 

 

Hoy día, la República Socialista de Vietnam sigue obsequiando lecciones para el mundo. Para los vietnamitas, el crecimiento económico promedio del 6% anual (segundo más alto después de la República Popular China) certifica la viabilidad del modelo socialista. Más aún, cuando el proceso ha sido acompañado de una política de renovación y reformas económicas conocidas como Doi Moi (puestas en marcha en 1986). En tal sentido, será difícil no ponderar equilibradamente los éxitos de magnitud que Vietnam ha sabido cosechar en las últimas semanas, en su batalla contra el coronavirus. Mediando una combinatoria de medidas de confinamiento implementadas por el gobierno, respaldadas por el partido y por las organizaciones de masas, en todo su territorio nacional, Vietnam ha logrado contener la enfermedad, sin registrarse al día de la fecha un sólo deceso.

 

Este martes 19 de mayo, los vietnamitas conmemoraron no solo el 130 aniversario del natalicio del héroe, sino el hecho de que la obra y el espíritu de Ho Chi Minh siguen vivos, hoy en los notorios avances que Vietnam se ha obsequiado en todos los campos de la vida humana.