Las 'fake news' parten de Washington: 'perception management' y operaciones de influencia
Quizás resulte inusual contar con un gobierno que tenga semejante desdén...
Quizás resulte inusual contar con un gobierno que tenga semejante desdén por lo que una mayoría entiende lo que es la verdad, viendo lo que sucede con el grupo de niños traviesos que administra a los Estados Unidos de América. Sin dudas, el Secretario de Estado Mike Pompeo es un desvergonzado y un mentiroso como no se ha visto antes, mientras que el propio presidente se exhibe tomando medidas sobre la marcha, particularmente si un determinado episodio sirve para hacerlo ver bien ante el público. Sin embargo, es importante reconocer que la sociedad entre mentira y gobierno viene de larga data, posiblemente desde que los primeros habitantes de las cavernas eligieron a un líder para que guíe a la tribu en la caza del mastodonte.
Mentir es el rol que tradicionalmente le cabe a los servicios de inteligencia. Los romanos contaban con un servicio de espionaje que se desenvolví en el palacio imperial, y que proporcionaba inteligencia política y militar a lo largo del vasto imperio. Ese servicio incluyó lo que podría calificarse como operaciones de distracción, ejecutadas para confundir al enemigo frente a intenciones y capacidades. En siglos más reientes, los británicos se volvieron verdaderos maestros tanto en la mentira como en el espionaje. Las más importantes operaciones de influencia desde la inteligencia ejecutadas contra los Estados Unidos han tenido como consecuencia el involucramiento estadounidense en ambas guerras mundiales.
En la actualidad, la agencia de espionaje más prominente del globo en términos de recurso humano, recursos materiales y alcance mundial es, sin lugar a dudas, la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Esto no implica sugerir que se trate, necesariamente, de la mejor agencia de inteligencia, conforme organizaciones más pequeñas, flexibles y enfocadas en objetivos pueden superar holgadamente a espías de las naciones principales en áreas nicho que las primeras consideran importantes. El eslogan no oficial de la CIA ha sido extraído del Libro según San Juan, en la Biblia: 'Y habréis de conocer la verdad, y la verdad os hará libre'. Expresión que, en sí misma, es una operación de distracción por cuanto la Agencia, actuando para la Casa Blanca, no ha bendecido a nadie con la verdad, en los últimos tiempos. El eslogan del Mossad israelí, mientras tanto, es más directo, y también bíblico; teniendo su origen en el Proverbios. Ha sido traducido del hebreo como: 'A través de la distracción, harás la guerra'. Aunque también ha sido traducido del siguiente modo: 'A través de sabios consejos, ejercitarás la guerra'. El concepto 'sano consejo' podría ser descrito como una forma sesgada de describir a la mentira.
Las numerosas agencias de inteligencia del gobierno federal están groseramente involucradas en la mentira, de tal suerte que tienen una serie de eufemismos que les permiten mentir al respecto de casi todo. La CIA, por caso, entiende que la diseminación de información falsa es parte de su 'acción encubierta', mientras que los militares prefieren variantes expresivas del estilo de 'perception management' o 'administración de la percepción de información'. Ambas partes, ocasionalmente se refieren a operaciones 'de influencia' o 'destinadas a influenciar'. En cualesquiera de los casos, en rigor se trata de una 'guerra informativa' en la que ideas y palabras son empleadas para dar forma a una perspectiva favorable a un país que se involucra en el ejercicio de inflingir daño a sus enemigos.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos define al concepto 'perception management' como aquellas 'acciones para convenir o denegar información seleccionada e indicadores a audiencias del extranjero, a criterio de influenciar sus emociones, incentivos y razonamiento objetivo, así como también es dirigido a sistemas de inteligencia y a líderes en todos los niveles, con el fin de influenciar estimaciones oficiales, lo cual a la postre resultará en comportamientos y acciones del extranjero que serán favorables a los objetivos del originante. En varios formatos, la acción de perception management combina la proyección de la verdad, la seguridad en operaciones, cobertura y distracción, y operaciones psicológicas'. En otras palabras, el perception management se sintetiza en un mecanismo multitarea diseñado para lograr que un adversario piense o crea las cosas como uno lo desee, sin importar, en definitiva, la naturaleza de la verdad.
Históricamente, la CIA se ha dedicado a diseminar desinformación principalmente desde piezas publicadas en la prensa, utilizando a agentes y colaboradores en todo el mundo, a los efectos de circular relatos sobre los que se presume respaldaban los intereses estadounidenses. El peligro con esto era que los relatos que circulaban por el orbe internacional también regresaban luego a los medios estadounidenses y, como resultado, desinformaban pari pass al público local. En los años setenta, la Agencia decidió limitar el tiro por la culata, posicionando historias y relatos en medios extranjeros cuyo contenido era muy improbable que alguien recogiera en territorio estadounidense. Sin embargo, en la actualidad, dada la proyección del Internet y la sencillez que caracteriza a las comunicaciones globales, ya no es posible ejercitar ese tipo de control, y uno debe asumir que, en determinados porcentajes, posiblemente en significativa magnitud, la desinformación se origina principalmente en el gobierno de los Estados Unidos de América.
De igual manera, el Pentágono se ha involucrado en el juego de distracciones, particularmente en términos de justificar la Guerra de Vietnam, posicionando relatos que enfatizan la amenaza existente contra los EE.UU. -detalle que, desde su esencia, es una invención. Maniobra similar a la que siguió después, desde la Oficina para Influencia Estratégica (OSI) del Departamento de Defensa en 2001, que luego sería reemplazada por la Oficina de Planes Especiales y el Grupo de Evaluación para Políticas Contraterroristas (PCTEG), todas las cuales han promocionado información de inteligencia falsa o convenientemente inflamada, para sugerir que el gobierno iraquí estaba construyendo un arsenal de armas de destrucción masiva que podría llegar a ser empleado para atacar territorio continental estadounidense. La intención coincidió con edificar respaldo público para un ataque armado contra Irak, porque, como alguna vez lo admitiera el propio ex presidente George H.W. Bush, 'una de las principales dificultades de mi trabajo es vincular a Irak con la guerra contra el terrorismo'.
Y, ahora, viene la parte de terror. Defense One, que circula entre contratistas de la defensa y también en el seno de los servicios armados, está informando por estas horas que 'Dos ex funcionarios top de operaciones especiales afirman que su trabajo era para juniors, y que el Pentágono no está tomándose en serio la guerra informativa. A pesar de los cambiantes presupuestos militares, destinados a mantenerse al día frente a la competencia, existe un área en donde naciones como China, Rusia e incluso Irán están demostrando ser frustrantes para el Departamento de Defensa: las operaciones de influencia'.
El artículo plantea el reclamo siguiente: 'Hoy día, no hay una persona que esté directamente al comando de todas las "operaciones de influencia", en ningún sector del Departamento de Defensa'. Esto es, naturalmente, algo bueno, aunque Defense One no lo ve de esa manera. El texto prosigue, describiendo el modo en que funciona el sistema actual, y que incluye el empleo de un Center de Operaciones en Internet (WebOps Center), creado para 'acceder a riesgos y oportunidades en el espacio global de la información', gran parte del cual hace estrictamente al interés de los cráneos del Pentágono. Una cita incluída en la pieza describe, misteriosamente, cómo el 'Departamento de Defensa cuenta con una impresionante cantidad de habilidades, versadas en información, pero que ha reprimido a todo nodo basado en la excelencia, sin integrarlo a lo largo del departamento, a efectos de implementar una mensajería estratégica'.
Al cierre, el texto concluye que, al considerarse cómo debe procederse a la creación de una posición mejorada para la Subsecretaría de la Defensa, con la meta de administrar todas las 'operaciones de influencia' del Pentágono, institucionalizándose el proceso al más alto nivel, desarrollando algo así como un Ministerio de la Mentira. Pues, bien; a nadie debería sorprender que Estados Unidos cuente con un brazo fuerte de propaganda; sin embargo, lo que resulta interesante, y que se discute tan abiertamente y al detalle es que ni siquiera existe una 'negativa plausible' sobre lo que está sucediendo. Y es ciertamente una ilusión creer que las mentiras del gobierno no influencian a la política pública, o que no tuercen el rumbo de las elecciones.
En una democracia, una ciudadanía informada es esencial, de tal suerte que la política pública no tenga otro camino que atenerse a los hechos, en todo lo que sea posible. Fue el Pentágono, en realidad, y luego de ser aguijoneado por una prensa honesta en Vietnam, el espectro que decidió afincar a periodistas en zonas de conflicto, a efectos de influenciar y controlar aquello que ven y luego reportan.
El gobierno a través de la mentira no construye una política pública buena, en tanto logra reducir la credibilidad de un gobierno, aún cuando sus funcionarios estén diciendo la verdad. La ciudadanía estadounidense que está dando fe a lo que parte de operaciones de influencia, merece algo mejor.
Traducido y republicado con permiso del autor | Publicado originalmente en Strategic Culture Foundation (Estados Unidos)
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.