INTERNACIONALES: PHILIP GIRALDI | REALPOLITIK

Sobre la inmunidad diplomática y RAF Croughton: Trump, a por los británicos

El curso de ineptitud por el que ha optado la política exterior de los Estados Unidos continúa...

04 de Marzo de 2020


El curso de ineptitud por el que ha optado la política exterior de los Estados Unidos continúa, con la Administración Trump yendo presionando al segundo mejor amigo histórico del país, la Gran Bretaña. Siendo que Trump ya había insultado en reiteradas oportunidades a su más antiguo aliado, Francia, durante el pasado año, ahora sólo podía esperarse que los británicos fueran el próximo objetivo, sumándose al otro aliado europeo crítico, Alemania, que está hoy siendo sometido a amenaza de sanciones por adquirir gas natural desde Rusia.

Giraldi, RAF Croughton, CIA, Accidente, Harry DunnEn lo que consignó el más reciente episodio de ignorancia internacional, los medios de comunicación británicos informaron sobre una muerte surgida de un accidente de tránsito, que involucró a la esposa de un empleado técnico del gobierno estadounidense, quien se desempeñaba en una instalación secreta de comunicaciones en Inglaterra. El relato ha cobrado relevancia en los titulares en la Gran Bretaña desde agosto pasado, momento en que tuvo lugar el incidente, con el grueso de las editoriales responsabilizando a la Casa Blanca y al Departamento de Estado por interferir con la justicia. La mujer, Anna Sacoolas, según se informó, se hallaba conduciendo del lado incorrecto de la ruta en cercanías de la base aérea Croughton de la RAF en Northamptonshire -localidad que hace de anfitriona para la instalación de comunicaciones-, cuando impactó de frente contra la motocicleta que controlaba el ciudadano británico Harry Dunn. Dunn pereció en el acto.

Sacoolas fue interrogada por la policía y, al ser liberada bajo la aceptación de que las autoridades le realizaría más preguntas, la Embajada de los Estados Unidos transportó a la mujer, a su esposo Jonathan y a sus tres hijos en un avión, llevándolos de regreso a Washington -argumentando inmunidad diplomática luego del episodio. Los británicos no aceptaron ese argumento, y exigieron que Anne Sacoolas fuera extaditada hacia el Reino Unido, para hacerse responsable por lo que había provocado, negando que ella portara inmunidad diplomática porque ella había abandonado el país sin plantear esa cuestión.

El Secretario de Estado Mike Pompeo rechazó el planteo británico, argumentando: 'Si Estados Unidos hiciera lugar al pedido de extradición del Reino Unido, ello sería equivalente a convertir en nulo el planteo de inmunidad diplomática, lo cual sentaría un precedente extraordinariamente perturbador'. En palabras sencillas, Pompeo estaba diciendo que, bajo ninguna circunstancia, reconocería que la muerte de un ciudadano extranjero justificaría que el gobierno estadounidense tolerara la presentación de un funcionario americano ante un tribunal -ni aún cuando ello tuviese lugar en una nación de la Europa Occiental, en donde los acusados son tratados con justicia.

En el mes de octubre, Sacoolas fue entrevistada por oficiales de policía en los Estados Unidos y, en diciembre, el gobierno del Reino Unido la acusó por 'provocar una muerte en razón de conducción peligrosa', dejando en claro que se requería la cooperación de parte de Washington. El primer ministro británico Boris Johnson también advirtió que llevaría el tema directamente al presidente Trump, sobre el particular. Sin embargo, el Departamento de Estado se rehusó a colaborar, y Sacoolas fue vista por última vez cargando combustible en su vehículo en la localidad de Falls Church, en el estado americano de Virginia.

Por cierto, hay mucha más información en torno de esta historia. El matutino británico Daily Mail ha publicado una pieza en la que afirmaba que marido y mujer eran empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), aún cuando ella no se hallaba 'activa' en el puesto que le fuera encargado en el Reino Unido. Amén de ello, el artículo periodístico expresó que Anne Sacoolas tenía un grado superior al de su esposo.

El artículo del Mail se respaldó en fuentes anónimas y, por el modo en que fue planteada la información, se sugiere que el gobierno estadounidense se rehúsa a extraditar a Anne Sacoolas porque ella es una oficial de inteligencia, activa o lo que fuere. Las implicancias parecen apuntar al hecho de que Washington teme que Sacoolas sea interrogada por la policía británica y que, en el evento, revele -consciente o inconscientemente- detalles sobre operaciones secretas o clasificadas de la CIA.

Una explicación más mundana para la nula predisposición del Departamento de Estado a la hora de retornar a Sacoolas a Inglaterra explicita que ello comprometería los convenios de cobertura en la base Croughton. Y la afirmación de que ella y su marido pertenecen a la CIA también debería ser debidamente ponderada. Los medios de comunicación europeos y del resto del mundo tienen por costumbre rotular a cualquier elemento de inteligencia como vinculado a la CIA. Siendo que Croughton es, presuntamente, un centro crítico de comunicaciones y un 'puesto de escuchas' de intercepción para el gobierno americano, ello involucraría también a elementos pertenecientes al conglomerado de tres letras que hace al mundillo de la comunidad de inteligencia y, a su vez, el aspecto involucraría a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), así como también a dignatarios de los servicios armados y al Departamento de Estado.

El argumento en torno de regresar a Sacoolas a la Gran Bretaña se centra en su uso o abuso de la inmunidad diplomática. La inmunidad consular y diplomática han sido definidas por la Convención de Ginebra para Relaciones Diplomáticas, redactada en 1961, pero sus provisiones no son las mismas para todos los empleados que se desempeñen en el exterior. En principio, la inmunidad diplomática se convirtió en una práctica establecida a efectos de impedir que gobiernos específicos utilicen las leyes para, maliciosamente, acosar al emisario de una nación extranjera. Inevitablemente, esto ha dado lugar a situaciones bizarras, en las que se ha abusado del referido privilegio. En 2010, un diplomático qatarí, Mohammed al-Madadi, llegó a los titulares, cuando fue sorprendido por un alguacil aéreo fumando en el baño de una aeronave comercial que se trasladaba desde Washington a Denver. El funcionario bromeó sobre el tema, afirmando que se hallaba encendiendo una bomba que ocultaba en sus zapatos, previo a esgrimir la cuestión de la inmunidad diplomática al ser liberado luego por la policía.

En realidad, los embajadores y los representantes de misión -junto a sus familias- cuentan con inmunidad plena y pueden cometer delitos, mientras que la nación anfitriona cuenta con la opción que esos individuos regresen a sus países bajo la etiqueta de personae non gratae (PNG). Los diplomáticos que cuentan con algo similar a la inmunidad diplomática plena son normalmente aceptados por la Cancillería del país anfitrión, y luego son ingresados en un listado de diplomáticos. Otros empleados de embajadas, incluyendo a aquellos que se desempeñan en misiones consulares, cuentan con lo que se denomina 'inmunidad funcional', lo que significa que se encuentran protegidos, siempre y cuando estén realizando labores vinculadas a sus empleos en la misión extranjera. Otros empleados administrativos de las embajadas -los cuales no tienen tareas diplomáticas relacionadas- carecen por completo de inmunidad.

No queda para nada en claro cómo es que Jonathan Sacoolas, identificado como 'empleado técnico' y como 'oficial de inteligencia' por numerosas fuentes, contaba con inmunidad diplomática, conforme claramente no desempeñaba función alguna como diplomático, y desarrollaba tareas en el sitio de comunicaciones. Es posible que exista allí algún tipo de acuerdo tácito con el gobierno británico, a la hora de encubrir a oficiales de inteligencia que han sido declarados ante los servicios de seguridad del Reino Unido.

Siendo que el caso Sacoolas aún se halla bajo tratamiento por parte de los medios, uno podría pensar que la Administración Trump debería dirigirse en mejores términos al más cercano aliado de los Estados Unidos, si de lo que se trata es de deshacer algo del daño causado. Pero, no. Donald Trump no ofrece discursos bonitos, y se exhibe furioso con Boris Johnson, porque el gobierno británico ha contratado al gigante tecnológico chino Huawei para que ese consorcio construya parte de la eventual red de telefonía celular 5G en el Reino Unido. De acuerdo al matutino Financial Times, Trump se desplegó en una furia 'épica' contra Boris Johnson, en un tenso llamado telefónico, previo a colgar el tubo. A consecuencia de ello, Boris decidió cancelar su periplo a Washington.

El presidente estadounidense, afirmando que el empleo de tecnología china es 'muy peligroso' y que es un 'asunto de seguridad', amenazó con que habría consecuencias a partir de la decisión británica, incluyendo la implementación de algunos límites sobre el protocolo de información de inteligencia compartida conocido como Five Eyes. Adicionalmente, habrá menos predisposición desde los EE.UU. a la hora de favorecer el ingreso de la Gran Bretaña en un acuerdo de libre comercio. Johnson, tras el intercambio verbal, argumentó que no había alternativa comercial disponible a la tecnología china. Trump también mostró su enojo por la recurrente adhesión de Londres al Plan Abarcativo de Acción Conjunta (JCPOA) cuyo fin era monitorear el programa nuclear iraní y que buscaba prohibir que Teherán contara con ese tipo de armamento. Los funcionarios que en su momento se involucraron en los arreglos de la 'relación especial' bilateral entre los Estados Unidos y el Reino Unido creen que las rispideces entre ambos países, fogoneadas por la costumbre de Trump de interpretarlo todo como una afrenta personal siempre que alguien se muestre en desacuerdo con él, son amplias -y que van en aumento. De ser reelegido Donald Trump en noviembre próximo, es probable que, hacia 2024, a los Estados Unidos no le quede ningún amigo en Europa.


Artículo original, en inglés | Traducido con permiso del autor; publicado originalmente en Strategic Culture Foundation (Estados Unidos)


 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.