INTERNACIONALES: PETER BROOKES & BRAYDEN HELWIG

Tres tempranas lecciones sobre la crisis del coronavirus en China

La Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de Naciones Unidas, anunció el pasado...

04 de Febrero de 2020

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de Naciones Unidasanunció el pasado 9 de enero la aparición de un brote de nuevo coronavirus (en lo técnico, catalogado como 2019-nCoV) en Wuhan, China.

En las tres semanas transcurridas desde el anuncio, el virus ha visto intensificado su accionar en territorio chino, infectando a miles de personas allí, mientras que ahora se disemina a lo largo del globo, alejado de su origen en la provincia de Hubei. En efecto, la novedosa cepa de coronavirus ya se ha cobrado un aproximado de doscientas vidas en la República Popular -al menos desde publicado el presente texto.

Coronavirus, China, Encubrimiento, Gobierno chino, PekínMientras los funcionarios chinos de la salud pública se esmeran en contener al virus, es imporante identificar tres lecciones fundamentales que pueden extraerse del brote, y de la respuesta inicial que se ha brindado a efectos de impedir una epidemia -como la de otras que, sin lugar a dudas, sobrevendrán- que llegue a cobrar un formato de pandemia en nuestro mundo móvil y en extremo interconectado.


1. Los exóticos mercados chinos de presas deberían ser clausurados, para siempre

En China, pueden hallarse carnes exóticas en los denominados 'wet markets'—forma con la que comúnmente se identifica a los outlets de comida en el país. En estos mercados, no es raro que los comerciantes ofrezcan una variedad de animales exóticos y salvajes, tanto vivos como muertos, que se destinarán luego al consumo humano, o bien para explotarse ciertos beneficios medicinales percibidos. En 2002, un pariente viral del 2019-nCoV, denominado SARS (síndrome respiratorio agudo) salió a la luz en China, cobrándose la vida de casi ochocientas personas, y afectando en total a unas veintiseis naciones.

En 2017, investigadores médicos determinaron que el virus se originó en murciélagos, los cuales son clásicos portadores de coronavirus, y que luego fue transmitido a linces, que por entonces eran comerciados en la provincia china de Guangdong. A posteriori, el virus se trasladó desde esos animales, a víctimas humanas.

Se ha informado que el comercio de carnes exóticas fue prohibido en China en 2003, luego de la epidemia de SARS pero, con el tiempo, se morigeraron las restricciones sobre determinados animales. No queda claro aún con qué firmeza esas regulaciones fueron llevadas a la práctica. En consecuencia, mientras que aún se investiga la trayectoria exacta de la transmisión, la presencia de estos animales salvajes y exóticos en esos mercados muy probablemente consigne una amenaza significativa para la salud pública en la República Popular China, y más allá de ella.


2. Encubrir una epidemia es en todo inaceptable

El virus 2019-nCoV, según se informara, emergió en Wuhan el 8 de diciembre pasado. El gobierno local esperó más de tres semanas previo a notificar a los residentes, y para tomar medidas. En esa instancia, los funcionarios responsables subestimaron la seridad de la enfermedad, durante muchas semanas más. En lo que representó una sorprendente confesión frente a las cámaras de la televisión estatal china, Zhou Xianwang, alcalde de Wuhan, reconoció que su gobierno fracasó a la hora de ofrecer 'información satisfactoria y oportuna' sobre el brote, pareciendo culpar a Pekín por haber errado al momento de autorizar a funcionarios locales a informar debidamente al público sobre el fenómeno. 

Esta situación es claramente inaceptable, particularmente a la luz de la experiencia pasada de SARS, cuando tuvo lugar un evidente encubrimiento por parte de China, y a la luz de la importante cantidad de ciudadanos de ese país que se trasladan hacia el exterior. A criterio de minimizar el impacto o la diseminación de una potencial epidemia, un país anfitrión no solo debe responder rápidamente, sino que también debe ofrecer una transparencia absoluta al momento de aconsejar no solo a sus propios ciudadanos, sino también a la comunidad internacional.


3. La coordinación y los sistemas de cooperación internacional son críticos

Un brote como el del nuevo y virulento 2019-nCoV representa una preocupación para la salud pública, habiéndose amplificado ya a cuatro continentes. Como tal, el brote exige se ponga en funcionamiento una réplica internacional coordinada y de cooperación recíproca, a efectos de impedir se disemine en China y en otras naciones.

Aproximadamente el 6 de enero pasado, funcionarios estadounidenses ofrecieron despachar un equipo de expertos desde los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention; CDCs), para asistir a la República Popular China en su misión de contener y comprender el brote. Sin embargo, esa oferta inicial fue rechazada. A pesar de las reiteradas ofertas, los funcionarios chinos aún continúan rechazando cualquier posibilidad de aceptar la asistencia estadounidense, aún cuando se ha informado ya que China está considerando aceptar la ayuda ofertada por la Organización Mundial de la Salud, OMS o WHO. En tal escenario, Pekín deberá realizar un profundo seguimiento y aceptar más asistencia, aunque solo como primer paso, a modo de cooperar con el concierto internacional.

Efectivamente, la actitud inicial de China frente a la asistencia internacional solo sirvió a efectos de reducir la capacidad del régimen de responder ante este problemático brote, de una manera efectiva y con eficiencia. Asimismo, esa decisión obstaculizó el esfuerzo de entendidos del mundo en temáticas de salud pública, quienes hubiesen podido acceder a mayor información y comprensión sobre la novedosa variante del virus.

Los funcionarios de los CDSs estadounidenses -así como también los de otros países- no deberían respaldarse en informes de prensa, ni en comunicados oficiales del gobierno chino, ni deberían fiarse de anécdotas no investigadas, a la hora de comprender el brote, o para construir una réplica efectiva. Al momento de lidiar con una crisis emergente como la aquí citada en sus fases iniciales, aplican principios básicos fundamentales, incluyendo el estricto seguimiento de prácticas positivas en materia de salud pública, absoluta transparencia, y coordinación y cooperación internacional.

China needs to do better—or we all could pay a heavy price.     



Artículo original, en inglés, en éste link

* Asistió en el desarrollo del texto: Brayden Helwig, miembro del Programa de Jóvenes Líderes en el think tank estadounidense Heritage Foundation, en Washington, D.C.


 

Sobre Peter Brookes

Es Analista Senior en temáticas relativas a seguridad nacional en la Fundación Heritage, Washington, D.C. En la actualidad, Brookes ejerce su tercer período como miembro designado en el congreso estadounidense de la Comisión de Revisión de Seguridad y de Economía entre Estados Unidos y la República Popular China. Anteriormente, se desempeñó en la Administración del ex presidente George W. Bush como secretario adjunto de Defensa para Asuntos de Asia y del Pacífico, en donde fue responsable por la política de Defensa de EE.UU. de 38 países y cinco alianzas bilaterales en el continente asiático.