ESTADOS UNIDOS: JOHN G. MALCOLM

La Cámara de Representantes impugnó a Donald Trump. ¿Cómo sigue el proceso?

Finalmente, los Demócratas en la Cámara de Representantes lo lograron: Donald Trump...

23 de Diciembre de 2019



Finalmente, los Demócratas en la Cámara de Representantes lo lograron: Donald Trump es ahora la vigésima persona -y tercero entre los presidentes- en ser impugnada por la Cámara de Representantes, en la historia de los Estados Unidos de América. El 20 de enero de 2017, fecha en que Trump juró como presidente del país, un titular del matutino Washington Post titulaba: 'La campaña para impugnar a Trump ha comenzado'.

Donald Trump, ImpeachmentDías días después, Mark Zaid, abogado que representa al supuesto 'informante', publicó en su cuenta de Twitter: 'El #golpe ha comenzado. El primero de muchos pasos. #rebelión. El #impeachment eventualmente llegará. #Abogados.'

El 17 de mayo de 2017, el legislador Al Green (Demócrata por Texas) compartió un discurso en la Cámara de Representantes, arengando a sus colegas a proceder con el impeachment del presidente y, el 12 de julio de 2917, Green y su par Brad Sherman (Demócrata por California) presentaron el primero de los artículos con los cuales impugnar a Trump.

Rápidamente, otros representantes Demócratas se sumaron a la maniobra y, desde entonces, no se tomaron pausas.

Todo parece remitir a la culminación de una serie de eventos previamente diseñados. El asunto se trasladará ahora al Senado, cuyo proceso se espera inicie a principios del mes de enero.

El voto en la Cámara de Representantes que buscaba impugnar a Trump era inevitable, y la cuestión se dirimirá en el Senado. Esa definición requiere del voto de dos tercios de los senadores presentes -a efectos de sentenciar a Trump, lo cual remataría en su remoción como presidente.

Asumiendo que la totalidad de los 45 Demócratas del Senado votarán en pos de ese objetivo -junto con algunos legisladores independientes-, ese compacto aún necesitará que, al menos, veinte senadores Republicanos se unan a ellos, para lograr remover a Trump.

Eso no sucederá, y todo el mundo bien lo sabe.

En oportunidad de votar los legisladores en la noche del pasado miércoles, ni siquiera un sólo Republicano se pronunció a favor de ninguno de ambos artículos del impeachment. Más aún, dos legisladores Demócratas votaron contra el primer artículo, y tres votaron contra el segundo. Por su parte, la legisladora Tulsi Gabbard (Demócrata por Hawaii) votó 'Presente' para ambos, lo cual en esencia representa una abstención.

Lo sucedido ilustra con suma claridad la fractura de la política estadounidense, que también afecta a Gabbard, por cuanto la legisladora declaró entender que el presidente incurrió en conductas inapropiadas, al expresar que la 'remoción de un presidente en ejercicio no deberá ser la culminación de un proceso estrictamente partidista, fogoneado por animosidades tribales que tan gravemente han dividido a nuestro país'.

Hacia 1998, momento en que un presidente Demócrata hacía frente al prospecto de un impeachment, Jerry Nadler, por entonces presidente del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes y representante Demócrata por Nueva York, sentenció:

Jamás deberá existir un proceso de impeachment cuya votación se decida por escasísima diferencia, ni uno que se defina estrictamente refrendado por uno de ambos partidos políticos, con una firme oposición del otro. Semejante proceso de impeachment carecerá de legitimidad, produciría fractura y amargura en nuestra dirigencia política durante muchos años por venir, y ello terminará propiciando cuestionamientos sobre nuestras instituciones políticas.

Y vaya si los tiempos han cambiado.

Ahora mismo, luego de que los dignatarios Demócratas en los comités de Inteligencia y de Asuntos Judiciales en la Cámara de Representantes se rehusaron a aceptar que sus pares del Partido Republicano convocaran a testigos, la Vocero de la Cámara, Nancy Pelosi, Demócrata por California, está amenazando con demorar la transmisión de los artículos del impeachment, hasta que el Senado adopte reglas para el proceso -reglas que sean del agrado de la mencionada.

Sin embargo, el Artículo I de la Constitución de los Estados Unidos, en su sección 3, prevé que el Senado, 'estrictamente, contará con el Poder para dar lugar a todo ejercicio de impeachment'; y, en rigor, el Senado cuenta con sus propias reglas para entender sobre ese proceso.

Es altamente improbable que el Senado se atenga, por mucho tiempo más, al flagrante intento de Pelosi de interferir con su independencia y con las prerrogativas constitucionales de ese cuerpo en torno al procedimiento. Sencillamente, hay demasiado en juego como para semejante apuesta.

Toda vez que los votos del impeachment en la Cámara de Representantes sin lugar a dudas enfurecieron al presidente, lo cierto es que éste no será eyectado por una maniobra estrictamente partidista. El veredicto final habrá de ser rubricado por la propia ciudadanía, cuando proceda a votar en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

¿Será ese el final de aquello a lo que hoy asistimos? Difícilmente.

Sucede que los críticos del presidente conforman una legión. Conforme el ex funcionario Neal Katyal, frecuente crítico de Trump, lo publicara recientemente en su cuenta de Twitter:

Apunte [importante] sobre el futuro: si el Senado no vota para sentenciar a Trump, o si intenta juguetear con el proceso, ciertamente el impeachment podría volver a intentarse en el nuevo Senado, aunque el presidente obtenga la victoria en su reelección. Los sistemas de protección dobles no aplican aquí. Y los Senadores que voten en favor del impeachment así lo comprenderán.


Artículo original, en inglés, en éste link

* El autor, John G. Malcolm (@Malcolm_John), es
 vicepresidente en el Instituto para el Gobierno Constitucional, y director en el Centro Edwin Meese III para Estudios Legales y Judiciales, supervisando el trabajo que se desarrolla en el think tank estadounidense Heritage Foundation en pos de la comprensión de la Constitución y del Estado de derecho. Su investigación, aquí.