INTERNACIONALES: JUAN DAVID GARCIA RAMIREZ

Ciudadanos del mundo resisten la feroz avanzada ideológica

El proceso de destrucción de la civilización occidental y sus herederos, está en marcha.

15 de Noviembre de 2019

 

El proceso de destrucción de la civilización occidental y sus herederos, está en marcha. En rigor, ha de subrayarse que no comenzó este año, ni recientemente. Cuando se habla de la decadencia moral y la corrosión del carácter en las sociedades abiertas, ello remite a una realidad tan palpable como tangible, y que se presenta ante nosotros en cada esquina, pero que no todos perciben. La erosión de la identidad nacional e histórica, de la cohesión social a través de la institución natural de la familia, de la idea del imperio de la ley, y de la ética del trabajo y el esfuerzo individual, se ha dado a pasos agigantados.

Chile, Desestabilización y agitación, Propaganda, Guerra psicológicaDesde hace pocas semanas, circula en YouTube una serie de conferencias y entrevistas a Yuri Bezmenov, periodista de origen ruso y ex activo del antiguo KGB, servicio de información de la desmantelada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Allí, Bezmenov explica -con detalle y meridiana claridad- el concepto de subversión ideológica y la guerra de propaganda, armas usadas durante la Guerra Fría por la URSS y, también, ahora mismo, a partir de la inocultable sociedad entre globalismo y comunismo; con la no declarada meta de debilitar y transformar progresivamente a las naciones que se convierten en su objetivo estratégico, es decir, a aquellas que cuentan con una economía de mercado y un sistema democrático liberal. Bezmenov plantea que ese proceso se desarrolla a lo largo de cuatro etapas previamente concebidas: desmoralización, desestabilización, crisis y postcrisis.

La desmoralización, acaso la variable más importante del servomecanismo, se sintetiza en socavar las bases más sólidas de la sociedad democrática, a través de la penetración de la educación, la religión, la cultura local, los medios masivos de comunicación, y los actores económicos. Al repasarse debidamente las turbulencias registradas en Europa y América Latina, el ideario explicitado por Bezmenov cobra una importancia difícil de soslayar.

En España, por caso, el ascenso del partido VOX como tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados -tras cosechar 52 escaños- representa un cambio de magnitud en la composición política del país. No obstante, el hecho fue presentado como la llegada de la ultraderecha fascista, homófoba y racista, en prácticamente todos los medios masivos de comunicación españoles y del mundo -por supuesto, haciéndose a un lado que más de 3.500.000 ciudadanos le obsequiaron un marcado voto de confianza a VOX.

En la perspectiva de los promotores de la debacle de la democracia liberal, la democracia solo adquiere dimensión de tal cuando se produce la victoria de los totalitarismos afines, precisamente, quienes aspiran a destruirla. En Bolivia, luego de trece años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, la ciudadanía procedió a organizarse junto a las fuerzas armadas y de seguridad, con la meta de recuperar sus libertades civiles, poniendo súbito fin a un régimen que se había convertido en una pandilla secuestradora del poder.

Sin embargo, una vez más, las grandes cadenas de noticias -de espaldas a la sociedad- describieron a los prolegómenos como un inaceptable 'golpe militar' contra el 'legítimo' presidente Morales, cuya aspiración era la de permanecer al menos veinte años en control del gobierno.

En Colombia, mientras tanto, y de cara a la preocupación ciudadana ante las amenazas de saqueos, la eventual destrucción del transporte público y de locales comerciales por parte de agitadores y terroristas, para la fecha del paro nacional contra el gobierno del presidente Iván Duque Márquez (21 de noviembre próximo), se ha difundido la idea de que quienes asumen el compromiso cívico de defender el Metro de Medellín, el mobiliario urbano y proteger la propiedad privada, son en realidad 'hordas de radicales' dispuestos a 'violar el derecho a la protesta social'.

En los tres casos, resulta hoy evidente que la ya citada subversión ideológica ha avanzado contra los pilares del mundo democrático, aún cuando no ha logrado infiltrarse del todo; por fortuna, no ha podido llegarle -con su propaganda- a una mayoría de ciudadanos libres, quienes todavía podrán decidir por sí mismos y poner de suyo para rescatar sus países frente a las garras del totalitarismo


 
Sobre Juan David García Ramírez

Columnista regular en el periódico El Colombiano (Medellín) y en El Quindiano (Armenia, Colombia). También se desempeña como analista político para diversos programas radiales y televisivos en América Latina, compartiendo apuntes y notas sobre temas políticos vinculados a Colombia, y asuntos internacionales.