ECONOMIA INTERNACIONAL: ROBERTO CACHANOSKY

Argentina: la ideología kirchnerista debería lidiar con la realidad

Así como sorprendieron los resultados de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias)...

31 de Octubre de 2019

 

Así como sorprendieron los resultados de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), también sorprendieron los resultados de las recientes elecciones generales del domingo 27 de octubre, oportunidad en la que Juntos por el Cambio logró achicar notablemente la diferencia respecto de entonces: el partido del Presidente Macri ganó en los distritos electorales de mayor peso nacional como son Córdoba, Santa Fe, CABA y Mendoza, salvo, claro está, la provincia de Buenos Aires. Y ese resultado fue conseguido a pesar de la profunda crisis económica edificada por el gradualismo.
 
Mauricio Macri y Alberto FernándezLa importancia del resultado electoral tiene que ver con el dato de que Mauricio Macri conserva aún un importante respaldo electoral y, por lo tanto, no es un presidente en retirada a las apuradas, carente de apoyo electoral. Si el Presidente hubiese sido derrotado por 15 o 20 puntos, quizás su retirada hubiese sido veloz. Finalmente, en el presente escenario, no está obligado a poner en marcha cualquier medida económica que le exija el presidente electo, Alberto Fernández. Dicho de otro modo, se evidencia cierta paridad de fuerzas que le permitiría negociar en forma ordenada los términos de la transición.
 
El dato de muy corto plazo tiene relación con el tema del tipo de cambio. A Alberto Fernández, le conviene que Mauricio Macri permita que el tipo de cambio se incremente, y le guarde la mayor cantidad de reservas para cuando el mandatario electo llegue al gobierno, el próximo 10 de diciembre. En cambio, al Presidente no le conviene que el tipo de cambio se dispare, finalizando su gestión como un jefe de Estado que perdió absoluto control sobre el mercado de divisas.
 
Otro tema pendiente que queda de aquí hasta el 10 de diciembre tiene que ver con las tarifas de los servicios públicos, conforme éstas quedaron congeladas hasta noviembre y será lícito tomar en cuenta qué ajuste implementa el gobierno saliente, previo a finalizar el mandato. Vale recordar que el kirchnerismo legó un monumental problema en este apartado, construyendo un esquema de subsidios económicos que llegaron a tener un peso de 5 puntos sobre el PBI -el cual Cambiemos logró reducir a 2 puntos. Será responsabilidad de la Administración Fernández el anteponer respuestas a esa problemática.
 
El dilema pendiente se vincula al Fondo Monetario Internacional, siendo que el kirchnerismo lo percibe como un enemigo de magnitud. Seguramente, habrá en ese flanco un serio inconveniente, tanto por el acceso al financiamiento de parte del nuevo gobierno, como para el mismo FMI -siendo que el órgano multilateral de crédito prestó US$57 mil millones a la Argentina y, ahora, tendrá problemas para que le sean devueltos.
 
Sin embargo, otro gran desafío de cara al futuro cercano también se relaciona con el modo en que el kirchnerismo conduzca su política económica, provisto que el escenario es en todo diferente al de 2003, e incluso al de 2007. Ya no existe viento de cola con una soja de US$ 480 promedio por tonelada, como tampoco existe un importante stock de capital que pueda eventualmente utilizarse para financiar políticas populistas.
 
Adicionalmente, hacia 2003, el gasto público consolidado se ubicaba en torno del 29% del PBI y, por estos momentos, esa cifra bordea del 47%; la presión impositiva consolidada se hallaba en el 27% del Producto Bruto, mientras que hoy ronda el 42%. Se trata de escenarios en todo diferentes, los cuales no ofrecen margen alguno para políticas redistributivas, ni para incentivar el consumo interno. Ni siquiera existe espacio para implementar políticas monetarias de índole expansiva.
 
Al cierre, el kirchnerismo ya no contará con una mayoría absoluta en el Congreso de la Nación, con lo cual no podrá aprobar la legislación que le venga en gana. En definitiva, la economía se orienta más hacia una reducción de gasto público con baja de impuestos, que para prorrogar el nivel actual de gasto público y la carga tributaria existente.
 
En tal contexto, la Argentina tiene por delante una pelea entre la realidad económica y la ideología populista del peronismo. Si la segunda pretende imponerse por sobre la primera, la crisis económica que tendremos por delante podría alcanzar una magnitud insospechada.


 
Sobre Roberto Cachanosky

Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, y profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Columnista de temas económicos en el diario La Nación (Argentina). Publica regularmente en el reconocido sitio web Economía Para Todos.