ECONOMIA INTERNACIONAL: ROBERTO CACHANOSKY

Argentina: el disparatado costo de cada legislador, sin 'datos engañosos'

En más de una oportunidad, he escrito en relación a los gastos del Congreso de la Nación.

30 de Septiembre de 2019

 

En más de una oportunidad, he escrito en relación a los gastos del Congreso de la Nación. Sin ir muy lejos, el 5 de marzo del corriente, publiqué en el matutino argentino Infobae, la siguiente nota: 'El descomunal costo del negocio de la política en la Argentina, y por qué Estados Unidos es casi cuatro veces más eficiente'.

Congreso Argentino, Delito de defraudación pública, Corrupción política, Legisladores corruptosEn un debate en el programa 'A Dos Voces', señalé cual era el costo actual de mantener a un Diputado y a un Senador, comparándolo con el caso español. Sin embargo, un grupo llamado Reverso, que cree contar con el sello ISO 9001 para obsequiárselo a quien considera correcto, replicó en un texto, afirmando que mi análisis era 'engañoso'. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española -sirve reordar-, engañoso significa: falaz, que engaña o da ocasión a engañarse. Por su parte, engañar significa -siempre de acuerdo a la RAE- hacer creer a alguien que algo falso es verdadero.

Para calificar mi afirmación del costo por Diputado y por Senador, desarrollaron un artículo en el que, en lugar de comparar el costo por Senador y Diputado, compararon los haberes de los legisladores argentinos de ambas Cámaras, con los de España. Lo cual me ha llevado a concluir que, o bien Reverso cuenta entre su staff a personas incompetentes, o bien deliberadamente cambian la comparación desde lo engañoso. Porque no es lo mismo el haber de un Senador o Diputado, que el costo total que hace a su funcionamiento.

Los legisladores se desempeñan en un edificio que consume energía, cuenta con seguridad, los legisladores tienen secretarias, asesores de prensa, asesores de todo tipo, Internet, y gastos generales. En otras palabras, a los efectos de determinar cuánto le cuesta al contribuyente cada legislador, es menester considerar no solamente el salario de aquél, sino también los costos directos e indirectos, que pueden ser fijos o variables, involucrados en el desarrollo de sus funciones -costos que sabemos que nuestros legisladores parecen no contemplar a la hora de gastar la plata del contribuyente, pero sí lloran por los pobres con lágrimas de cocodrilos ante las cámaras de televisión, mientras una nube de asistentes suelen acompañarlos a los estudios y permanecer fuera de cámara.


Cuentas sencillas

Hecha esta aclaración, mis cálculos son simples: han de tomarse los presupuestos asignados específicamente al Senado y a Diputados, aclarando que no involcuran los gastos de la Biblioteca del Congreso, ni la imprenta, ni ningún otro rubro, sólo AR$9.157 millones asignados específicamente a Senadores, y AR$9.355 millones asignados a Diputados. Esos montos se dividen, a su vez, por el tipo de cambio promedio del euro en lo que va del año, y el resultado devuelve $47,60; ese dato explicita que el Presupuesto 2019 de la Cámara de Senadores es de 192 millones de euros, dividido los 72 y por 12 meses, retorna un costo (no sueldo, sino costo) promedio mensual de 222.222 euros, más de lo que dije en televisión, porque ese día, consideré el tipo de cambio del miércoles pasado y, ahora, utilizamos el tipo de cambio promedio de lo que va del año.

Así que, en aquélla oportunidad, se me calificó de 'engañoso' al exhibir un costo que en rigor era más bajo (e insistimos: no salario por Senador). Computándose idéntico ejercicio por Diputado, el costo (nuevamente: no el salario) por Diputado, devuelve 63.878 euros mensuales de costo por legislador.

Trazando el mismo ejercicio para ambas Cámaras en España, el costo por senador es de 17.540 euros mensuales, contra los 222.222 euros mensuales que cuesta mantener un senador argentino y, en el caso de los Diputados, un Diputado español exhibe un costo mensual de 21.700 euros, contra los 63.878 euros mensuales de cada Diputado argentino.

Gastos, DiputadosNo obstante, aún si tomáramos solamente el gasto en personal de ambas Cámaras, cotejándolas contra los gastos incurridos por las dos cámaras de España, se observa que el gasto en personal en Argentina es abismalmente superior al del legislativo español, que tampoco se caracteriza por ser un ejemplo de pulcritud en el cuidado de los gastos.

Ciertamente, no tomamos como comparativo al ejemplo del parlamento sueco, en que cada legislador se cocina y se lava su propia ropa, residiendo en un departamento e pequeñas dimensiones. Trazamos esta comparativa con un país que tiene fuertes lazos con nuestros abuelos y tradiciones similares.

Gastos SenadoresEn el caso de la República Argentina, del presupuesto de Diputados y Senadores de 2018, el 92% estuvo destinado al gasto en personal -de tal suerte que no será posible replicar con obras de refacción, ampliación o cualquier otra historia que genera desvíos en los datos. La Cámara Baja eroga 4,6 veces más en personal que la de España, mientras que la Cámara Alta gasta 7,8 veces más que la española en staff.

Esta colección de lujos, evidenciados al momento de gastar el dinero del contribuyente, es garantizada a pesar de exhibir la Argentina un ingreso per cápita que, en conformidad con datos del Banco Mundial, fue en 2018 de US$ 11.652 corrientes versus US$ 30.524 de España. Es decir que el ciudadano español cuenta con un ingreso per capita casi tres veces superior al argentino, pero nuestros legisladores -quienes tienen la costumbre de llorar por su paupérrima condición ante las pantallas de tevé- le cuestan al agobiado contribuyente doce veces más -en el caso de los Senadores argentinos– que los españoles, y tres veces más en el caso de los Diputados.

Gráfico tres, DiputadosFinalmente, presento dos gráficos más, en donde se exhibe la evolución a pesos constantes de 2018, de los presupuestos de ambas Cámaras; instancia en la que podrá observarse que ambas incrementaron -en términos reales- sus gastos.

Este diagrama de ajuste fue realizado considerándose el IPC del Honorable Congreso de la Nación, cuando INDEC destruyó las estadísticas durante la era kirchnerista. A partir de 2016, completamos con el INDEC recuperado, merced a la impecable faena de Jorge Todesca al frente de esa institución.

Gastos, legisladores corruptosEl argumento del que suelen echar mano ciertos legisladores a efectos de defenderse de esta abrumadora evidencia, consiste en afirmar que ellos gastan una porción ínfima del Presupuesto, lo cual es cierto. Ahora, bien; ¿les da eso derecho a despilfarrar el dinero del contribuyente, siendo que ese porcentual es 'ínfimo'? Acaso esa porción 'ínfima', ¿no es demasiado dinero por legislador?

Sin lugar a dudas, los problemas fiscales de la Argentina no se solucionarán exclusivamente reduciendo los gastos del Congreso. Sin embargo, es lícito exigir que los legisladores abandonen el discurso antiajuste cuando, a todas luces, esos mismos legisladores malgastan fortunas con el sólo objeto de aprobar leyes que impiden el trabajo de quienes los mantienen. Mientras que esos legisladores también invierten su tiempo en debatir cuál será la capital nacional del salame quintero, o en declarar a la ciudad santafesina San Jorge como 'Capital Nacional de la Bolita de Cristal', o proponer a Cañuelas como 'Capital Nacional del Dulce de Leche', declarar Capital Nacional del Asado con cuero' a la ciudad de Viale, Entre Ríos, o declarar 'Capital Nacional del Disfraz' a la ciudad de Paraná, Entre Ríos -entre otros innumerables ejemplos.

En definitiva, se invita a:

1) no confundir salario del legislador con el costo de mantener a un legislador, y,
2) si corregimos el costo de mantener a cada legislador por la calidad de su trabajo, el costo puede tender a infinito

 

Sobre Roberto Cachanosky

Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, y profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Columnista de temas económicos en el diario La Nación (Argentina). Publica regularmente en el reconocido sitio web Economía Para Todos.