INTERNACIONALES : PHILIP GIRALDI

Los Cascos Blancos, nuevamente en la palestra

Ciertamente, es fácil otorgar premios a terroristas.

03 de Noviembre de 2018

Con frecuencia, se me pide alguna explicación en torno de las razones que llevan a naciones como Irán a comportarse tan agresivamente, involucrándose a sí mismas en guerras en el extranjero y buscando crear alianzas sobre las que bien saben provocarán las peores y más paranoicas réplicas de parte de sus vecinos. Mi respuesta es que, invariablemente, las percepciones acerca de la amenaza dependen en gran medida de qué lado de la verja Usted se encuentra parado. Arabia Saudita e Israel podrían, perfectamente, percibir a las acciones iraníes como agresivas, dado el hecho de que estos tres países se encuentran compitiendo por la supremacía en la misma región, pero Irán, que se encuentra rodeado de poderosos enemigos, perfectamente podría argumentar que su estrategia es de índole defensiva, buscando construir una red de aliados a los que pudiera convocar, para la eventualidad en que una verdadera guerra se desatare.

MEK, Mujaheddeen al Khlaq, Terrorismo internacional, IránEstados Unidos e Israel son, naturalmente, maestros a la hora de verlo todo como una amenaza, justificando ambos lo que fuere necesario a criterio de defenderse contra quienes perciben son sus enemigos. Incluso recurren a la extraterritorialidad, por cuanto Washington reclama el derecho de perseguir a determinadas categorías de 'terroristas' en países con los cuales no se encuentra en guerra, como ha sido en los casos puntuales de Afganistán, Yemén y Somalia. Israel hace lo propio, ejercitando ataques en el Líbano y en Siria. Tanto Tel Aviv como Washington han cruzado, con frecuencia, la frontera establecida por autoridades legales internacionales, en términos de lo que constituye el inicio de una guerra 'justa' o 'legal'; como, por ejemplo, una amenaza inminente de empleo de la fuerza por parte de una potencia hostil. Ni Israel ni los Estados Unidos han sido amenazados concretamente por un enemigo o grupo de enemigos en los últimos setenta años, de tal suerte que la definición de amenaza ha sido ampliada hasta incluirse el post-facto, como con el 11 de septiembre de 2001, y el potencial, como en los casos de Israel e Irán.

Aquella formulación que ilustra sobre el 'lado de la verja' también ha registrado desprendimientos interesantes, en términos del modo en que son percibidos y retratados los actores no-estatales que recurren a la violencia. Prácticamente todas las definiciones aceptadas sobre terrorismo involucran lenguaje que condena el 'uso de violencia políticamente motivada contra no-combatientes, a los efectos de provocar un estado de terror'.

Es relativamente sencillo identificar a algunos grupos que, sin ambigüedades, son 'terroristas'. El Estado Islámico en Siria (ISIS) y sus numerosos afiliados califican a la perfección con la definición compartida líneas arriba pero, aún en ese caso, existe cierta ambigüedad de parte de aquellos actores estatales que, ostensiblemente, se pliegan a la erradicación de terroristas. Se ha conocido de reclamos genuinos en torno del hecho de que Estados Unidos ha estado protegiendo a los últimos enclaves de ISIS, a criterio de mantener vigente su 'derecho' de permanecer en territorio sirio, supuestamente argumentándose el objetivo declarado de destruir por completo al grupo previo a consolidar el propio retiro de tropas. Mientras ISIS continúe vigente en Siria, Washington contará con un justificativo ilegal para hacer lo mismo.

Existen dos notorios núcleos que deberían ser condenados universalmente por su carácter terrorista, pero no por razones políticas. Se trata del elemento vinculado a Mujaheddin e Khalq (MEK), esto es, disidentes iraníes con base en París y en Washington, y los denominados Cascos Blancos, que se han mostrado activos en Siria. MEK es de particular agrado para el Estado de Israel y sus amigos en el Beltway de Washington, porque retiene recursos en el seno de territorio iraní que lo habilitan para ejercitar acciones vinculadas al asesinato y el sabotaje -y si son solamente iraníes aquellos que pierden la vida, pues mucho mejor.

MEK ha sido listado en la plantilla de organizaciones terroristas preparada por el Departamento de Estado americano, desde que ese listado fue confeccionado por vez primera en 1997. Su inclusión se deriva del haber asesinado a siete ciudadanos estadounidenses en los años setenta, y dado su conocido historial de violencia, perpetrado tanto fuera como dentro de Irán, en aquellos tiempos. El grupo fue eyectado de territorio iraní, se le ha negado refugio en Francia y, eventualmente, fue armado y dotado con una base militar por parte del ex líder iraquí, Saddam Hussein. Saddam utilizó al grupo para ejecutar actos terroristas en el seno de Irán. MEK es ampliamente conocido como un culto, liderado por un matrimonio, entre Massoud y Maryam Rajavi. A sus miembros les fue exigido mantener el celibato, mientras que existen informes de que se les somete a extendidos programas de lavado de cerebro, torturas físicas, golpizas reiteradas y extremas (que llegan incluso a la muerte), y confinamiento prolongado en solitario -si acaso se les ocurre cuestionar a sus líderes. Un académico que tuvo oportunidad de estudiarlos, describe su sistema de creencias como una 'bizarra combinación de marxismo y fundamentalismo islámico'. Como muchos otros grupos terroristas, MEK cuenta con un ala política, que lleva abiertamente el nombre de Consejo Nacional para la Resistencia de Irán (NCRI), con -como dijimos- base en París; y con otra organización frontal cuyo nombre es Executive Action (Acción Ejecutiva) que opera en Washington, D.C..

MEK fue catalogado de grupo terrorista hasta 2012, instancia en la que fue removido del listado de Designación Especial, por parte de la entonces Secretario de Estado, Hillary Rodham Clinton. La medida se tomó debido a la existencia de contratos multimillonarios con firmas dedicadas a hacer lobby en Washington, muy bien entrenadas en 'pulir' al congreso, y que indujeron a numerosos y prominentes estadounidenses a unirse al coro de apoyo al NCRI. Previo a 2012, las comisiones que se pagaban para quien hablara a favor del núcleo comenzaban en los US$ 15 mil, y partían de esa cifra, para llegar más arriba. El ex gobernador del estado americano de Pennsylvania, Ed Rendell, informó ingresos por más de US$ 150 mil en honoraria. Rudy Giuliani ha percibido sumas generosas durante años, al menos US$ 20 mil por aparición, solo por ofrecer discursos breves, de no más de veinte minutos de duración. Téngase presente que MEK era un grupo terrorista oficialmente reconocido como tal por el Departamento de Estado; lo cual implica que el haber aceptado dinero para promocionar sus actividades e intereses debió haber constituído apoyo material para el terrorismo.

Los muy bien conectados amigos del grupo han contabilizado a prominentes neoconservadores, como el actual Consejero Nacional de Seguridad John Bolton, y a los ex Directores de la CIA, James Woolsey, Michael Hayden y Porter Goss, así como también a los ex Generales Anthony Zinni, Peter Pace, Wesley Clark, y Hugh Shelton. Conservadores tradicionales cercanos a la Administración Trump, como ser Newt Gingrich, Fran Townsend y la Secretario de Transporte Elaine Chao también son fans del NCRI. Townsend en particular, un autoproclamado especialista en seguridad nacional, ha aparecido en las pantallas de televisión para denunciar a Irán, calificando a las acciones de éste país como 'actos de guerra', sin indicar que ella recibió dinero de parte de un grupo de oposición al régimen iraní actual.

La fórmula de MEK para el éxito a la hora de lograr su eliminación del listado de terroristas, involucró el comprar su salida a través de un sistema político corrupto. Más interesante, quizás, es el relato de los White Helmets o Cascos Blancos, quienes acaban de recibir el Premio Elie Wiesel, edición 2019, por parte del Museo Nacional del Holocausto de Washington, bajo la cita: 'Estos trabajadores voluntarios de rescate han salvado vidas en todos los lados del conflicto en Siria. Su eslogan es 'Salvar una vida es salvar a toda la humanidad''.

Los White Helmets han recibido elogios por parte de aquellos que desprecian al gobierno del presidente Basher al-Assad en Siria, y desean verlo fuera del poder debido a su rol como elemento crítico de la campaña de propaganda que busca instigar a la violencia, o emplear información prefabricada para retratar al gobierno de Damasco como culpable de masacrar a sus propios ciudadanos. La propaganda está orientada al objetivo de aterrorizar a la población civil, y esto también es parte de la definición de terrorismo.

La cobertura favorable en los medios de comunicación se deriva del documental intitulado The White Helmets, el cual fuera producido por el mismísimo grupo, y que comparte un relato muy convincente, promocionado como 'la historia de un grupo de héroes de la vida real, con esperanzas imposibles'. En rigor, se trata de una muy impresionante pieza de propaganda; tanto que ha ganado numerosos premios y reconocimientos, incluyendo el Oscar para el Mejor Documental Corto el año pasado, mientras que los propios Cascos Blancos fueron nominados para el Premio Nobel de la Paz. Yendo más al punto, sin embargo, reposa el hecho innegable de que el documental ha ayudado a moldear la comprensión que el público tiene sobre lo que está sucediendo en Siria, describiendo al gobierno de Damasco en términos estricta y exclusivamente negativos.

Recientemente, mientras el Ejército Sirio cerraba el cerco sobre el último de los núcleos afiliados a los White Helmets que aún se encontraban operando en el país, el gobierno israelí -asistido por su par de los Estados Unidos- escenificó una evacuación humanitaria de emergencia de los miembros del grupo (y de sus familias), hacia Israel y, a posteriori, hacia Jordania. La operación fue descripta en un artículo de la cadena británica BBC: 'Las IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) afirmaron que habían "completado un esfuerzo humanitario para rescatar a los miembros de una organización civil siria, y a sus familias", agregando luego que existía una "amenaza inmediata contra sus vidas". La transferencia de los desplazados sirios a través de Israel fue un gesto humanitario excepcional. Aún cuando Israel no se ha involucrado en el conflicto sirio directamente, los dos países han transitado por un estado de guerra durante décadas. Amén de la intervención, las IDF declararon que "Israel continúa manteniendo una política de no intervención de cara al conflicto sirio"'.

La totalidad de las afirmaciones israelíes son un sinsentido, y esto también alcanza al supuesto 'humanitarismo' y a la 'no-intervención' en la guerra siria, territorio que ha bombardeado casi con rigor diario. Las escenas cuidadosamente editadas de heroísmo bajo fuego, que fueron filmadas y dadas a conocer públicamente a nivel mundial, ocultan la relación de los Cascos Blancos con el grupo Jabhat al-Nusra, afiliado a al-Qaeda, y su participación en la tortura y ejecución de oponentes 'rebeldes'. En efecto, los Cascos Blancos solo operan en territorio bajo control rebelde, lo cual los habilita para dar forma a la narrativa que hace tanto a quiénes son como a qué está ocurriendo exactamente en el terreno.

Los White Helmets se trasladaron a los sitios de bombardeo con sus equipos de filmación siguiéndoles los pasos. Una vez que llegan a los sitios, sin estar presentes observadores independientes, pueden escenificar lo que filman, conforme a la narrativa por ellos deseada. Al explotar el acceso con que cuentan a los medios de comunicación occidentales, los White Helmets, por lo tanto, de facto se convierten en una fuente principal de 'testigos presenciales' en relación a lo que está ocurriendo en numerosas geografías de Siria, allí donde los periodistas estadounidenses y europeos temen ir; y todo ello es parte de un amplísimo y exitoso esfuerzo de parte de los 'rebeldes' para manufacturar noticias falsas o fake news que describen al gobierno de Damasco como involucrado en crímenes de guerra dirigidos contra la población civil. Este esfuerzo ha conducido a numerosos ataques contra fuerzas e instalaciones gubernamentales sirias por parte de las fuerzas armadas estadounidenses. Esta es, precisamente, la propaganda que ha sido respaldada tanto por Tel Aviv como por Washington.

Pero quizás la acusación más seria contra los White Helmets consista en la evidencia de que han tomado parte activa de las atrocidades, lo cual incluye torturas y homicidios, ejecutados por sus anfitriones de Jabhat al-Nusra. Se han dado a conocer incontables fotografías de los Cascos Blancos operando directamente en compañía de terroristas armados, e incluso celebrando sobre los cuerpos de las víctimas de ejecuciones, y de soldados iraquíes asesinados. Los socios yijadistas del núcleo ponderan a los White Helmets como sus camaradas 'mujahideen' y como 'soldados de la revolución'.

Así es que el Museo Nacional del Holocausto -el cual es financiado con los impuestos de los contribuyentes estadounidenses- le ha otorgado un premio en apariencia prestigioso a un grupo terrorista, algo que perfectamente pudo haber sido pensado (y chequeado) con cautela previo a ser llevado a la práctica. El museo también pudo haber mostrado alguna sensibilidad frente al modo en que los Cascos Blancos han sido utilizados para favorecer a la propaganda israelí vis-à-vis Siria. Acaso, mientras se ocupan de hacerlo, el directorio del museo podría aprovechar la ocasión para revisar el historial de Elie Wiesel, que da nombre al reconocimiento. Wiesel, quien ha oficiado de cronista de la victimización post Holocausto mientras que se ha negado con insistencia a reconocer lo que Israel le hace a los palestinos, ha entremezclado hechos con ficción de manera notable, en sus memorias intituladas Night (Noche). Irónicamente, tanto el premio como sus receptores tienen demasiado en común en este caso, conforme el confundir hechos y ficción es lo que Elie Wiesel y los White Helmets tienen la costumbre de hacer.


Artículo original, en inglés, en éste link | Traducido y republicado por El Ojo Digital (Argentina), con permiso del autor y del Editor del sitio web The Unz Review (Estados Unidos)

 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.