POLÍTICA ARGENTINA: PABLO PORTALUPPI

Argentina: el #ParoGeneral versus la nueva realidad política

La masiva marcha del próximo-pasado sábado 1ero. de abril...

05 de Abril de 2017
La masiva marcha del próximo-pasado sábado 1ero. de abril en apoyo del gobierno y de la democracia, visibilizó un fenómeno que pocos veían con claridad. El tiempo dirá si será perdurable o no. Pero los últimos acontecimientos permiten suponer que dicha manifestación está destinada a ser un quiebre en la historia contemporánea de la Argentina.
 
Moyano, MicheliEn las próximas horas (jueves 6 de abril), se llevará cabo el primer paro general de la CGT contra la Administración Macri. Lo que parecía ser el corolario de una concatenación de eventos incómodos que diera inicio con  interminable de even el escándalo de Correo Argentino, mutó en un escenario inmejorable para el oficialismo. Se trataría de la primera huelga contra un gobierno no peronista convocada con escasa convicción. El sindicalismo ortodoxo, aquel que encabezara la resistencia en tiempos de la proscripción y que mantuvo con vida al Partido Justicialista ante la ausencia forzada de su líder, ha quedado hoy en empantanado en una situación poco confortable. Corridos por izquierda, los triunviros cegetistas Schmid, Acuña y Dáer arengan a una medida de fuerza en la que ni siquiera ellos mismos creen. 
 
Toda vez que se consulta a personeros del sindicalismo por las razones de la decisión, emergen balbuceos y generalidades. 'Por lo que está pasando', repiten a coro. Al momento de indagar, surgen los verdaderos motivos: 'Porque no nos quedaba otra'. un reputado gremialista de Comercio lo expresaría con apreciable sinceridad a este medio: 'Yo, a Macri, no lo puedo ver. Pero este paro se nos va a volver en contra' .
 
Es que a las misivas remitidas por numerosas cúpulas sindicales en varias ciudades del país, amenazando con expulsar a aquellos afiliados que no adhieran al paro, y al ya comentado video del taxista Omar Viviani, se agregan decisiones que no se habían registrado en la Era kirchnerista. En la ciudad de Mar del Plata, elementos vinculados al sindicato de Comercio amenazaron con apostarse en las puertas de comercios minoristas para no permitir ingreso a empleados ni a consumidores. El dato de valor: fueron, en el ejemplo marplatense, los propios empleados los que garantizaron que, en cualquier escenario, concurrirían de todas formas a sus puestos de trabajo.

Algunos hechos protagonizados por importantes sindicalistas nacionales entran en franca contradicción con la medida de la CGT que ellos integran. Es el caso del eterno Armando Cavalieri, que hace pocos días había acordado con la Administración Cambiemos una paritaria de incremento del 20%, con una cláusula gatillo por inflación. O del mismísimo Roberto Fernández (UTA), quien aceptó salir en una foto sonriente con los funcionarios de mayor relevancia en el Gobierno Nacional. Gerardo Martínez (UOCRA; Construcción) acompañó al Presidente en su reciente gira por Holanda. Los tres sindicatos hicieron público que se plegarán al paro. 
 
La situación económica dista de ser buena, y pareciera ser que la gestión macrista no parece exhibir un norte claro en la materia. Con todo, fue más que notoria la demostración ciudadana en favor de la Administración, el próximo-pasado sábado. Aquel episodio demostraría que, al menos de momento, la economía no sería la mayor preocupación de los argentinos a la hora de exteriorizar su respaldo al Presidente. Cierto hartazgo de cara a la 'vieja política' parece haber dado forma a los motivos para las manifestaciones. Amén de una interpelación furibunda contra el peronismo no kirchnerista y sus variantes (Sergio Massa, por ejemplo), las multitudes que marcharon también podrían estar emprendiéndola contra los gremios. En el trasfondo, comienza a ganar empuje un cuestionamiento profundo hacia el modelo sindical argentino. Su metodología declaradamente extorsiva, su escasa transparencia, la nula democracia interna que les es propia, los abultados bolsillos de sus eternamente reciclados referentes -todo ello hoy emerge, eclipsando el vínculo entre sindicalistas y la sociedad. 
 
No sería descabellado imaginar un escenario en el cual confluyan -en un mismo espacio- kirchneristas, la izquierda dura y el sindicalismo afiliado a las variantes de la CTA. En la otra vereda, el conglomerado gobernante Cambiemos. El enigma a dilucidar: ¿qué hará el peronismo de Florencio Randazzo y Diego Bossio, entre otros, y el Frente Renovador de Sergio Massa? ¿Qué pasos seguirán los líderes sindicales ortodoxos ('Gordos'), tras el jueves 6? El Presidente, envalentonado por la marcha del 1A, parece decidido a enfrentarlos. Y como correctamente lo apuntara el analista Carlos Pagni el próximo-pasado lunes en Odisea (LN+), 'los tres funcionarios más importantes eyectados del Gobierno, Isela Constantini, Carlos Melconian y Alfonso Prat Gay, tenían buena relación con los gremios de sus sectores'. En la agenda oficial, el conflicto versus el sindicalismo estaría a la orden del día.

A medida que se profundiza la grieta, se vuelve evidente el surgimiento de un cambio cultural. Será, acaso, hora de reconocer que el modo de hacer política a través de las redes sociales -conforme ha venido pregonando el Jefe de Gabinete Marcos Peña- estaría rindiendo algún fruto. Queda expuesto que no pocas personas, alejadas de la discusión política hasta hace poco, han comenzado a involucrarse en el debate público. Precisamente, de esa fuente podría estar bebiendo la remarcable resistencia que los gremios encuentran a cada paso que dan.
 
Se asiste a la exigencia ciudadana de poner fin, quizás de una vez por todas, a los violentos procedimientos de los que muchos echan mano a la hora de hacer valer sus derechos.

 
Sobre Pablo Portaluppi

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Periodismo. Columnista político en El Ojo Digital, reside en la ciudad de Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Su correo electrónico: pabloportaluppi01@gmail.com. Todos los artículos del autor, agrupados en éste link.