América Latina en ebullición: el fin de un ciclo político
Desde las heladas aguas del Canal de Beagle al cálido Mar Caribe...
11 de Diciembre de 2015
Desde las heladas aguas del Canal de Beagle al cálido Mar Caribe; de Ushuaia al Cabo San Román, pasando por Buenos Aires, Brasilia y Caracas. Más de siete mil kilómetros a vuelo de pájaro que se sacuden por la fuerza profunda que consigna un fin de un ciclo. El péndulo político se desplaza de izquierda a derecha y, en efecto dominó, se suceden una serie de hechos que dan sustento empírico a esta reflexión. Mauricio Macri, Impeachment, juicio político, Mesa de Unidad Democrática, MUD. Nombres, títulos y definiciones que inundan los medios de comunicación del mundo de habla hispana y que configuran el tímido nacimiento de un nuevo orden regional.
El kirchnerismo y el chavismo, dos de las fuerzas políticas otrora más potentes de Sudamérica, fueron derrotadas. No por el capital internacional, la inteligencia estadounidense, ni por algún otro poder oscuro del imperio -como desde hace años los referentes populistas lo anticipaban. Nada de eso. Fueron derrotados en la urnas. El voto, sin dudas la más sublime e incuestionable expresión de la voluntad popular, ha terminado por darles la espalda.
La nueva y opositora Asamblea Nacional de Venezuela utilizará su amplia mayoría para clausurar el grifo de petróleo subsidiado a aliados bolivarianos. La región caribeña se apresta a recibir el impacto del final de Petrocaribe, y la región observa atentamente como la capacidad venezolana de exportar 'Revolución' se desintegra.
El cambio de gobierno en la Argentina pinta una importante porción del mapa sudamericano con un nuevo color político. A partir de lo visto en su ceremonia de asunción, Mauricio Macri comienza a acercar posiciones con los presidentes del bloque sudamericano. La totalidad de los líderes regionales, con la excepción del presidente Nicolás Maduro y la saliente Presidente Cristina Kirchner, felicitaron al flamante mandatario argentino. Michelle Bachelet, Juan Manuel Santos, Rafael Correa, Evo Morales, Horacio Cartes, Tabaré Vázquez y Dilma Rousseff viajaron a Buenos Aires, y se mostraron interesados en comenzar a trabajar de inmediato con el nuevo inquilino de la Casa Rosada.
En Brasil, la situación es -por el momento al menos- algo diferente. Rousseff mantiene su legitimidad de origen, pero la hiperrecesión económica y la fractura de la coalición de partidos que la llevó al poder la depositan al borde del juicio político. Los gigantescos sistemas de corrupción que alcanzan a sus más cercanos colaboradores son la última pieza que transforma al rompecabezas en algo de resolución imposible. La popularidad de Dilma se encuentra por el suelo en las encuestas, aún cuando no haya acusado el golpe en las urnas. Solo por ahora, el cronograma electoral juega a su favor. El curso que siga el pedido de impeachment será definitorio para el futuro político del país.
Mientras tanto, en Cuba, histórica última línea de resistencia antiimperialista, pareciera que miran con mayor interés a Washington que a América Latina. ¿Se ha dado vuelta el mundo? La Habana trabaja a contrarreloj para destrabar uno a uno el infinito listado de conflictos pendientes con su antiguo archienemigo. Un cuarto de siglo después de la disolución de la Unión Soviética, las cosas cambian en la isla, y la cooperación con Estados Unidos supera récords inimaginables.
A fin de cuentas, la Historia es una película -nunca una foto. Los ciclos políticos son justamente eso, ciclos. Uno de ellos llega ahora a su fin.
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Sobre Santiago Pérez
Es Licenciado en Relaciones Internacionales. Observador de la política internacional desde el enfoque realista, es columnista de una decena de medios gráficos y digitales del mundo de habla hispana. Reside en Río de Janeiro, Brasil, y publica regularmente en el sitio web Brasil Economía.