POLITICA ARGENTINA: DR. ROBERTO PORCEL

¿A quién votar en primera vuelta?

No deja de sorprender la virulencia con que muchos votantes y dirigentes del PRO...

03 de Octubre de 2015

No deja de sorprender la virulencia con que muchos votantes y dirigentes del espacio PRO descalifican a Sergio Massa y a sus simpatizantes, negándoles la condición de oposición -la que solo reconocen para ellos-, y tildándolos de kirchneristas o 'neokirchneristas', como ya los definiera el propio Mauricio Macri. En apariencia, para Macri y su gente, no existe sitio para nadie más en el banquillo de la oposición; sólo ellos se arrogan ese título.

No interesa -en la óptica del espacio amarillo- lo que piensen los votantes. Si no se vota a Macri o se piensa distinto, se es kirchnerista o funcional al kirchnerismo. Lo curioso de ésta prerrogativa de creerse los 'dueños de la verdad', en rigor los acerca al propio kirchnerismo que declaman combatir. Se asiste a un mismo pensamiento y a la misma metodología. Hasta hace poco tiempo atrás, el PRO negaba y rehusaba todo tipo de acercamiento con el Frente Renovador, escudándose en una cuestión de 'purismo'.

El PRO se propuso, entonces, como lo nuevo, lo inmaculado -a pesar de que los hechos demuestran que jamás fueron lo uno ni lo otro. En efecto, la estructura nacional al PRO le fue obsequiada por la Unión Cívica Radical, esto es, la fuerza política más antigua del país. En simultáneo, el abrazo con Moyano demuestra que el argumento del purismo no era otra cosa que una excusa vacua. Por aquellas épocas, en el seno del PRO existía el convencimiento de que Sergio Massa se diluía y que, forzando la polarización con el kirchnerismo, los sufragios de Massa fluirían mágica o naturalmente hacia el macrismo. En igual sentido, volvíase más atractivo para las ambiciones del espacio de Macri neutralizar a Massa, antes que invitarlo a formar parte de un verdadero (y sólido) espectro político de oposición.

De tal suerte que el macrismo y sus operadores nunca registraron la probada existencia de un grueso de la ciudadanía en condiciones de sufragar que, exhibiéndose como clara opositora al ideario kirchnerista, no simpatizan con metodologías y esquemas promocionados desde PRO. El núcleo macrista jamás tuvo la sensatez necesaria como para seducir a aquel polo de votantes, como tampoco la tienen hoy. Antes bien, el PRO siempre opta por la expulsión, la exclusión y la negación. Lejos de combatir al adversario que ocupa la vereda de enfrente -obviamente, Daniel Scioli-, Mauricio Macri y sus propagandistas concentran sus esfuerzos en debilitar al massismo, que revista en la misma franja opositora. Lo cierto es que hoy, ambos espacios políticos de la oposición se encuentran en una situación de fuerza bastante similar de cara a los comicios de octubre. Puntos más, puntos menos, habrá que referir que tanto el PRO como el Frente Renovador (o, si se quiere, Cambiemos y el Frente UNA) merodean un espectro que bordea poco más de veinte puntos porcentuales en intención de voto.

Sería incluso factible que PRO se posicione un puñado de puntos por encima del Frente Renovador. Acaso debido a esta razón, el periodismo tradicional -en oportunidad de entrevistar a dirigentes que militan o trabajan por la candidatura de Sergio Tomás Massa- insisten en preguntar por quién se inclinarán en un balotaje (que ya dan por descontado no incluirá al FR). Curiosamente, la percepción generalizada en la opinión pública y ciudadana es que Mauricio Macri difícilmente podría imponerse a Daniel Scioli en un escenario de segunda vuelta. La explicación no sería demasiado compleja: así como el voto sumado por el Frente Renovador no se canalizó hacia el PRO en las PASO de agosto, lo propio sucedería en los comicios generales de octubre.

Por el contrario, de acceder Sergio Massa a ese mismo escenario de ballotage, las percepciones se modifican: los consultados no dudan en señalar a un Massa victorioso frente al sciolismo y el Frente para la Victoria. A la postre, para muchos, parece imponerse una disyuntiva dotada de pragmatismo: la pregunta que debería ser tratada por estas horas no debe remitir a quién votar en un escenario de segunda vuelta, sino, a quién votar -que se encuentre mejor posicionado para vencer al oficialismo- para ayudarlo a alcanzar ese balotaje. Tal es así que esta prerrogativa es la que definirá si el kirchnerismo continúa por otros cuatro años, o si se le pone término ahora mismo -en blanco sobre negro, optar por aquel que mejor pueda garantizar una victoria sobre Scioli, en noviembre.


 

Sobre Roberto Porcel

Es Abogado en la República Argentina, especialista en Derecho Comercial y experto en temas relativos a la falsificación marcaria. Socio en el Estudio Doctores Porcel, fundado en 1921. Los textos del autor en El Ojo Digital pueden consultarse en http://www.elojodigital.com/categoria/tags/roberto-porcel.