INTERNACIONALES: BRUCE KLINGNER

Shinzo Abe pide disculpas por acciones del Japón en el pasado

El primer ministro Shinzo Abe conmemoró el septuagésimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial...

18 de Agosto de 2015
El primer ministro Shinzo Abe conmemoró el septuagésimo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, a través de un comunicado anticipado que pide disculpas a los vecinos del Japón.
 
Abe fue mas allá de lo que muchos hubieran predicho, al reconocer las acciones bélicas del país en tiempos pasados. El funcionario incluyó numerosas frases clave de sus predecesores, refiriéndose a 'agresión', 'dominio colonial', remordimiento y disculpas.
 
Corea del Sur, en su momento víctima de una cruda ocupación por parte del Japón entre 1940 y 1945, había dejado en claro que la inclusión de tales frases era crítica, a criterio de cosechar mejoras en las tensionadas relaciones bilaterales. Si acaso los comentarios de Abe sintonizan con las expectativas de Seúl es algo que aún está por verse.
 
Los comentarios del primer ministro nipón corroboraron expresiones previas lindantes con el remordimiento, al repetir importantes sentencias de aquellas, y declarando que tales expresiones 'se prolongarán de manera inconmovible de aquí al futuro'. Previo a continuar su mandato en diciembre de 2012, Abe había compartido una serie de comentarios preguntándose si acaso el no rechazar la responsabilidad japonesa por la Guerra del Pacífico y el rol de los militares japoneses en el haber forzado a mujeres a la esclavitud sexual, 'reconfortaban a las mujeres'.
 
Abe incluso había sugerido revisar o abandonar las expresiones de importancia que en su oportunidad compartieran Kono y Murayama. Esto llevó a muchos a predecir que Abe adoptaría políticas revisionistas. Tales predicciones, más que las acciones de Abe, remitieron a numerosos comentarios en relación a sus políticas.
 
Como primer ministro, Abe adoptó un enfoque más pragmático, afirmando repetidamente que su Administración revisaría los comentarios de sus predecesores. Con todo, el tono de sus afirmaciones y la estrecha interpretación legal de las responsabilidades del Japón comprometió sus esfuerzos al momento de dejar atrás las acciones pasadas de su país.
 
Más aún, el hecho de que Abe rehusara condenar las visiones extremistas compartidas por otros políticos, incluyendo las de aquellos que sirven como consejeros cercanos, exacerbó las tensiones con Corea del Sur.
 
El Gabinete de Abe aprobó los recientes comentarios del primer ministro, lo cual convierte a éstas en la posición oficial del Japón. Lo cual es digno de celebrarse.
 
Abe había expresado originalmente que comentaría sobre el tema solo a nivel personal y 'pensando en el futuro', incrementando las preocupaciones sobre el abandono revisionista sobre comentarios previos sobre remordimiento. Una vez más, Abe se movilizó de manera contraria a toda predicción.
 
En tanto el primer ministro incluyó los conceptos correctos, su tono y el contexto podrían ser contrarios a los esfuerzos para lograr una reconciliación con Seúl. Las referencias de Abe sobre el poder colonial remitieron a una explicación innecesaria -algunos incluso podrían interpretarlas como una justificación- para las acciones agresivas del Japón, que luego el propio Abe caracterizó como 'el camino incorrecto'.
 
La principal objeción, sin embargo, remite a su referencia indirecta sobre 'el confort para las mujeres'.
 
El asunto, que sirve como aproximación indirecta para el conjunto de las transgresiones japonesas durante su ocupación de la Península de Corea, se ha vuelto el foco de interés primario en la desconfianza surcoreana y en la animosidad hacia el Japón y el propio primer ministro. Abe expresó: 'No deberemos olvidar que había mujeres detrás del campo de batalla, cuyo honor y dignidad fueron severamente heridos'.
 
Los conceptos 'honor' y 'dignidad' hicieron eco en aquellos hechos públicos en los comentarios del Secretario Kono, en 1993. Sin embargo, Abe no incluyó el reconocimiento directo de Kono al respecto de que las autoridades militares del Japón se vieron involucradas en el reclutamiento de mujeres bajo coerción.
 
Con todo, las expresiones de Abe con dignas de alabanza por ser aprobadas por su Gabinete, y por haber incluído frases clave que, aún el pasado fin de semana, siguieron siendo tópico de informes conflictivos en los medios. Sus comentarios son, hasta el momento, mejor de lo que entendidos y analistas hubiesen predicho un año atrás.
 
Dicho esto, Abe debiera haber ido más lejos en el reconocimiento del rol directo del Japón en la coerción de mujeres, destinadas a la esclavitud sexual para las fuerzas armadas. Una afirmación más directa hubiese llegado con mayor claridad a Corea del Sur, dando lugar a cimientos más sólidos desde los cuales aliviar las tensiones, lográndose una mejora de las relaciones e, inclusive, una reconciliación.
 
Esta fue una oportunidad perdida que podría obscurecer su legado, así como también sus políticas, particularmente en un momento en que el Japón está implementando reformas de Defensa -como ser la autodefensa a nivel colectivo.
 
El foco ahora se trasladará hacia la figura de la presidente surcoreana Park Geun-hye, al tiempo que se aguarda su respuesta.  ¿Aceptará el intento de acercamiento de Abe -aunque fallido-, acordando compartimentalizar asuntos históricos, de cara a los desafíos y las oportunidades de política exterior que presenta la actualidad?
 
¿O acaso entenderá la mandataria surcoreana que las expresiones de Abe no fueron lo suficientemente 'sinceras'? -lo cual ella había exigido previamente.
 
Existe, desde ahora, un sendero viable para el reencuentro japonés-surcoreano. Desde luego que no será sencillo, y demandará que tanto Abe como Park se muestren sólidos en su liderazgo -enfrentándose debidamente al fervoroso elemento nacionalista en sus respectivos países; espectro que ha invertido esfuerzos en pos del alejamiento de la reconciliación.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/08/14/prime-minister-abe-atones-for-japans-past-actions/

 
Sobre Bruce Klingner
Es Analista Senior en Investigación para el Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage. Publica periódicamente análisis y escritos sobre Corea del Norte, Corea del Sur, Japón y temáticas de seguridad en la región. Klingner se desempeñó veinte años en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). Fue jefe de la estación de la CIA en Corea en el bienio 1993-1994.