POLITICA ARGENTINA: DR. ROBERTO PORCEL

Subestiman al votante

Pareciera ser que, desde distintos sectores, la intención coincide con hacer creer al votante...

02 de Agosto de 2015
Pareciera ser que, desde distintos sectores, la intención coincide con hacer creer al votante que la elección que se avecina ya tiene dueño de antemano. Desde el kirchnerismo, se promocionó fallidamente que la elección ya estaba ganada -y que todo se trataba de un mero trámite. Con tal objetivo, se invirtió no poco dinero en publicidad y encuestas, para que lo reflejaran acorde a aquel eslogan. El modus operandi: Miente; miente, que algo queda.

Paradójicamente -y a pesar del esfuerzo gubernamental-, el FPV perdió elección tras elección en la que se presentó, y pese a ello, al día diguiente de cada derrota, se presentaba frente a la sociedad como si hubiera resultado victorioso. Así fue en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde ni siquiera se acercó al balotaje; en Mendoza, en La Pampa, en Río Negro -donde perdió una de sus mas importantes espadas, nada menos que Miguel Angel Pichetto-; en Córdoba, y en Santa Fe. Pero, como suele suceder, la mentira finalmente tiene 'patas cortas'. Por estas horas, todo mundo reconoce que es prácticamente imposible que el kirchnerismo pueda remontar una segunda vuelta. Tal como sucede con todo gobierno saliente, el oficialismo cuenta con un caudal electoral residual que, al tiempo que le garantiza una cantidad de votos 'cautivos', éste remite a su propio techo. Los personeros del kirchnerismo, en perfecto conocimiento de esta realidad y de sus propias limitaciones, ha intentado inútilmente promocionar la idea de que le 'sobraban' sufragios para hacerse del triunfo en una primera vuelta. Hoy es claro que ha fracasado en ese intento, por cuanto nadie cree en la factibilidad de ese escenario. Todo remite a la aritmética: no le dan los números.

La pasada elección en la Ciudad de Buenos Aires también sirvió para echar por la borda este nuevo relato que se quiso instalar. Las encuestadoras de opinión quedaron tan expuestas como la falsedad de los números que presentaban -y que auguraban resultados ciertamente muy distintos, a los que verdaderamente acontecieron. Encuestas y encuestadores han perdido ya toda credibilidad. Ya no es posible a esta altura 'ganar antes de tiempo'. De un modo u otro, todos deberán ganar o perder en las urnas. Será el adiós a la prepotencia tendenciosa y mentirosa de las encuestas. Otro ejemplo es el que involucra al Frente Renovador, espacio al que se quiso 'sacar de la cancha' a través de esa metolodogía.  Mientras sobre el oficialismo los estudios de opinión promocionaban que ya había 'ganado', sobre el FR la idea base era que este espectro ya había 'perdido'.

El oficialismo 'prefirió' elegir a otro adversario, supuestamente mas poderoso. Esta sola circunstancia pone de relieve -en toda su dimensión- el carácter falaz de la estrategia kirchnerista. Desde luego que, a criterio de alimentar esta experiencia, y para ganar su propio espacio -justo es reconocerlo-, el PRO ayudó a generar este escenario. Se al Frente Renovador de cualquier escenario en las futuras elecciones presidenciales, caracterizándolo como 'lo viejo', mientras que ellos eran 'lo nuevo'. Solo se cuidaron bien de destacar que 'lo nuevo' se hallaba, en rigor, compuesto en su gran mayoría, por un partido centenario como la Unión Cívica Radical, de reciente responsabilidad en el fracaso del gobierno de la Alianza, que es quien le ofreció soporte y estructura en todo el país (al punto en que los supuestos 'éxitos' que se arrogaba el PRO no fueron propios, sino que le fueron obsequiados por su centenario aliado. El otro 'socio' del que se nutre el PRO es un partido compuesto por figuras de añeja trayectoria, como lo es la Diputada Nacional Elisa Carrió. A fin de cuentas, resulta ser que 'lo nuevo' se alimentó más de 'lo viejo'. En tren de insistir en esa metodología de agudización de la polarización, el PRO negó y rechazó toda posibilidad de acercamiento o estrategia común. Acaso sin darse cuenta, le hizo el juego al kirchnerismo -que asistía como testigo al desvanecimiento del adversario temido, que venía de derrotarlo en la Provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, para disgusto del Gobierno Nacional y frustración del PRO, el partido que lidera Sergio Tomás Massa no ha abandonado la escena. El FR ha resurgido, con mas brío que antes. No solo eso: el contexto hoy se caracteriza por un espacio PRO en franco estado de desconcierto y parálisis, a consecuencia del finalmente reñido balotaje de la Ciudad, y la dolorosa derrota de Santa Fe. En concreto, ambos partidos -el FR y el PRO- son mucho más que el kirchnerismo; aún cuando sus referentes no hayan sabido confluir en un espacio común. Eventualmente -sobre esto, pocas dudas quedan-, deberán hacerlo, muy a pesar de sí mismos. Es probable que la diferencia más atendible que hace a estas fuerzas de cara al comicio remite a la potencialidad de uno y otro para movilizar atractivos en la Provincia de Buenos Aires, y del cuidado y vigilancia de los votos que pudieran obtenerse. Por su parte, el Frente Renovador ya probó que cuenta con la experiencia necesaria; en el terreno, ha logrado vencer al aparato kirchnerista contando con tan solo ocho intendentes. Mientras tanto, el PRO genera más dudas que certezas.

Con todo, existe la presunción de que ambos espacios opositores han aprendido sus respectivas lecciones. A la hora de la verdad, confluirán en la misma vereda, aunando votos y esfuerzos. Como dice el veterano refrán: No es que se quieran tanto... como que los une el espanto.

 
Sobre Roberto Porcel

Es Abogado en la República Argentina, especialista en Derecho Comercial y experto en temas relativos a la falsificación marcaria. Socio en el Estudio Doctores Porcel, fundado en 1921. Los textos del autor en El Ojo Digital pueden consultarse en http://www.elojodigital.com/categoria/tags/roberto-porcel.