ECONOMIA INTERNACIONAL: NICOLAS CACHANOSKY

Entendiendo la crisis griega

Al momento de escribir estas líneas, Grecia está por caer en default de su deuda soberana...

01 de Julio de 2015
Al momento de escribir estas líneas, Grecia está por caer en default de su deuda soberana. ¿Qué sucedió y cómo llegó Grecia a esta situación? Para comprender lo que está sucediendo con este país, se vuelve necesario retroceder algunos años.
 
Previo a hablar de Grecia, es imperativa una breve aclaración, a los efectos de comprender algunos de los eventos en torno a esta crisis. En economía, suele separarse los conceptos de déficit y déficit estructural. El déficit estructural es el resultado fiscal en equilibrio -esto es, sin el efecto de ciclos y fluctuaciones económicas. El déficit comprende al déficit estructural, sumadas las oscilaciones fiscales que tienen lugar cada año. Si el presupuesto se encuentra en equilibrio estructural, entonces los superávits y déficits de cada año se cancelan y tienen como resultado un presupuesto balanceado en el mediano y largo plazo. El problema no es el déficit en sí, sino el déficit estructural (crónico).
 
La crisis del 2008 afectó seriamente las proyecciones de la economía griega, que posee un historial de abultados déficits estructurales y, por lo tanto, un alto nivel de endeudamiento (superior al promedio de la Eurozona). La deuda griega perdió el investment grade y, por ende, Grecia quedó fuera de los mercados financieros para cubrir su crónico déficit fiscal. Al ser parte de la Eurozona, Grecia está imposibilitada de emitir euros para financiar su déficit, por lo que debe recurrir al mercado de deuda. Con las puertas del mercado financiero clausuradas, Grecia hubiese tenido que afrontar una decisión Grecia, gráficosimilar a la actual (poner sus finanzas en orden o caer en default). Sin embargo, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional [la Troika] extendieron un préstamo de salvataje a la economía helena. El salvataje debía cubrir las necesidades financieras de Grecia entre mayo del 2010 y junio del 2013. Este préstamo, sin embargo, fue condicional a que Grecia equilibrase su presupuesto (el programa de 'austeridad'). Si los gobiernos europeos iban a dar recursos de sus contribuyentes al gobierno griego, entonces el gobierno griego debía poner sus cuentas en orden y dejar de gastar por encima de sus recursos.
 
A los pocos meses, se volvió claro que el préstamo se había quedado corto -en menos de la mitad de los recursos necesarios. En parte debido a la lentitud de Grecia en cumplir con las condiciones del préstamo y reducir las necesidades de financiamiento. En febrero del 2012, un segundo préstamo fue aprobado, con vencimiento en diciembre del 2013. Es en este segundo acuerdo donde los bancos comerciales debieron aceptar una quita del 53,5 % del valor nominal de la deuda griega.
 
Estos dos créditos no fueron suficientes. En diciembre del 2012, la troika extendió a Grecia un tercer préstamo para cubrir necesidades de financiamiento del período que va de enero a marzo del 2015. Pero, hacia finales del 2013, Grecia comenzó a mostrar mejores indicadores económicos. Si bien aún el presupuesto es deficitario, el cálculo del déficit estructural (de equilibrio) arroja superávit para el 2013 y el 2014, la economía comienza a crecer nuevamente y el desempleo cae. Gracias a estos resultados, Grecia pudo volver a emitir deuda en el mercado financiero y así cubrir el 'déficit cíclico' del 2014. El gráfico muestra el déficit y el déficit estructural griego (en % de PBI). Se aprecia el superávit estructural en el 2013 y 2014. Pero, asimismo, se observa que, si bien la crisis del 2008 tuvo un impacto internacional, el resultado fiscal griego comenzó a empeorar antes del 2008. Es decir que a Grecia tampoco se le cayó el mundo encima.

Pero una concatenación de eventos políticos empeoró el escenario económico
. En diciembre del 2014, el parlamento griego llamó prematuramente a elecciones y Syriza, el partido de izquierda, ganó las elecciones con la promesa de rechazar el plan de austeridad. Alexis Tsipras fue elegido primer ministro. En una reacción que difícilmente resulte sorprendente, la troika dejó en suspenso la ayuda financiera, hasta tanto el nuevo gobierno griego aceptase las condiciones del acuerdo, o bien se firmasen nuevas condiciones. No obstante, la troika extendió el vencimiento del acuerdo, para dar tiempo a las nuevas negociaciones. La decisión de Syriza y la reacción de la troika dejaron a Grecia nuevamente fuera del mercado financiero.
 
El 26 de junio, Grecia se retiró de las negociaciones y, al día siguiente, Tsipras anunció un referéndum para decidir si Grecia aceptaba o no las condiciones del préstamo. El referéndum tenía fecha 5 de julio, luego del vencimiento del acuerdo financiero. El resto de los países europeos ratificó la fecha de vencimiento del acuerdo al 30 de junio. Sin un acuerdo financiero y con un default en puertas, una corrida bancaria llevó al gobierno de Tsipras a instaurar un corralito, lo que limitó las extracciones bancarias y los giros bancarios al exterior.
 
A menos que a último momento la troika decida extender nuevamente la ayuda financiera a Grecia, el pueblo heleno deberá hacer frente a dos decisiones: aceptar las condiciones del préstamo y poner las finanzas públicas en orden, o bien defaultear la deuda, posiblemente salir del euro y reintroducir una moneda local (por ejemplo, el dracma). Ninguna de estas alternativas es atractiva a corto plazo. Grecia dejó pasar demasiado tiempo para solucionar sus problemas fiscales, sin tener que pasar por estos sobresaltos. Como la Argentina en el 2001, el ajuste fiscal es inevitable. Grecia debe decidir si este será de manera ordenada, o si lo hace como resultado de un default. Luego de que la clase política dirigente rechazase el plan de Ricardo López Murphy, el ajuste fiscal que siguió fue mayor en magnitud -y desordenado. Esperemos que Grecia se inspire correctamente del Caso Argentina, y no siga los pasos equivocados que nos llevaron a la delicada situación económica actual.

 
Sobre Nicolás Cachanosky

Es profesor adjunto de Suffolk University (Boston, EE.UU.) y candidado a un doctorado de la misma institución. Publica periódicamente sus artículos en el sitio web en español del Instituto Cato (Washington, D.C.).