POLITICA ARGENTINA: ELECCIONES 2015

Carrió-Flores, una fórmula presidencial capaz de provocar un cambio cultural

Las fórmulas presidenciales no son inocuas. A partir de su composición...

28 de Junio de 2015
Las fórmulas presidenciales no son inocuas. A partir de su composición y puesta en consideración, se presentan como un insumo fundamental para el electorado, que se dispone a votar la conducción de los asuntos públicos del país para los próximos cuatro años.
 
Podemos decir que existen tres aspectos a considerar primordiales en toda fórmula presidencial. El aspecto formal -regulado por la Constitución Nacional- está relacionado con las atribuciones y responsabilidades del presidente y vicepresidente. El aspecto netamente político, el cual resulta útil para entender la articulación de fuerzas políticas o aquellas cuestiones vinculadas a la gobernabilidad (cohesión) que se logra a partir del acuerdo entre los dos dirigentes que integran la fórmula presidencial. El tercer aspecto que debemos tener en cuenta es el simbólico, el cual nos interesa particularmente, por cuanto, desde el punto de vista de las transformaciones culturales, resulta ser el más importante.
 
En un país fuertemente presidencialista como el nuestro, la fórmula presidencial expresa el modelo de país que proyectan sus integrantes, independientemente de su discurso político de oportunidad. Se trata de un símbolo que conlleva un aspecto sumamente democrático, en el sentido de que es la información más transparente y sintética a disposición del electorado acerca del país que viene.

En un mundo donde los ciudadanos difícilmente se detengan a leer propuestas de gobierno, atender a largos discursos de propaganda política o participar de debates políticos, la 'lectura' de la fórmula presidencial resulta ser una herramienta necesaria, potente y altamente certera, con el objeto de conocer el futuro impacto en la sociedad del binomio que se postula para gobernar.
 
Tomemos, por ejemplo, un caso reciente y comprobable: La fórmula Cristina Kirchner y Amado Boudou. Considerando la historia previa de ambos integrantes, podemos afirmar que el aspecto vinculado a la corrupción resultaba ser constitutivo de la trayectoria de cada uno. Pues bien, el resultado de la acción de gobierno una vez electa la fórmula presidencial fue el esperado: un país con los más altos niveles de corrupción y degradación cívica desde el retorno de la democracia en el año 1983.
 
Veamos ahora dos casos actuales de fórmulas que se proponen al electorado y que mejor simbolizan los modelos de país que los argentinos tendrán en el cuarto oscuro en pocas semanas.
 
Por un lado, la fórmula oficialista de corte estalinista, conformada por el binomio Scioli-Zannini. Simboliza la división nacional y profundización del modelo autoritario al estilo Venezuela. El riesgo a la libertad de todos está dado por la 'inteligencia' probada y ejecutada en todos estos años al servicio del populismo del secretario legal y técnico kirchnerista y la 'nada' que encarna el candidato presidencial Daniel Scioli. Es la nada a la que serán reducidas las libertades civiles si prospera esta propuesta electoral.
 
Por otro lado, si consideramos la trayectoria de ambos dirigentes, la fórmula presidencial Carrió-Flores es la que representa la salida a la República, el desarrollo y la unión nacional. Es un binomio conformado por Elisa 'Lilita' Carrió, la dirigente política más digna proveniente de las clases medias argentinas y Héctor 'Toty' Flores, el dirigente más digno surgido de las clases pobres. Es, por lo tanto, un símbolo capaz de devolver la dignidad a una nación que hace tiempo la ha perdido, a manos de gobiernos indignos.
 
Carrió y Flores expresan la unión nacional de las clases pobres y medias de nuestro país, asentada sobre bases republicanas y de justicia social. Constituyen una fórmula que, en caso de ser electa, tendrá la potencia necesaria para sanar la nación y provocar un cambio cultural a escala a partir del ejemplo, la lucha contra la corrupción y el ascenso social de las clases pobres y medias de nuestra Patria, en base al trabajo y la igualdad de oportunidades.

 
Sobre Mariano Alvarez

Es Ingeniero en Informática (Universidad de La Matanza), con Master en Ciencias del Estado en la Universidad del CEMA y Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador. Actualmente, se desempeña como Secretario General del partido bonaerense Movimiento Social por La República (MSR).