POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Los mariscales del overshooting

El Jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich, y el Ministro de Economía, Axel Kicillof, montaron en la mañana...

24 de Enero de 2014

El Jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich, y el Ministro de Economía, Axel Kicillof, montaron en la mañana de este viernes una puesta en escena de emergencia para intentar ponerle paños fríos al overshooting registrado apenas 24 horas antes en el mercado cambiario.

El funcionario chaqueño declaró que el Gobierno Nacional había decidido flexibilizar la compra de dólares por parte de particulares y, previo a retirarse sin contestar preguntas de los periodistas presentes, completó que se propondría la reducción del sobreimpuesto del 35% sobre gastos con tarjeta de crédito en el exterior. Los buenos modos de que echó mano Capitanich en su exposición se vieron rápidamente opacados por los conceptos vertidos por Kicillof, quien volvió a recurrir a la formulación psicótico-paranoide del golpe de mercado -existió un "ataque especulativo muy fuerte", dijo- y remató con el reconocimiento explícito del mercado paralelo de la moneda estadounidense, antes negado: "Nos quieren hacer creer que el dólar vale trece pesos", agregó. Su premisa de endilgarle responsabilidades por el putsch financiero a la petrolera angloholandesa Shell y a su presidente, Juan José Aranguren, bordea con la consideración del Jefe de Gabinete, para quien es lícito comparar a los ciudadanos de a pie que se refugian en la divisa norteamericana para resguardarse de la inflación con peligrosos traficantes de droga.

No obstante, nada cambiará en la práctica. Mientras el amoral jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, ya ha motorizado una serie de reuniones con su equipo para especificar los términos de la flexibilización que dará forma al marco desde el cual hacerse del billete estadounidense, lo concreto es que el organismo recaudador continuará operando con la discrecionalidad de siempre, al momento de definir a quién se le permite comprar divisa y en qué cantidades. Nada permite suponer que la Administración Federal de Ingresos Públicos no continúe rechazando -y de manera automática, como hasta hoy- la venta de dólares por sistema, sin importar que los interesados demuestren fielmente una capacidad contributiva acorde y tener sus tributos abonados y al día.

En suma, la iniciativa del mustio consorcio Capitanich-Kicillof solo consistió en una maniobra fraudulenta y abundante en evasivas para ganar tiempo en el último día de operaciones de la semana. La presentación remitió a una respuesta espasmódica frente a la sangría de US$100 millones diarios promedio del Banco Central de la República y la percepción extendida de que la Administración no cuenta ya con recursos suficientes para hacer frente a la corrida financiera que alcanzó su auge esta semana.

El gobierno de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner está perdido, por cuanto la numerología computada sobre el dólar estadounidense durante el último semestre ha probado de manera irrebatible que las oscilaciones en la cotización -a contramano de la visión compartida por el equipo económico- no ha dependido de los mercados, sino que responde proporcionalmente a los caprichos surgidos de los anuncios oficiales. En tanto las bajas en el mercado paralelo o "ilegal" solo exhiben un carácter temporal, rápidamente el público y los players de mayor peso se hacen a esta realidad, y regresan a comprar con mayor fuerza, volviendo a disparar el precio de la divisa. A la postre, Axel Kicillof debería terminar de asimilar que el dólar cotizará al precio que los interesados estén dispuestos a pagar, y no al que él juzgue discrecionalmente.

Fundamentalmente, el nudo gordiano del Blue no devuelve soluciones concretas, atendiéndose al hecho de que quienes toman parte en el juego de la oferta y la demanda (BCRA y público) operan no ya sobre la base de la racionalidad, sino de la demostración de fuerza: Kicillof, Capitanich, Fábrega y Echegaray corren detrás de la pelota y -como ya se ha visto- emergen siempre perdidosos de la contienda. En el proceso, el Central y los bancos privados y estatales se descapitalizan, agigantando el diámetro del círculo vicioso de oportunidad.

El problema resulta ser más grave todavía: el todavía Gobernador del Chaco y el ex cavallista Kicillof disponen ahora solo de 48 horas (el fin de semana) para poner puntos sobre las íes. Si esa faena resultase incompleta o retornase un mayor grado de incertidumbre, los ciudadanos de a pie continuarán refugiándose en el dólar. Y, para ello, comenzarán a licuar sus depósitos en cuentas a la vista para correr hacia las cuevas. A la sazón, transformando la corrida financiera en una corrida bancaria y endosándole al Jefe de Gabinete y su lenguaraz partenaire el fracaso del que ya se han hecho amos y señores.
 

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.