POLITICA: PABLO PORTALUPPI

Jugar con fuego

Durante los últimos nueve días, la Argentina ha transitado (y continúa haciéndolo) patéticas postales de su actualidad.

12 de Diciembre de 2013
Durante los últimos nueve días, la Argentina ha transitado (y continúa haciéndolo) patéticas postales de su actualidad. La referencia no solo tiene que ver con los acuartelamientos policiales y saqueos, sino también con la indignante fiesta organizada por el Gobierno Nacional, con la excusa de conmemorar los treinta años ininterrumpidos de democracia. Las tres décadas de gobiernos constitucionales, con sus sinsabores y miserias, son motivo claro de celebración; pero la realidad exponer que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner encabezó el convite con el único motivo de autocelebrarse. Celebrando la "década ganada" y también a la propia Presidente.
 
Por sí mismo, este hecho no traería mayores criticas y novedades, dado que los Kirchner han recurrido a fiestas populares para adularse a sí mismos, y con la inestimable y más que bien remunerada ayuda de un puñado de artistas, que en otras épocas no muy lejanas supieron ser voceros de la indignación popular: el exilio en la dictadura (y a partir del accionar la Triple A, registrados durante un gobierno peronista), las críticas a la "pizza con champagne" del menemismo. Lo cual conduce a una molestia todavía no comprendida en su verdadera dimensión, esto es, que se danzara y festejara horas después -o casi al mismo tiempo- en que el país se veía ultrajado con muertes y saqueos en casi la totalidad de las provincias. Dias después que mucha gente se viera privada de electricidad y agua, dada la fuerte tormenta del domingo 8. Una semana después de la batalla campal previa a la elección del Rector de la Universidad de Buenos Aires. Y a poco de conocido el resultado de los análisis PISA, con la Argentina ocupando uno de los más bajos escalafones en educación (al compararse con otros países). 
 
La Presidente se ocupó de golpear un bombo, mientras mas de diez familias lloraban a sus muertos, y mientras pequeños comerciantes asistían a la Cristina, bailandodestrucción total de sus comercios. También en ese momento aciago, la sociedad en su conjunto se miraba al espejo, preguntándose cómo es que se ha llegado a aceptar durante tanto tiempo que la policía (cuya función es, precisamente, cuidarnos) viviese con salarios indignantes. Desde un enfoque moralista, es más cómodo oír hablar de "extorsión policial" que aceptar que hemos descuidado a nuestras fuerzas del orden. Los últimos de opinión refieren que la Presidente de la Nación aún conserva un importante índice de aceptación popular. Quizás, haya que rastrear aquí las razones por las cuales Cristina decidió subirse a un escenario para bailar y tocar el bombo. 
 
Condenamos con vehemencia los saqueos, pero no condenamos con la misma vara los "saqueos" que propician nuestros dirigentes. Hemos llegado a internalizar una expresión terrible: "roban, pero hacen". No parece importarnos la obscena fortuna de los Kirchner, que un personaje de baja estofa como Amado Boudou siga siendo el Vicepresidente, paseándose en moto con los cabellos al viento. A algunos, Boudou les resulta, incluso, simpático. Probablemente, los saqueos encuentren explicación en la actitud de algunos de nuestros dirigentes, más allá de lo condenable del hecho en sí. Algún reconocido periodista declaró, alguna vez: "No entiendo cómo todavía respetamos los semáforos".
 
Sobrevendrán épocas difíciles. Quizás sea recomendable no creer en las admoniciones de los economistas de los "presidenciables", quienes alegremente propugnan que "esto, con dos medidas, se arregla". Nadie predijo el "Rodrigazo" en 1975. Situación que surgió, fundamentalmente, a partir de una irrefrenable carrera entre precios y salarios. Hoy, el crecimiento de los precios se está acelerando; los agentes de policía consiguieron aumentos que oscilan entre el 65% y el 100%. Pablo Michelli -líder de la CTA opositora- ya adelantó que llegarán más reclamos antes de fin de año, con el objeto de consolidar mejoras para empleados estatales, médicos y docentes. Hugo Moyano, líder de la CGT no allegada a Balcarce 50, se encuentra decidiendo la posibilidad de un Cristina, bailandoparo general, también para ser ejecutado antes de 2014. Los sindicatos del orden privado exigen un plus que oscila entre los $3 mil y los $10 mil. Todo ello, en medio de un contexto que, sin importar los diez años de crecimiento sostenido, expone el alarmante déficit que se ha abatido sobre las arcas del Estado Nacional y las Provincias; todo remata con la debacle computada con las reservas del Banco Central de la República.

Se multiplican los rumores de cara a más saqueos y actos vandálicos, a producirse entre el 20 y el 30 de diciembre. Las cámaras que agrupan a los supermercados chinos están decidiendo cerrar sus puertas hasta enero. Llamativamente, los medios de comunicación del interior no reportaron ese vandalismo en su verdadera extensión y dimensión (En Mar del Plata, por ejemplo, se registraron bastante más saqueos que los que se reportaron a través de medios locales; información que sería corroborada luego por fuentes policiales). 
 
Y la Presidente canta y baila. Capitanich sanatea, al mejor estilo del recordado capocómico Fidel Pintos. La Cámpora aprovecha cada oportunidad para provocar a la ciudadanía. Opositores callan, por falta de ideas y de agallas, con muy escasas excepciones. Lo cierto es que estamos jugando con fuego y, si acaso la mecha aún no se ha encendido, ello se debe a la culpa y a un exceso de tolerancia.

Celebremos los treinta años de democracia, pero tengamos en cuenta que es hora de comenzar a saldar nuestras interminables deudas. Es hora, también, de dejar de jugar con fuego.
 

 
Sobre Pablo Portaluppi

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Periodismo. Columnista político en El Ojo Digital, reside en la ciudad de Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Su correo electrónico: pabloportaluppi01@gmail.com. Todos los artículos del autor, agrupados en éste link.