ESTADOS UNIDOS: HELLE C. DALE

Estados Unidos: Bengasi, el otro 11 de septiembre

Aunque se llevaron a cabo actos de conmemoración oficiales del 11 de septiembre de 2001, y los ciudadanos estadounidenses volvieron a llorar y a honrar las vidas perdidas doce años atrás...

12 de Septiembre de 2013
Aunque se llevaron a cabo actos de conmemoración oficiales del 11 de septiembre de 2001, y los ciudadanos estadounidenses volvieron a llorar y a honrar las vidas perdidas doce años atrás, lo que corresponde es no olvidar a aquellos que perdieron la vida en Bengasi, Libia, hace hoy un año. Porque el 11 de septiembre también marca el aniversario de la muerte del embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, así como de Sean Smith, Glen Doherty y Tyrone Woods.
 
Estados Unidos entró en guerra contra al-Qaeda y el gobierno talibán de Afganistán que lo patrocinaba, justo un mes después de los atentados contra la ciudad de Nueva York y Washington. Sin embargo, ha transcurrido todo un año desde los sucesos de Bengasi y aún permanece un gran número de preguntas sin respuesta, frente a las circunstancias de la muerte de estos cuatro valientes ciudadanos. Al día de la fecha, no ha tenido lugar ninguna represalia, y tampoco ha sido llevado culpable alguno ante la justicia. Y nadie en el Departamento de Estado -responsable por no haber ofrecido la protección suficiente para su misión- ha rendido cuentas por ello.
 
"Nuestra obligación moral es defender y proteger a los ciudadanos estadounidenses", apuntó el ex congresista Allen West (Republicano, Florida) durante el evento celebrado por la Fundación Heritage bajo el título "Bengasi: otro trágico aniversario en el 11 de septiembre". "Si no lo hacemos, seremos menos nación". A pesar del empeño de cinco comités del congreso norteamericano por sacar a la luz los sucesos de Bengasi, numerosas preguntas aún siguen sin responderse. Por otro lado, la posterior investigación referente a la seguridad de la embajada expone que las deficiencias que propiciaron los sucesos de Bengasi aún no se han corregido.
 
Aún se desconoce qué estaba haciendo Stevens en Bengasi en Libia, un 11 de septiembre y con seguridad mínima, en un día en el que el riesgo de atentados contra ciudadanos de EE.UU. es particularmente alto. Apenas si se ha sabido de relatos de primera mano sobre el atentado por parte de los empleados del Departamento de Estado, del personal de seguridad y de la CIA destinados en Bengasi. Como indicó recientemente Steven Bucci, director del Centro Allison de Estudios de Política Exterior de la Fundación Heritage, todavía se desconocen los motivos frente al férreo espíritu militar de no dejar atrás a ningún ciudadano estadounidense fue ignorado, y por qué se abortó la acción militar.
 
Como explicara la profesora Mary Habeck, de la Universidad Johns Hopkins, ni siquiera se comprende realmente quién es el enemigo o qué lo motivó. Contrariamente al enfoque antiterrorista de ley y orden adoptado por la Administración Obama, argumentó Habeck, al-Qaeda aspira a una insurgencia global y no se dedica simplemente a derribar gobiernos en Medio Oriente y Africa del Norte. Por lo tanto, Estados Unidos, sus legaciones diplomáticas y sus instalaciones militares continúan siendo sus objetivos.
 
En un día en el que Estados Unidos lloró a quienes perdieron la vida doce años atrás, así como a los que murieron hace un año en Bengasi, el país también debería refrescar su determinación moral. El presidente Barack Obama hoy esgrime razones morales para intervenir contra el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio. Sin embargo, hace un año, la cuestión moral de acudir en defensa de ciudadanos de EE.UU. que estaban siendo atacados en Bengasi no fue una prioridad de alto nivel, aunque debió haberlo sido.
 
Helle C. Dale | Heritage Libertad, The Heritage Foundation