ESTADOS UNIDOS: HANS VON SPAKOVSKY

Estados Unidos: el verdadero escándalo del IRS

Contrariamente a lo que afirmara el presidente estadounidense Barack Obama la semana pasada en un discurso ofrecido en la Universidad Knox, la persecución política a organizaciones conservadoras por parte del Servicio de Impuestos Internos (IRS)...

09 de Agosto de 2013
Contrariamente a lo que afirmara el presidente estadounidense Barack Obama la semana pasada en un discurso ofrecido en la Universidad Knox, la persecución política a organizaciones conservadoras por parte del Servicio de Impuestos Internos (Internal Revenue Service, IRS) no es un "falso escándalo" (phony scandal, fue la expresión que ganara popularidad en EE.UU.). Se trata de un auténtico escándalo que pone el foco sobre el peligro de un gobierno federal todopoderoso, particularmente en el caso de una agencia como el IRS, que exhibe poderes extraordinarios para destruir y apoderarse de la propiedad, la vida y las empresas de los ciudadanos del país.
 
La Administración Obama continúa exhibiendo una actitud casi esquizofrénica frente al escándalo del IRS. Aunque el vocero Jay Carney mantuvo un encendido debate con el presentador de la MSNBC, Joe Scarborough, en el que Carney se hizo eco de la afirmación del presidente de que la controversia en torno al IRS es un 'falso escándalo'. Sin embargo, cuando se le presionó al respecto, admitió que la investigación tiene "que llegar hasta el fondo de lo que sucedió en el IRS".
 
El secretario del Tesoro, Jack Lew, exhibió idéntica esquizofrenia en "Fox News Sunday", cuando declaró que lo que sucedió en el IRS fue "injustificable", pero que los "intentos por continuar planteando la cuestión" de una posible implicación política "en ausencia de prueba alguna", hacía de esto un 'falso escándalo'.
 
El secretario Lew parece haber omitido la lectura del reciente testimonio de Carter Hull, un veterano de 48 años del IRS, que refirió que la oficina del consejero general del IRS, William Wilkins, emitió instrucciones para que todas las solicitudes relacionadas con grupos del "Tea Party" tendrían que ser revisadas por su oficina, lo cual remite a un hecho muy inusual. Sucede que Wilkins es uno de los dos únicos nombramientos políticos del IRS, además de donante demócrata y experto en conformidad tributaria de organizaciones sin ánimo de lucro. Wilkins defendió (sin cobrar) al reverendo Jeremiah Wright, antiguo pastor de Obama, en una investigación de 2008 del IRS sobre el estatus de exención de impuestos de la iglesia de Wright por su respaldo a Obama.
 
De acuerdo a los registros de visitantes de la Casa Blanca, Wilkins se reunió con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca el 23 de abril de 2012. El jefe de Wilkins, Douglas Shulman (comisionado del IRS y quien también ocupa un puesto político en el IRS) también visitó la Casa Blanca al día siguiente. El 25 de abril de 2012, la oficina de Wilkins envió a la unidad del IRS responsable de las organizaciones exentas de impuestos comentarios sobre el manual para aprobar o desaprobar las solicitudes del Tea Party. Así pues, ¿qué discutió Wilkins con el presidente dos días antes? Realmente, no lo sabemos. El vocero Lew, tampoco.
 
El presidente Obama ordenó a Lew que prosiguiera con el informe del inspector general del Tesoro, J. Russell George, sobre la persecución del IRS a los grupos del Tea Party. Sin embargo, cuando Lew afirmó alegremente que "nada sugería" que las solicitudes enviadas a la oficina IRS fueron revisadas por Wilkins, Chris Wallace, de Fox News, le dijo: "Espere un momento, ¿se lo ha preguntado?". Obviamente, Lew no lo había hecho, afirmando que estaba "dejando la investigación [a] las personas adecuadas para hacer esa investigación". De tal suerte que Wallace siguió adelante, preguntando si alguien en el Departamento del Tesoro le había preguntado a Wilkins lo que sabía acerca de eso. Lew evitó responder a la pregunta y sencillamente repitió su afirmación frente a que "no había pruebas de que esto llegara a ningún responsable político". Y un buen modo de evitar obtener esas pruebas es evitar hacer dichas preguntas.
 
Aquí, la verdadera cuestión es que el episodio no remite a un "falso escándalo". Todas las historias que la Administración ha contado desde el principio de la investigación para explicar qué sucedió se han desmoronado, empezando por la falsa afirmación de que sólo algunos agentes corruptos de una oficina del IRS en Ohio eran los responsables de este comportamiento inadecuado y potencialmente ilegal.

A pesar de las 'falsas' afirmaciones del presidente Obama, Jay Carney y Jack Lew, el Congreso tiene la obligación de llegar al fondo de este abuso de autoridad por parte del IRS y de asegurarse de que nada de esto vuelva a suceder.
 
 
Hans von Spakovsky | Heritage Libertad, The Heritage Foundation