POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Nilda Celia Garré y César Milani, consorcio para el descalabro

"La corrupción es peor que la prostitución; la segunda hace peligrar la moral de un individuo, mientras que la primera compromete, invariablemente, la moral de una nación entera" (Karl Kraus, periodista y escritor austríaco)

29 de Julio de 2013

Desopilancias del "relato": a poco de conocerse los pormenores del cuestionable accionar del general coscoíno César Milani durante los años setenta, el Twitter, Matías E. Ruizespectro mediático filokirchnerista lloriquea en torno del "fusilamiento mediático" que -conforme denuncia aquél- se motoriza con el objetivo de derribar la construcción semiótica de raigambre nacional y popular inherente al subsistema.

Naturalmente, los embajadores del modelo cristinista chillan porque, al decir de los ibéricos, los medios aún no cooptados por el oficialismo han pillado a los corruptos in fraganti. Se compromete de cara al futuro, pues, la monumental edificación política, económica y social que ha explicitado su meta desde la infiltración definitiva del Estado y sus reparticiones para el exclusivo provecho de sus actores. Bajo el empleo de una óptica bastante más terrenal, habrá que referir que el conglomerado de comunicaciones gubernamental pone el grito en el cielo no ya para rescatar a un estupefacto Milani, sino para intentar salvaguardar la gestión de la ex Ministro de Defensa Nilda Celia Garré (2005-2010) ante OEA. Esta aún no ha dado inicio, pero ya se perfila herida de muerte: el siempre bien informado ecosistema washingtoniano ya contabiliza datos en abundancia sobre el inenarrable socio comercial de la flamante Embajadora de la Argentina en el organismo internacional con sede en el Distrito de Columbia. La referencia al alter ego de Garré, el General César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani es obvia; comporta una brutalidad casi axiomática.

Inexplicablemente -o quizás no tanto-, a Nilda Celia le han sido perdonados sus exabruptos setentistas, su pretendida ignorancia respecto de cómo manipular fusiles de asalto Made in Argentina, ciertos prolegómenos en el tráfico clandestino de material de reposición de esos mismos fusiles hacia el extranjero y otros tantos artículos de singular interés público. Más grave todavía, pocos resuelven adjudicarle responsabilidades de cara a la paupérrima manutención del equipamiento de las Fuerzas Armadas locales que, no en pocas ocasiones, se cobrara la existencia de -por ejemplo- pilotos de vetustas aeronaves de combate. La responsabilidad penal es, misteriosamente, la variable que el Honorable Congreso de la Nación ha preferido esquivar, solo para quedarse con las minucias de la explotación personal de registros de propiedad automotor adjudicados a ella en tiempos de la Presidencia del riojano Carlos Saúl Menem. Personaje que también -vaya coincidencia- supo cultivar un colorido idilio con el traslado apócrifo de armamento en tonelaje, y rematar el episodio con la voladura de un pueblo hasta ese entonces desconocido para millones de conciudadanos.

En connivencia con el uniformado de Cosquín -quien, según fuentes, difícilmente completará su sueño de anotarse su cuarto "sol"-, la irreverente Nilda se las arregló no solo para consolidar una satinada argamasa de negocios (Affaire Basualdo) sino que también aceitó los engranajes de una pulcra superestructura de espionaje destinada a desplumar a los militares demasiado renuentes de cara al pensamiento bolivariano en el MinDef. Todo ello, echando mano de los manuales que el Jefe Horacio Verbitsky recibiera oportunamente de los popes de La Habana y el G2. El "desliz" monetario que diera lugar al pase de manos y la posterior publicación de la lista de ex oficiales de Inteligencia en el folletín del rabbí Sergio Szpolski remite, apenas, al prólogo del librillo. Se asiste a la proverbial punta del iceberg.

Se ha dicho que la permanencia abre las puertas a la impunidad y que ésta, a su vez, permite el ingreso a todo lo demás. Reacia a la promoción de leyes de derribo, Nilda Celia Garré obsequió una cálida bienvenida a las aeronaves de pequeño porte que -esquivando el vigilado espacio aéreo brasileño- comenzaron a depositar sus cargamentos de drogas en pistas clandestinas del Litoral argentino, con el lóbrego corolario de la interrupción programada de radares militares. Los resultados están a la vista: nadie computa la violenta amplificación observada en el armado e instalación de laboratorios de cocaína y su lógico subproducto -el paco- en la enorme extensión del territorio argentino. El país se ha convertido en líder sudamericano en producción de sintéticos (MDMA/éxtasis), SEDRONAR se ha visto descabezada, y la prevención, aniquilada. Sobran toxicómanos, el precio se ha desplomado, y los homicidios acometidos por los consumidores se ha disparado, pues necesitan del producto para seguir funcionando. Son millones de familias argentinas las que hoy están pagando -en incómodas cuotas- esta perturbadora factura. El remate es la ausencia de contraveneno para neutralizar la multiplicación de operaciones de lavado de dinero a gran escala (los dealers demandan ingenierías financieras para disimular sus emprendimientos): la Administración Fernández Wilhelm invita a recibirlos con un cálido abrazo. Final épico para la carcajada o el llanto, según se prefiera: el bien intencionado Milani ha propuesto, puertas adentro, involucrar a las Fuerzas Armadas en el combate del flagelo de los estupefacientes. Evaporados los recursos del Tesoro y sobrecalentado el alcance de la presión impositiva, algunos se ven tentados de hurgar en novedosas "cajas". Sin importar que los militares terminen contaminados como en la pretérita Colombia de Andrés Pastrana, en donde un generoso porcentaje del generalato y no pocos rangos intermedios lograron reinventarse como narcotraficantes.

El Ejército Argentino, mientras tanto, está mostrando la peor faceta de su historia, avanzando sobre asentamientos y barrios precarios bajo la orden no escrita de hacer las veces de contralor electoral durante los próximos comicios legislativos. Es lo que, desde Balcarce 50, le fuera solicitado en tiempo y forma a la ex Ministro de Defensa y de Seguridad. El Arma contará ahora con la tutela de César Milani, sobre quien -próximamente- la prensa escrita citará que ha ideado cientos de nombres de fantasía para diseñar el payroll de supuestos espías, solo para dibujar las facturas del presupuesto que le fuera asignado y que asciende a más de trescientos millones de pesos con rigor anual. Siniestro espectrograma que se verá condimentado con las realidades financieras privadas del coscoíno, a saber, que no le cierran ni el "blanco" ni los resúmenes de sus tarjetas de crédito. Razón por la cual -se insiste en su círculo de conocidos- se ha visto obligado a redistribuír sus bienes en las identidades de su propia familia. Hablamos -vale refrescarlo- del mejor amigo de Nilda Celia Garré.

La ex Ministro, por su parte, se presentará como principal oradora en la universidad FLACSO, el próximo miércoles 31 (18:00 horas, Auditorio Emilio Mignone; Ayacucho 555). Es poco probable que ofrezca su opinión respecto de las extremadamente delicadas temáticas tratadas renglones más arriba. Se estima que la Señora aprovechará ese espacio para refritar las aún desconocidas bondades emanadas de la sociedad entre la Argentina y el estado terrorista de la República Islámica de Irán. Con toda probabilidad, pasará revista a los pingües beneficios cosechados por el país a partir de la amistad entre Buenos Aires y el bolivarianismo encarnado por los narcoestados del Eje ALBA. Y, siendo que su ponencia sobrevolará los innuendos del Sistema Interamericano, acaso regrese sobre su prerrogativa de eliminar el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), para reemplazarlo por una reducida comisión de corte chavistoide.

Otros datos pueden certificarse: de seguro, no querrá compartir conceptos relativos al escape para nada cinematográfico que protagonizaran recientemente un puñado de ex represores -obvia responsabilidad del gobierno que representa-, y tampoco contestará a preguntas de molestos parroquianos que intenten desmenuzar su íntima relación con el General César Milani. A pesar de que muchos ya sabemos -después de compilar cuantiosa y pormenorizada información- que es no solo su gran amigo, sino también su protegé y afamado alter ego.

En Washington, Cecilia Nahón -otra notable accionista del "modelo"- espera por Garré. Para dar inicio a la epopeya que expiró antes de dar el puntapié inicial.

Matías E. Ruiz