INTERNACIONALES: BRUCE KLINGNER

El desafío de Corea del Norte y su prueba nuclear

Nuevamente, Pyongyang ha desobedecido todo esfuerzo internacional, al conducir su tercera prueba nuclear. Corea del Norte anunció que condujo con éxito la prueba de un "dispositivo nuclear miniaturizado y más liviando con un mayor poder explosivo que el anterior"...

13 de Febrero de 2013

Nuevamente, Pyongyang ha desobedecido todo esfuerzo internacional, al conducir su tercera prueba nuclear. Corea del Norte anunció que condujo con éxito la prueba de un "dispositivo nuclear miniaturizado y más liviando con un mayor poder explosivo que el anterior". En conjunto con su lanzamiento exitoso de un misil de largo alcance en diciembre de 2012, Pyongyang se ha anotado otro logro en su búsqueda de décadas por amenazar a los Estados Unidos de América con armas nucleares.

La presente prueba se conoce a menos de un mes después de que Naciones Unidas volviera a demandar que Corea del Norte "cumpliera totalmente con sus Prueba nuclear en Corea del Norteobligaciones de abandonar los programas de armas nucleares existentes y todas las armas de este tipo", tendientes a que no lleve a cabo nuevas pruebas. La resistencia china evitó mayores castigos contra el lanzamiento del misil norcoreano, aunque la ONU expresara mansamente su "determinación para tomar acciones significativas ante la eventualidad de una nueva prueba nuclear de Norcorea o un nuevo lanzamiento".

Los detalles de la reciente prueba permanecen desconocidos, pero agencias encargadas de detección confirmaron que el evento "exhibe las características de una explosión, y su localización es, a grosso modo, congruente con las pruebas nucleares ejecutadas por la República Democrática de Corea del Norte de 2006 y 2009". La magnitud detectada de 4.9 grados en la escala de Richter ha sido mayor que la registrada en los dos ensayos anteriores. El ministro de defensa de Corea del Sur concluyó, de manera preliminar, que la prueba pudo haber sido de entre seis y siete kilotones, con mayor intensidad en en las pruebas de 2006 y 2009, que cifraron uno y cuatro kilotones respectivamente.

Aún se desconoce si acaso la prueba empleó plutonio -como en los ensayos previos-, uranio o plutonio aumentado (como en un dispositivo termonuclear). Una prueba de uranio podría demostrar que Pyongyang ha alcanzado una segunda fase en su programa de armas nucleares, mientras que un artefacto que emplease plutonio podría devolver un resultado con mayor alcance explosivo, o un arsenal nuclear ampliado, en virtud de que cada arma necesita de muy poco plutonio.

Lo que sí está claro es que Corea del Norte ha vuelto a desafiar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como también ha hecho lo propio con los esfuerzos recientes de China para prevenir que su problemático vecino incremente las tensiones en la Península de Corea. Kim Jong-un se ha demostrado a sí mismo que no es menos beligerante y peligroso que su predecesor. Kim también se exhibe claramente dispuesto a arriesgar los nacientes esfuerzos del presidente surcoreano Park Geun-hye para volver a tener conversaciones con Norcorea, tal como Kim Jong-il rechazó los intentos del presidente Barack Obama en 2009.

La atención ahora girará hacia Washington, a los efectos de comprobar si la Administración Obama se mantiene en su promesa frente a la actitud de Pyongyang que, rápidamente y de modo contundente, ha desoído la última resolución de la ONU. Los Estados Unidos deben, nuevamente, regresar al Consejo de Seguridad para presionar a la República Popular China con mayor firmeza para que se ejecuten sanciones más efectivas.

Washington debería insistir en que la próxima resolución de Naciones Unidas incluyan el Capítulo VII, Artículo 42 del Estatuto de la ONU, que permite reforzar las sanciones a través de medios militares. Ello permitiría que buques de guerra intercepten y aborden navíos norcoreanos sospechosos de transportar misiles nucleares, armas convencionales, componentes o tecnología bélica.

Dado que el Consejo de Seguridad ha caído víctima del obstruccionismo chino, ya ha pasado la hora para que los Estados Unidos den inicio a acciones unilaterales y que convoquen a otras naciones a respaldar esta postura. La Administración Obama debería identificar públicamente a los bancos, firmas comerciales y entidades gubernamentales culpables de quebrantar las resoluciones de Naciones Unidas y la leyes internacionales.

La creciente amenaza nuclear de Corea del Norte en perjuicio de los Estados Unidos claramente demuestra la necesidad del desarrollo de sistemas mejorados de defensa de misiles, así como también de robustas fuerzas militares con proyección para disuadir frente a cualquier agresión. Irónicamente, y sin embargo, EE.UU. se encuentra a la vera de imponer una serie de drásticos recortes a sus fuerzas armadas, a no ser que el país halle el modo de evitar el inminente secuestro de su Defensa.


* El autor es Investigador Senior sobre el noreste asiático en el Centro de Estudios de Asia de la Fundación Heritage. Se unió a la Fundación en 2007, luego de desempeñarse durante veinte años en la comunidad de Inteligencia, tanto en la CIA (Agencia Central de Inteligencia) como en la DIA (Agencia de Inteligencia de Defensa). En 1993, fue seleccionado para el departamento de la CIA en Corea, en donde preparó reportes analíticos sobre los desarrollos militares en la crisis nuclear con Corea del Norte. Comisionado de la jefatura en Corea para el Directorado de Inteligencia de la CIA, desarrolló análisis sobre temáticas ligadas a la economía, las fuerzas armadas, liderazgo y la realidad política locales para el presidente de EE.UU. y otros tomadores de decisión senior en el gobierno norteamericano.


Traducción al español: Matías E. Ruiz
Infografía: www.bbc.co.uk

 

Bruce Klingner | Heritage Libertad, The Heritage Foundation