La caída del ministro de Defensa ruso

El pasado 6 de noviembre, el presidente ruso Vladímir Putin destituyó al ministro de Defensa Anatoli E. Serdyukov, que ha ostentado el cargo desde 2007.

Serdyukov había supervisado la mayor y más radical reforma militar de las fuerzas armadas rusas desde la creación del Ejército Rojo en 1918.

Con Serdyukov, un antiguo empresario del mueble y alto cargo del servicio de recaudación de impuestos, el ejército ruso pasó de las típicas divisiones soviéticas vacías a 50 brigadas, siendo muchas de ellas fuerzas de acción rápida y unidades aerotransportadas. Subió los salarios y mejoró las condiciones de vida de oficiales y suboficiales e hizo lo que pudo por impulsar tecnológicamente a las fuerzas armadas rusas para que entrasen en el siglo XXI.

Aunque puede que sus iniciativas hayan sido en vano. Fue el primer ministro de defensa verdaderamente civil, pues nunca sirvió en las fuerzas armadas. Pero era odiado por gran parte de los oficiales generales que aún sienten nostalgia por las enormes fuerzas armadas soviéticas de impronta global, que Rusia simplemente ya no puede mantener puesto que no tiene los recursos económicos necesarios.

Fue sustituido por el popular Serguéi Shoigu, gobernador de la región de Moscú y anterior ministro de Situaciones de Emergencia (el equivalente ruso al director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias o FEMA).

La razón directa de la destitución de Serdyukov es la investigación de la corrupción generalizada dentro del ministerio de Defensa. En la mañana del 25 de octubre, los investigadores irrumpieron en un apartamento de lujo perteneciente a Yevguéniya Vasilyeva, de 32 años, una vieja amiga de Serdyukov y antiguo alto cargo del ministerio de Defensa. Según se informa, los investigadores se sorprendieron al encontrar al propio ministro de Defensa en el apartamento de esta mujer a las 6:00 de la mañana.

Vaslyeva es ahora miembro de Oboronimushchestvo, una empresa propiedad del estado que se ocupa de los inmuebles del ministerio de Defensa. A modo de ejemplo, sólo una de las transacciones de la compañía generó unas pérdidas de $100 millones para el estado.

Nunca fue un secreto que Serdyukov presidía una institución muy corrupta. Incluso los responsables rusos estiman que se roba un tercio o más del presupuesto de defensa. Sin embargo, la corrupción, aunque es sistemática, probablemente no sea el motivo principal para la destitución de Serdyukov. Es común entre los altos cargos rusos el tener lazos empresariales y amasar riquezas considerables, algo que normalmente se tolera, a menos que algún cargo caiga en desgracia en el Kremlin.

Serdyukov llegó a ser parte del entorno más cercano a Putin en 2007. Está casado con la hija del entonces primer ministro Víktor Zubkov, que es conocido sobre todo por ser el mentor del presidente ruso desde su etapa en Leningrado y que todavía ejerce una considerable influencia.

Poco después de su matrimonio, Serdyukov, entonces empresario, llegó a ser un alto cargo en Recaudación de impuestos en San Petersburgo. Posteriormente se convirtió en ministro de Defensa, siendo colocado al frente de una reforma militar sin precedentes y deshaciéndose de las anticuadas fuerzas armadas de estilo soviético. La decepcionante actuación de las fuerzas armadas rusas en el breve conflicto con Georgia en agosto de 2008 hizo que la cuestión fuera aún más urgente.

Pero se trataba de una labor impopular y desagradecida. Con las reformas de Serdyukov, el ministerio de Defensa redujo su personal militar, vendió sus activos militares y obligó a la industria militar a aceptar unos precios más bajos bajo la amenaza de buscar empresas extranjeras. Rusia hizo una conocida compra de buques de asalto anfibio de la clase Mistral a Francia, la primera transacción de ese tipo desde el golpe de estado bolchevique en octubre de 1917 y desde la ley de Préstamo y Arriendo de la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos y Gran Bretaña se convirtieron en los proveedores de armamento de Stalin.

La reforma de las fuerzas armadas provocó una airada oposición, especialmente entre el conservador cuerpo de oficiales generales, cuyo número estaba siendo reduciendo por Serdyukov de manera considerable. Además jubiló a muchos oficiales de menor rango. Estos lo consideraban un civil incompetente que estaba poniendo en peligro la seguridad nacional. Mientras que supuestamente Serdyukov los llamaba “hombrecitos verdes” y permitía que sus protegidos, como la joven Vasilyeva, ocuparan la posición de un teniente general y que gritasen e insultasen a los que ahora eran sus colegas, los oficiales generales.

Ningunas fuerzas armadas del mundo perdonan tal abuso. De ahí la investigación del ministerio de Interior, que finalmente le costó a Serdyukov su trabajo y puede que le cueste su libertad.

Al final, es probable que la oposición a Serdyukov alcanzara su masa crítica, provocando que Putin le buscase un sustituto.

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

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