ESTADOS UNIDOS: DR. MATTHEW SPALDING

Barack Obama: presidencia imperial

Estados Unidos nació cuando los colonos rebeldes declararon su independencia respecto a un soberano imperial que había sobrepasado tremendamente sus límites. “La historia del actual rey de Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, teniendo todas como objetivo directo el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos Estados”, expresaron en su Declaración de Independencia...

24 de Junio de 2012

Estados Unidos nació cuando los colonos rebeldes declararon su independencia respecto a un soberano imperial que había sobrepasado tremendamente sus límites. “La historia del actual rey de Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, teniendo todas como objetivo directo el establecimiento de una tiranía absoluta sobre estos Estados”, expresaron en su Declaración de Independencia.

La presidencia de hoy en día carece del aire de realeza de Jorge III. Pero el imperialismo ha vuelto — y de qué forma.

Barack ObamaLa semana pasada, el Departamento de Seguridad Interior de la administración Obama hizo público un memorándum instruyendo a los responsables de inmigración de Estados Unidos para que usaran su “discreción procesal” para crear un esquema normativo contrario a la ley actual, diseñado para implementar una legislación que el Congreso no ha aprobado.

El mismo presidente ha admitido que no tiene la autoridad para hacer eso. “La idea de hacer las cosas por mi cuenta es muy tentadora, se lo prometo, no sólo respecto a la reforma de la inmigración. Pero así no es como funciona nuestro sistema”, comentó el año pasado ante unos activistas hispanos. “Así no funciona nuestra democracia”.

Desde luego.

Ahora podemos apreciar ante nosotros un persistente modelo de desprecio a las capacidades del poder legislativo en favor de una toma de decisiones administrativa sin (y a menudo a pesar de) la acción del Congreso. Esto viola el espíritu (y potencialmente la letra) de la separación constitucional de los poderes legislativo y ejecutivo del Congreso y el presidente.

Y los ejemplos abundan:

· Incluso si el Senado controlado por los demócratas rechaza el plan del   presidente de canje de permisos de emisiones de dióxido de carbono, su Agencia de Protección Ambiental clasificó el dióxido de carbono, el componente que mantiene la vida vegetativa, como un contaminante, así que podría regularlo con la ley de Aire Limpio.

· Después de que la ley de Libre Opción del Empleado (diseñada para reforzar las menguadas listas de miembros de los sindicatos) fuera derrotada en el Congreso, la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo anunció una regla que implementaría “elecciones repentinas” para la representación sindical, limitando la capacidad de los empleadores para defender sus puntos de vista ante los trabajadores y garantizando de manera virtual un mayor índice de sindicalización a costa de la democracia en el puesto de trabajo.

· Después de que una regulación de Internet no consiguiera abrirse paso en el Congreso, la Comisión Federal de Comunicaciones anunció que regularía la red de todas formas, incluso a pesar de que un tribunal federal dictaminó que no tenía autoridad para hacerlo.

· Aunque el Congreso, de manera coherente, ha bloqueado al Departamento de Educación para que no consiguiera involucrarse en materia de planes de estudios, la administración ha ofrecido dispensas para la ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás a cambio de que los estados adopten los estándares nacionales de educación, todo ello sin la autorización del Congreso.

De igual forma, a menudo la administración simplemente ha rehusado a hacer cumplir las leyes debidamente promulgadas por el Congreso:

· Dado que se opone a las actuales leyes federales de inmigración, la administración ha decido aplicar dichas leyes de modo selectivo e impide activamente que los estados (como Arizona) hagan cumplir esas leyes por sí mismos.

· En lugar de presionar al Congreso para que revoque las leyes federales contra el uso de la marihuana, el Departamento de Justicia (DOJ) simplemente decidió que ya no haría cumplir esas leyes.

· El DOJ también ha anunciado que frenaría el cumplimiento de la ley de Defensa del Matrimonio o no lo defendería ante un desacato legal en vez de buscar recursos legislativos.

El martes, el presidente se acogió al privilegio ejecutivo para evitar entregar unos 1,300 documentos en una investigación en curso por parte del Congreso. La Corte Suprema ha dictaminado que no se puede acoger al privilegio ejecutivo  para proteger una mala conducta. ¿Es eso lo que está sucediendo en este caso? El Congreso necesita llegar al fondo de la cuestión para impedir un acogimiento ilegal al privilegio ejecutivo y otros abusos de poder. Eso requerirá de un listado de los documentos no desvelados y una explicación de por qué cada uno de ellos está cubierto por el privilegio ejecutivo e incluso habrá más cuestiones”, comentó el experto legal de la Fundación Heritage Todd Gaziano.

A principios de este año el presidente cruzó el umbral de la constitucionalidad cuando realizó el “nombramiento en receso” de cuatro altos cargos que estaban sujetos a la confirmación del Senado, incluso si en ese momento el Senado no se encontraba en receso. Gaziano comento en su momento que tales nombramientos “convertirían el papel de consejo y consentimiento del Senado respecto a los nombramientos habituales casi en algo sin significado. Es un grave error constitucional”.

No hay forma de predecir cuál puede ser el próximo paso de tal desprecio, pero la tendencia es clara y se aleja cada vez más del estado de derecho constitucional.

El presidente tiene responsabilidades únicas y poderosas dentro de nuestro sistema constitucional como principal responsable ejecutivo, jefe del estado y comandante en jefe. Pero estos poderes no incluyen la autoridad de elaborar leyes o de decidir qué leyes se han de cumplir y cuáles se han de ignorar. El presidente (como los jueces o los miembros del Congreso) realiza un juramento para defender la Constitución en el desempeño de las responsabilidades de su cargo.

De hecho, el presidente realiza un juramento único, prometiendo que “ejecutará fielmente el Cargo de Presidente de Estados Unidos” y que “conservará, protegerá y defenderá la Constitución de Estados Unidos”. No necesitamos una nueva Declaración de Independencia, sino que necesitamos a un presidente que defienda y ejerza con brío su legítimo poder, reconociendo que ese poder no es arbitrario o ilimitado.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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