POLITICA: POR MATIAS E. RUIZ, EDITOR

Corrida & subsidios: disparatada sobredosis de pressing

Guillermo Moreno hace méritos para adueñarse de los principales titulares de los diarios. Su profunda vocación por los mensajes poco amigables para con los brokers de la Citi lo está llevando a cruzar límites más peligrosos: ahora, abiertamente sugiere a sus interlocutores que la Jueza Federal María Romilda Servini de Cubría hace las veces de empleada del poder y "justiciera" del Modelo. En simultáneo, el escenario se ve coloreado por el aparente "retiro espiritual" de un encumbrado banquero, emocionalmente sobrepasado por los aprietes y amenazas.

18 de Noviembre de 2011

Durante la campaña presidencial con miras a 2003, el acicalado speech de Néstor Carlos Kirchner se basó reflexivamente en la crítica profunda de la dictadura militar de fines de los años setenta y las alabanzas exageradas de la actuación de las organizaciones de derechos humanos. Por cierto, sin dejar de lado las burlas que el difunto le dedicara a su ex par Carlos Saúl Menem y la recalcitrante temporada noventista.

Pocos años después, el monóculo desde el que el oficialismo oteaba aquella retórica parece haber sido estrellado violentamente contra una descascarada pared. A grandes rasgos, el cristinismo actual ha alimentado sus cimientos sobre la sociedad política con el menemismo que tanto esmeriló, la cooptación de todo aquel que pueda ser comprado -legisladores, medios, empresarios, periodistas-, el enriquecimiento de su "bien formada" nomenklatura, y el poco rescatable mérito de anotarse el primer desaparecido de la democracia (el malogrado albañil Jorge Julio López). Entre las filas de esta fauna de personajes indolentes conviven, entre otros, un gobernador de provincia que replica a los homicidios más salvajes con los slogans de siempre ("Trabajar, trabajar, trabajar"; "Con fe y esperanza"); un top recaudador de impuestos con múltiples negocios, feed lots y con un interesante pasado en la Armada Argentina; una sonriente economista de barrio que regentea el Banco Central armada de una perinola; un joven con pañales sucios que ve "ganancias" en los estados contables de la aerolínea desopilante que comanda... y un quejumbroso apretador serial que pareciera haberse escapado de un policial negro de bajísimo presupuesto. En opinión de quien esto escribe, el economista de la guitarra queda exceptuado de la descripción de este universo lovecraftiano, en virtud de su consabida inimputabilidad. O, si se quiere, debido a tanto cachetazo recibido en las últimas semanas de parte de la Jefa. Castigo impiadoso e injusto para el único que ha intentado cubrir los fallos de sus propios colegas de faena.

Triste epílogo para un sistema de gobierno que dio inicio denostando a los oscuros generales del Proceso de Reorganización Nacional, y que ahora hace alarde de la amenaza y la libre disponibilidad de jueces amigos para ejecutar un plan diabólico, recurriendo a un pobre eufemismo. Los destratos de William Moreno para con don Alfredo Piano han aterrizado ruidosamente en los titulares de Diario Clarín (El método de Guillermo Moreno para controlar el dólar / Marcelo Bonelli, en http://www.clarin.com/opinion/metodo-Moreno-controlar-dolar_0_593340750.html), y el Financial Times londinense (Guillermo Moreno: Argentina's Lethal Weapon, en http://blogs.ft.com/beyond-brics/2011/11/15/guillermo-moreno-argentinas-lethal-weapon/#axzz1dykH555j), para no mencionar las citas en una multitud de periódicos del orbe. En rigor, es certero afirmar que el Secretario de Comercio no perderá el sueño a partir de esa "mala prensa", pero el valor del dato reside en la retroalimentación negativa que esas publicaciones gatillarán -a corto plazo- en la plaza financiera local.

Peor aún: el Todopoderoso "Compañero" Moreno redobla la apuesta y -en acuerdo con lo publicado en un puñado de matutinos porteños- se regodea exponiendo sobre la mesa la supuesta sociedad entre el Gobierno Nacional y la magistrada del orden Federal María Romilda Servini de Cubría. El propio Guillermo saca a relucir tales conexiones para conmocionar la seguridad de sus interlocutores: si no se dejan de "jorobar" con el dólar Blue, irán a parar a la cárcel. Sugestivo modus operandi, empuñado por los referentes de una Administración que se precia de proteger las libertades individuales al mismo tiempo que alerta sobre los peores vicios de la pasada dictadura militar. Desgraciadamente, la Jueza bajo mención parece dar fe del discurso morenista, por cuanto -ya desde el jueves 17 del corriente, y con la velocidad del rayo- se aprestaba a indagar a "coleros" y gerentes o directores de casas de cambio en la mira de Balcarce 50. Hay quienes podrían argüir que Norberto Oyarbide opera más prolijamente: acaso replique amedrentando a sus oponentes con volver a hacer de extrovertido organillero de "La Mona" Giménez...

Desde luego, toda vez que el más supremo de los chefs se predispone a adornar sus platos, la tentación de saturarlo todo con más y más condimentos resulta indetenible. Tal como sucediera con el portugués Alfredo Piano, ahora los players de la Citi se ocupan de comentar en relación al poco envidiable momento que atraviesan los dos máximos banqueros del poder. Otrora fieles soldados del kirchnerismo, padecen ahora una oleada de ataques personales -montados al mejor estilo de la Gestapo o de la Stasi de la ex República Democrática Alemana- que los sindica como los responsables primarios de la corrida contra la moneda nacional. Uno de ellos optó por una suerte de retiro espiritual que no fue tal, por cuanto los hechos demuestran que ha resignado su participación en la institución financiera cuyo destino administraba junto a su asociado. Sus palabras -más que elocuentes- habrían sido: "Liquido todo lo mío y me radico en el exterior, porque estos tipos me van a terminar acusando de terrorismo financiero". El rastro de la acusación conduce hacia la juventud hitleriana de la Casa Rosada ("La Cámpora"). En esa suerte de aguantadero de niños bien, manda Míster Moreno. Matemática sencilla.

Se ha dicho que los albaceas del kirch-cristinismo conducen con excelencia y presteza los tiempos y el goteo del "relato". Sin embargo, la endiablada realidad hace que esa construcción abstracta termine ahorcándose con sus propias manos: en horas en que la Presidente de la Nación considera -erróneamente- que la "batalla contra la especulación" ha resultado victoriosa, se ha vuelto imperativo obsequiarle el tiro de gracia a la ampulosa política de subsidización de las tarifas en todo rubro y espectro. No hubo siquiera tiempo para celebrar el aparente buen resultado contra el dólar Blue, por cuanto la iniciativa para recortar los gastos del Estado es ya motivo de una carrera contra reloj. Quien ha tomado nota de la citada desesperación ha sido el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. El alcalde capitalino ahora ha expresado que no existe el menor apuro para recibir los subterráneos de manos de la Nación. Mientras el flamante papá bosteza y dedica comentarios irónicos al cristinismo, una atribulada Débora Giorgi sobrecalienta las líneas de sus teléfonos para suplicar entre lágrimas a industriales y empresarios que liquiden los dólares que concentran, antes de tiempo. Guillermo Moreno hace lo propio pero, a fin de cuentas, nadie dentro del team económico sabe quién se ocupó de llamar a quién. De ahí que muchos de los receptores de esos llamados comiencen a reír a mandíbula batiente, mientras hacen el jueguito del sube y baja con los saquitos de té dentro de sus tazas. Más tarde o más temprano, el público echará mano de la furia que juntará luego de recibir sus nuevas facturas de gas y electricidad, para violentar su traslación hacia el billete verde. En paralelo, los cientos de miles de residentes del conurbano bonaerense que a diario deben subirse a un ómnibus para acercarse a sus espacios de trabajo en la Capital Federal, aportarán a esa sumatoria de rencor, tras notificarse de que no tendrán otro camino que abonar el boleto mínimo a precio "retocado". Y, por cierto, no vale la pena engañarse: la tan promocionada diferenciación por la vía del SUBE es impracticable, desde cualquier punto de vista. Representa, simplemente, un módico capítulo del "relato" oficial.

Criticar con acidez el edulcorado discurso gubernamental puede resultar, cuando menos, candoroso. Pero sí es lícito referir -sin temor a error- que los embajadores del Gobierno Nacional han invertido demasiado tiempo en el abuso de la prédica. Al punto en que han cosechado un éxito notable ultimando al pragmatismo. Finiquitado el kirchnerismo/cristinismo, acaso los libros de historia citen que los únicos logros que dejen como legado don Néstor Carlos Kirchner y la actual Presidente Cristina Elisabet Fernández Wilhelm sean solamente dos: 1) el despilfarro de los recursos públicos, orientados en su totalidad a la consecución de victorias electorales (y nada más); y, 2) un esfuerzo implacable, aunque bien alimentado, para instalar la interpretación de la realidad; esto es, la propia.

Y si, en ese ínterin, la institucionalidad de la República Argentina es remitida a la sala de ejecución o el pelotón de fusilamiento, en todo caso se tratará, sencillamente, de un daño colateral aceptable.


Por Matías E. Ruiz, Editor
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