JUBILADOS: POR RUBEN GIOANNINI

Senora Presidente Cristina Fernández: una victoria electoral NO da derechos

En la democracia mal entendida, que por desgracia vivimos los argentinos, se ha hecho costumbre que los gobiernos que surgen de elecciones, por el solo hecho de triunfar, se adjudican derecho a “todo”. Por supuesto, la justificación es siempre la misma: "El Pueblo nos votó". Aquí reside el error conceptual que el Pueblo argentino acepta, mansamente, como sagrado.

27 de Octubre de 2011

1º) El Pueblo, en un sistema democrático serio, es el soberano; soberano que, por la vía del sufragio, elige a un gobernante y a quienes como Pueblo los van a representar en las Cámaras Legislativas (Diputados) y a representantes de las diversas provincias, (Senadores).

2º) Una vez que el Pueblo emitió su veredicto y eligió, los que asuman el mandato del soberano, deberán respetar las normas que nos fijan límites y obligaciones a todos los ciudadanos, sin distinción alguna. Dichas normas se encuentran impresas en ese libro llamado “Constitución Nacional”, también denominado Ley Suprema de la Nación. De la Constitución nadie podrá apartarse, ni gobernante ni gobernado, sin incurrir en una grave falta contra la sociedad en su conjunto.

3º) Desde hace muchos años, los políticos surgidos de actos eleccionarios han tomado por costumbre elegirse, para luego burlarse de las normas que regulan la convivencia, transgrediéndolas, violándolas y burlándose del mandato obtenido del Pueblo soberano. Este último, quien oportunamente depositare su confianza en ellos, les dio un mandato para gobernar dentro de la ley y el orden constitucional, pero no para hacerlo fuera de la ley o con leyes legisladas “a conveniencia” de quien ejerce cargos, y que exceden el marco regulatoria de la Carta Magna, violando los Derechos y Garantías contemplados en la misma.

¿Acaso el Pueblo otorgó mandato para entregar nuestras riquezas mineras en perjuicio de la contaminación futura del medio ambiente? ¿Fue alguna vez consultado cuando se decidió desguazar el Estado y a, entre otras cosas, las Fuerzas Armadas de la Nación para terminar debiendo cada vez más dólares al exterior? ¿Y en qué consiste aquello de reconocer como legítima una deuda externa creada por un gobierno ilegítimo impuesto por las armas y la fuerza, para terminar pagando lo que no se debía?

4º) El soberano/Pueblo aún no ha logrado interpretar la importancia que tiene como ciudadano libre, en tanto se somete al arbitrio y los caprichos de aquellos que fueron elegidos para gobernar pero que, en definitiva, buscan con sus acciones lograr acumular cada día más riquezas; sin importar que el país se empobrezca cada vez más. Y se utiliza siempre la misma justificación: "Fuimos elegidos por el voto de la mayoría".

5º) No interesa el porcentaje de votos obtenidos: todo gobierno debe honrar al Soberano que lo eligió; el Pueblo jamás otorga mandato a nadie para apañar la delincuencia, el tráfico de drogas, la corrupción, y otros incontables males. Tampoco obsequia la confianza del voto para que los funcionarios se enriquezcan –corrupción mediante- con escandalosos peculados, ni otorga mandato para que se administre la cosa pública como propia, permitiendo que los dineros del Pueblo sirvan para enriquecer familiares, socios, amigos y determinados grupos políticos afines al gobierno de turno. Se desprotege siempre al resto de la sociedad, para la que nunca hay respuesta positiva a sus reclamos, porque lo que queda del jolgorio no alcanza para que sus Derechos sean respetados. La cosa o res pública es de todos los argentinos, jamás de quienes administran su funcionamiento, al igual que los fondos de la ANSeS: estos pertenecen a los Jubilados y trabajadores que aportaron y aportan. No es su destino el engrosar las arcas de la política partidaria, proceso en el cual se violentan los derechos constitucionales de millones de personas mayores. Siete mil (7.000) nuevos puestos se han nombrado en la ANSeS de Diego Bossio con sueldos escalofriantes, la mayoría de ellos pertenecientes a una agrupación política juvenil llamada La Cámpora. Mil setecientos (1.700) puestos nuevos se han nombrado en el Congreso de la Nación, conforme lo pidiera el flamante Vicepresidente electo Amado Boudou. A su vez, setecientos cargos reclama para sí el Ministro Aníbal Fernández. De tal suerte que todos abusan del erario público por el solo hecho de ser electos: se asumen que todos los Derechos están allí para ser tomados para propio provecho.

Muchos fueron los gobiernos que exigieron los mismos Derechos y fracasaron, y luego fue siempre el ciudadano quien pagó las consecuencias de sus desatinos de la política.

Finalmente, debemos entender que. en una verdadera democracia, el hecho de triunfar electoralmente no otorga Derechos al gobernante sino más bien le genera Obligaciones; la primera obligación para esas personas que han sido elegidas es obrar gobernando para todos y siempre dentro de la Ley, respetando la división de poderes y jamás avanzando en perjuicio de otros poderes del Estado.

No viene mal recordar que el Artículo 93 de la Constitución Nacional exige al Presidente y al Vicepresidente jurar, observar y hacer observar la mismísima Carta Magna. Ya han pasado varios gobiernos electos que eligen obviar esta porción de la C.N. Para el caso de los Jubilados, respetarla significaría cumplir con las garantías establecidas en el Artículo 14 Bis -que protege los derechos de la clase pasiva-. Claramente, los jubilados se encuentran dentro de las porciones que menos han conocido el respeto en estos últimos años de "democracia".
 

Por Rubén, para El Ojo Digital Jubilados