POLITICA: POR EL DR. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO

Bailando en el Titanic

“Acércate a mi clamor, pueblo de mi misma leche, árbol que con tus raíces encarcelado me tienes, que aquí estoy yo para amarte y estoy para defenderte con la sangre y con la boca como dos fusiles fieles” (Miguel Hernández)

30 de May de 2011

En la Argentina, desde hace muchísimo tiempo, se está dando una paradoja que, si no fuera tan trágica, podría calificarse de “parajoda”.

Me refiero, como el lector comprenderá, a lo que trabaja, sin reclamar horas extras ni compensaciones de ningún tipo, la oposición para favorecer al oficialismo. Pero, también, a lo que hace, casi simétricamente, el kirchnerismo para favorecer a sus adversarios.

En cada uno de los sectores, mirando a su alrededor, cada uno de los pseudo jefes deben estar haciendo suya la famosa pregunta: “Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?

Comencemos por el “cristinismo”, ése que en tanto ha superado al “nestorismo” original. Para eso, simplemente por resultar los más obvios, resulta necesario referirse a don Huguito “Camión”, por una parte, y a doña Hebe “La Madre” y su hijo, don Sergio “Papito y Mamita” Shocklender, por la otra.

A Moyano se le está complicando la situación general, tanto en la esfera judicial cuanto en la política. El Gobierno ha comenzado a operar, fuertemente, en contra de su voluntad de concentrar más poder en la CGT, y las elecciones de hoy en el gremio mercantil, en las que un eterno Cavalieri enfrenta a un candidato apoyado por los camioneros, será la primera de las batallas.

La seguirá, sin dudas, la búsqueda de un nuevo Secretario General, de la mano del sindicato de la construcción, aliado de los demás “Gordos”. El lunes pasado, la entrevista que Roberto García realizó a Lescano, de Luz y Fuerza, dejó todos los indicadores necesarios para entender cuál será el futuro de la Confederación.

Desde el otro extremo, la Justicia se está acercando cada vez más a la mujer de don Hugo, en un camino que llevará inexorablemente a éste; es dable suponer que, dados los secretos del poder que conoce, no resultará un episodio menor cuando ambos enciendan algún ventilador.

Finalmente, la Presidente parece estar cerrando todos los posibles agujeros por los cuales podrían llegar los gremialistas –quizás, sólo los “moyanistas”- a las listas de candidatos, después de haber desterrado la peregrina pretensión de compartir la fórmula con doña Cristina.

Debemos recordar que, cuando Perón eligió a Isabel para la Vicepresidencia, lo hizo para evitar privilegiar a un ala del Movimiento sobre la otra; su viuda, en aquel entonces, resultaba casi más inocua que hoy. Si la señora de Kirchner decidiera –sigo sin creerlo- presentarse a la reelección, carecería de una posibilidad similar y, en ese caso, su dedo infligiría ofensas al ala perdidosa muy difíciles de soportar pacíficamente.

¿Toleraría el sindicalismo, tradicionalmente de derecha, a un Abal Medina o a un Zanini como candidato a Vicepresidente? ¿Soportaría la izquierda a un Scioli en ese cargo? Porque uno de las construcciones imaginadas en la política de hoy pasa porque doña Cristina se presente, gane y renuncie al poco tiempo, para evitar el desgaste de pagar la cuenta de las fiestas pasadas.

El escándalo de estafas y sobreprecios en el sector más emblemático del edificio político construido por los Kirchner desde 2003, las Madres de Plaza de Mayo, constituye el impacto de un verdadero torpedo bajo la línea de flotación del oficialismo.

Si bien Jorge Fernández Díaz tiene razón cuando sostiene que, en la Argentina de hoy, la corrupción no le importa a nadie (y lo justifica en http://tinyurl.com/3oqjyve), no es menos cierto que la organización de doña Hebe era la suma de todas las virtudes en el “relato” gubernamental. La morosidad de don Anímal Fernández, habitualmente tan locuaz, en dar algún tipo de explicación, más allá de la consabida afirmación acerca de la necesidad de que la Justicia investigue, confirma la gravedad del problema para el Gobierno.

Se agrava cuando el parricida Shocklender, muy suelto de cuerpo, declara al periodismo que su función era meramente gerencial, mientras que toda la responsabilidad sobre el manejo de los cuantiosos fondos transferidos por la Nación y la Ciudad Autónoma compete exclusivamente a doña Hebe, cosa harto sabida, por cierto.

Sin embargo, la corrupción del Gobierno argentino sigue muy viva en la memoria de la prensa internacional, esa que se reúne en oscuros cenáculos para conspirar contra los Kirchner pero que, lamentablemente, no puede ser alcanzada por la Ley de Medios dictada para amordazar opiniones opositoras.

El caso en cuestión repercutirá, amplificándose, por la enorme cantidad de subsidios que doña Hebe recibió de ONG’s extranjeras, todas inspiradas por progresistas y revolucionarios de escritorio, que ya no verán con ojos tan incrédulos las denuncias sobre aviones con drogas o dólares, pedidos de sobornos a empresarios, lavado de dinero, y tantas otras lindezas que circundaron a don Néstor (q.e.p.d.) y hoy siguen salpicando a doña Cristina.

Ahora, cambiemos de borda en nuestro barco y veamos qué sucede entre los opositores. Porque no se puede negar que ya las actitudes de casi todos ellos mueven a risa, pese a la amenaza del iceberg que se perfila en el horizonte inmediato.

La primaria de Santa Fe, amén de crear un nuevo político donde sólo había un actor cómico, da para verdaderas especulaciones, sobre todo si se piensa que éste lo hizo sin dinero, sin aparato y sin apoyo alguno.

El Justicialismo tuvo más votos que el Frente Cívico y Social. Si bien el segundo candidato más votado no es, precisamente, kirchnerista, pueden ocurrir dos cosas en ese ámbito: a) que el peronismo privilegie, como hace habitualmente, su vocación de poder y vaya unido detrás de Rossi; o b) que los votos de Perotti vayan, al menos parcialmente, a las listas de Del Sel.

En su contrincante, el Frente, sucede algo parecido. Para poder conservar la Gobernación, necesita todos los votos que tiene y, también, que se produzca la situación b) del párrafo anterior. Sin embargo, los radicales, cuyo candidato salió segundo y cerca del primero, no pueden estar mirando con muy buenos ojos las actitudes de Binner en Córdoba, asociándose a Juez contra Aguad. Tampoco se entiende cuáles son las objeciones del Gobernador a De Narváez respecto a la alianza con el radicalismo en la Provincia de Buenos Aires, sobre todo cuando él mismo, en Santa Fe, está aliado a los demoprogresistas, que no son, precisamente, zurdos.

En La Rioja, el resultado fue algo más suculento para el kirchnerismo que lo esperado, pero el reiterado papelón de don Carlos Menem puso la nota cómica el domingo. No sólo garantizó el triunfo de doña Cristina en octubre, si se presenta, y cantó su voto a favor, sino que su hijita querida, doña Zulemita, quiere ser candidata a diputada por las lista oficial. No vaya a ser que el Papi se ponga más viejo y no pueda bajar solo las escaleras del Senado.

En Chubut, el pobre Das Neves, después de mantener viva la esperanza de su triunfo por setenta días, consiguió que el escrutinio de los menos de 2000 votos del domingo duraran ¡cinco horas y media!. Creo que es un record que merecerá una mención en el Guiness. Para colmo de males, después que toda la payasada de las elecciones lo expulsara de la carrera del PJ Federal, su pupilo se declaró ¡kirchnerista! ¿Recuerda, lector, que con Colombi pasó lo mismo en Corrientes?

En fin, todo ello se asemeja al cinematográfico salón del Titanic, cuando ya se había estrellado. Casi todos siguen bailando, cambiando de pareja y de ritmo, mientras el país, de la mano del kirchnerismo y del populismo acentuado (Feletti dixit), se precipita hacia el anunciado abismo chavista.

¿Qué nos hicimos los argentinos para caer tan bajo? ¿Cómo permitimos que nos robaran la República y la libertad? Cuando nuestros nietos lleguen a la madurez, ¿podrán vivir en un lugar que se llamará Argentina? La última pregunta remite al genial Tato Bores cuando, con casco de explorador, recorría un territorio vacío en el cual, contaba, muchos decían que había existido un país así llamado.

Rezo a Dios para que ese sketch no haya sido –como tantos otros del inimitable “actor cómico de la nación”- premonitorio.
 

Por el Dr. Enrique Guillermo Avogadro, para El Ojo Digital Política