INTERNACIONALES: POR JUANA MARCÓ, PARA EL OJO DIGITAL

MERCOSUR: ¿una cumbre más?

En los anteriores encuentros de la zona siempre se han anunciado propuestas y proyecciones pero que -al día de la fecha- no se han visto plasmados en hechos concretos. Así, hemos visto desfilar vaguedades tales como el gasoducto “Caracas-Buenos Aires” o incluso la creación del “Banco del Sur”, del que todavía no se conocen movimientos. Es de esperarse que el nuevo cónclave cuminará con enunciados y deliberaciones, pero sin resultados concretos.

04 de Agosto de 2010
La cumbre convocó -además del país anfitrión- a Brasil, Uruguay y Paraguay, en la forma de miembros plenos del Mercado Común del Sur, mientras que Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela y Colombia lo hicieron bajo la categoría de asociados. En esta oportunidad, se debatió sobre la aprobación de un código aduanero, buscando consolidar la zona de libre comercio con la eliminación definitiva del doble cobro del arancel externo común, una vieja negociación nunca cerrada. Por otro lado, concretóse el pase de manos de la presidencia pro témpore de la Argentina a Brasil. Se expusieron cuestiones de índole económica, como la firma de un Tratado de Libre Comercio con Egipto. Paraguay y Uruguay, socios minoritarios del Mercosur, aprobaron fondos por 794 millones de dólares para nueve proyectos financiados por el Fondo de Convergencia Económica (Focem). En definitiva, muchos continúan considerando que las propuestas sólo quedarán selladas en los papeles. Otros -más optimistas- refieren que este financiamiento se hará efectivo en esta ocasión. En en el plano político, se temía que entre los presidentes volviera a arder la discusión por el conflicto entre Venezuela y Colombia por el apoyo bolivariano a las FARC. En rigor, esta discusión no es de competencia de esta cumbre, siendo la OEA el ámbito más adecuado para su tratamiento. En cualquier caso, el tema fue de la partida, a pesar de que ambos países no se hicieron presentes con sus máximos referentes: no asistieron ni el actual presidente colombiano ni su par de Venezuela, que envió a un representante diplomático -el Canciller Maduro-. A muchos sorprendió esta determinación de Hugo Chávez de no asistir a esta cumbre, ya que estimaban que se lograría un acercamiento entre ambas partes con la intervención de los miembros presentes. Al menos, se esperaba conocer las tomas de posición de cada uno de los países frente al espinoso tema. Lo más grave de esta situación, a fin de cuentas, es que no se haya elevado la propuesta a través de los países representantes. Flotó en el aire del encuentro la necesidad de concreción de un acuerdo unánime a los fines de investigar la veracidad de la denuncia de presidente Alvaro Uribe, respecto de la presencia de guerrilleros colombianos en territorio venezolano. De comprobarse esta tesis, el riesgo sería muy alto para toda la región. Lo trascendente no debe ser lo anecdótico, como intentan destacar algunos analistas. El secretario de la UNASUR, Néstor Carlos Kirchner, junto al presidente bolivariano, urdieron una estrategia de confrontación bajo el uso de la retórica para que el representante argentino se destacase por su labor mediadora y que desde Venezuela se lograra desviar el eje de la acusación colombiana. Tampoco aparece como relevante la posibilidad de que el actual Jefe de Estado Colombiano hubiera pensado en dejar su cargo con un conflicto en ciernes a su rival electo, o si -en contrario- hubiera buscado junto al mismo ejercer la presión necesaria, eximiendo del desgaste inicial al futuro gobernante. Parece inadmisible que no se considere debidamente la gravedad de esta denuncia, ya que -si se supone que los rebeldes están relacionados con el narcotráfico, cuentan además con un territorio de contención fuera de sus límites geográficos en la selva colombiana-, ello contribuiría a la propagación del tráfico de drogas y las actividades guerrilleras en la región. El hecho reviste una importante gravedad, considerando que el accionar de estos grupos conlleva graves situaciones de inseguridad, como las experimentadas en México y Colombia: enfrentamientos armados, secuestros, rehenes y otras situaciones que requieren de altos presupuestos y de la capacitación necesaria para combatirlas en forma acorde. Aunque el actual Jefe de Estado de Colombia haya querido exponer esta situación antes de culminar su mandato, dejando como herencia el polémico conflicto como una cuestión necesaria a resolver en lo inmediato, lo cierto es que la investigación debería ser una exigencia de todos los países que integran esta cumbre, en especial siendo que conocen las consecuencias de este flagelo. Mas allá de los resultados de este encuentro regional y de los objetivos trazados, es de esperar que no se deje a un lado lo verdaderamente relevante de esta situación bilateral, que se vincula con el accionar guerrillero y los posibles aliados en el territorio que puedan contribuir a fortalecer y reactivar su actuación, cierta y eficazmente combatida por Colombia, con el respaldo norteamericano. Por Juana Marcó, para El Ojo Digital Internacionales. e-Mail: jmarco@fibertel.com.ar
Por Juana Marcó, para El Ojo Digital Internacionales