POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

Aníbal Fernández, el hombre sin códigos. Diario Clarín se hace eco de El Ojo Digital y las investigaciones sobre Martín Lanatta y los negociados en Quilmes

El titular principal de Diario Clarín del domingo 17 de enero -"Triple Crimen: un acusado reveló sus contactos- refiere cabalmente a las andanzas del principal sospechoso, Martín Lanatta, y a los pálidos intentos del Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner para despegarse del episodio. El Ojo Digital ya se había ocupado de revelar las relaciones de Fernández con los Meiszner y con los oscuros trazados del peronismo en tierra quilmeña. Repase las notas.

21 de Julio de 2010
Categórico pero, a la vez, incontestable: Aníbal Fernández aparece como un hombre sin códigos. El otrora "hombre fuerte" de los Kichner en el Gabinete hace tiempo que viene protagonizando una furibunda escalada en el poder al frente del gobierno. Nada mal para un señor que estuvo oportunamente procesado -y hasta prófugo- por "hacer desaparecer" veinte millones de pesos que debían ser destinados a obras de infraestructura en barrios de la localidad de Quilmes. Aníbal ostenta el currículum de haber sido un acérrimo menemista cuando los tiempos eran otros. En aquella temporada en que se desempeñaba como intendente de Quilmes, tuvo lugar el tristemente célebre episodio de los desaparecidos fondos, por el que -a la postre- la Justicia le interpondría una orden de captura. Pero Fernández jamás estuvo sólo: Carlos Menem procuró "desvanecerlo" y brindarle la adecuada protección: una task force enviada por el entonces presidente logró quitarlo elegantemente de la ecuación, ejecutando una maniobra cuasimilitar para así remitirlo a las tibias cobijas de la clandestinidad. Y los hombres que integraron esa pequeña fuerza de tareas "al rescate de Aníbal" son bien conocidos por este medio y están al alcance de la mano para consulta. Sobre este hecho, pocos medios hacen referencia. Pero lo cierto es que tuvo lugar, y las pruebas se acumulan -tapas de diarios nacionales inclusive-. El ahora ministro siempre intentó negarlo, pero terminó reculando ante cada oportunidad en que se le ofreció debatir el tema. Ahora, demasiada agua ha corrido bajo el puente. Hoy, el mencionado es el Jefe de Gabinete de la Administración Fernández de Kirchner (el Premier, en palabras de la pluma espectral de Jorge Asís), y ciertamente se las ha ingeniado para acumular enormes cuotas de poder e influencia. Porque -bien se sabe- Aníbal mantiene a la Policía Federal y la Gendarmería Nacional bajo su comando. Sus vínculos con los Meiszner -padre e hijo- lo arriman convenientemente al cénit del poder en el Registro Nacional de Armas (RENAR) y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Más recientemente, Aníbal incluso supo acomodarse en el organismo que regulaba la libertad de información y la transparencia en las comunicaciones del gobierno federal, espacio de donde echó virtualmente a empellones a la atribulada Martha Oyhanarte de Sivak y sus colaboradores. Los sucedáneos del "fútbol gratis" tienen relación directa con los hilos que maneja Fernández en el fútbol local, y en este punto, se sabe incluso que a don Julio Grondona se lo ve por lo demás nervioso y titubeante: mucho podría revelarse si la figura de Aníbal cayera en desgracia. La analogía del encendido del ventilador -dicen- se queda corta. Mas el Jefe de Gabinete ya lo dio a entender oportunamente, en confesión con fuentes que -para su triste desconocimiento- tienen contacto periódico con El Ojo Digital. Reveló Aníbal, pocas semanas atrás, que los Kirchner no pueden darse el lujo de "soltarle la mano" pues, si así lo hicieren, es jugoso lo que él tiene para decir. Anécdotas entre las cuales la cesión de permisos para tenencia y portación de armas de guerra para los chicos de Milagro Sala, Luis D Elía, Quebracho y otras "agrupaciones sociales" son solo un barato aperitivo. Lo que nos lleva a otra verdad incontestable: Aníbal está agotado mental y físicamente. Ya no quiere seguir siendo el adalid de las batallas perdidas. Ese que sale siempre a ponerle "el pecho a las balas", ante cada error grosero que muestra el cada vez más débil costado de Balcarce 50, con sus moradores de ocasión. Porque -pareciera ser- que para la Presidente Cristina Fernández es sencillo equivocarse a repetición, para luego endilgarle las propias tropelías a sus laderos. Para apagar los incendios, al menos por ahora, cuenta con los buenos oficios de Aníbal Fernández. Otros, como Amado Boudou -titular de Economía- prefieren bajar la cabeza y recibir el golpe de periódico en el hocico. Sin palabras. Ahora bien, la trama se enrarece a partir del tejido de revelaciones que, en forma de cuentagotas, suelen arrojar los medios en relación al Triple Crimen de General Rodríguez y el tráfico de efedrina. Lo que menos hubiera deseado el Dr. Aníbal es que se ventilara el nombre de Martín Lanatta, instructor informal de tiro y que oportunamente supo administrar pedidos apócrifos de portación y tenencia de armas para terceros. Pero, por cierto, la gestión y entrega de permisos en el bar del barrio cobran legitimidad, si se tiene amigos encumbrados. Lanatta resulta ser un personaje clave del peronismo kirchnerista de Quilmes, cascarón del que saliera el Jefe de Gabinete. Aunque por aquel entonces no se lo veía tan a la moda como hoy: antes exhibía un tupido bigote y el cabello ligeramente largo. Sin embargo, la voz de Aníbal se volvió temblorosa y algo ronca el día en que estalló en la prensa el homicidio de Sebastián Forza y dos de sus asociados: sabía que, tarde o temprano, las pistas llevarían la noticia y a los "insufribles" periodistas a remover fango en el maloliente cenagal político quilmeño. Lugar donde -como es tan clásico de las pequeñas localidades- todo se conoce y donde "secreto" es un concepto que no figura en los diccionarios. Sus contactos en las fuerzas de seguridad y la propia Secretaría de Inteligencia anoticiaron a Fernández acerca de un detalle no menor, a saber, que los Kirchner podrían pedirle que dé un paso al costado, en cualquier momento. Pero aquellos prefieren no hacerlo, habida cuenta de que el protagonista de esta nota es la primera línea de defensa a la hora de blindar a la Administración frente a los incontables desaguisados, por la vía del discurso agresivo y matonero. El problema es que al matrimonio presidencial, de tanto en tanto, le gusta enterarse de lo que piensa la opinión pública. Y, en esta hora turbulenta, la opinión ciudadana no solo detesta la figura de Aníbal, sino que también ya comienza a relacionarlo con la cuestión del triple homicidio de los traficantes de efedrina (que también fueron aportantes de la campaña de la Presidente). Los Kirchner evalúan, pues, remover a Aníbal para que, cuando los tiempos sean "correctos" y la Justicia disponga de él, este ya se encuentre fuera de la matriz decisional de la Rosada. Aníbal Fernández ha jurado "por la vida de sus hijos" que no conoce ni se cruzó jamás con Martín Lanatta. Ha echado mano de juramentos grandilocuentes en reiteradas oportunidades, como lo hiciere en ocasión del video del "mequetrefe de alquiler" Antonini Wilson en la Casa Rosada, quien -de acuerdo a las imágenes- seguía con atención un discurso de Cristina. Los enemigos acérrimos de Aníbal -que los tiene y son rebotados a diario por este sitio web, una vez detectados sus objetivos- ya saben perfectamente la endeble estructura de códigos con que se maneja el señor. El juramento sobre la vida de los hijos no es más que otro versículo sobre el que reposa la áspera verborragia del ministro, y se vuelve ahora un detalle ilustrativo. Por cierto, Fernández observa una violenta disminución de sus fuerzas para seguir haciendo de abogado mediático de los Kirchner frente a la tribuna y el acoso periodístico. Es el mismo esfuerzo sobrehumano que terminó por consumir la vida privada y profesional del renunciado Alberto Fernández -a quien, no por haberse ido, se le perdonará macana alguna, dicen los mal llamados "disidentes"-. Nadie puede sostener semejante ritmo, defendiendo lo indefendible, las veinticuatro horas del día, incluyendo domingos y feriados. Ahí están las pruebas: en los últimos días, las apariciones de Aníbal en los medios se han visto recortadas como nunca. El hombre ya no quiere más. Sabe que sus padrinos lo traicionarán, más tarde o más temprano, y que solo ven a sus representantes como meros fusibles intercambiables. Por eso se ha ocupado de darle a entender a sus contactos que nadie puede removerlo de su silla. Y lo ha hecho de la peor manera, amenazando a sus empleadores con contar todo lo que sabe. El problema de la acumulación de poder sobre cualquier puesto político es que el referente cree volverse indispensable. En algún momento, cobrará forma aquel refrán que reza: El que mucho abarca, poco aprieta. Y Aníbal tiene demasiado que explicar. No solo por el desfalco en Quilmes, sino también por sus nefastas amistades en aquel terruño, a las que ha sabido corresponder pero a las que también ha recurrido para construir su sutil pero poderosa superestructura. Y llegó el día. Diario Clarín se ocupó, este domingo 17 de enero, de tomar la línea de investigación de El Ojo Digital para profundizarla luego. Nuestro humilde medio -al que le queda un año de vida en razón de cuestiones ya explicadas por el Editor- reportó en su momento las indiscreciones del RENAR y los incendiarios contactos de Aníbal por aquellas oficinas. Invitamos al lector a que repase el material, oportunamente desarrollado por nuestro columnista Gabriel Martín, y cuyos enlaces directos figuran al pie de este texto. Mientras tanto, el implacable tic-tac del reloj prosigue su marcha. Aníbal sabe que desde el Ojo se le ofrece tribuna para contestar. Una pena que, al menos por el momento, continúe renegando de nuestra reputación underground para publicar algún que otro articulillo. Finalmente, vaya nuestro mejor obsequio para él: una cita del célebre poeta irlandés William Butler Yeats, titulado "La Segunda Venida". Vale también para consulta del lector, que sabrá interpretar el valor de los versos. Solo una recomendación: leer a consciencia y sin ruidos de ambiente. Girando y girando en el creciente círculo El halcón no puede oír al halconero; Todo se desmorona; el centro no se sostiene; Solo anarquía se desata sobre el mundo, La oscurecida marea de sangre se libera, y en todas partes La ceremonia de la inocencia se ve ahogada; Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores se ven plenos de apasionada intensidad. Seguramente, alguna revelación está cerca; Seguramente, la Segunda Venida está cerca. ¡La Segunda Venida! Difícilmente estas palabras pronunciadas Cuando una vasta imagen del Spiritus Mundi confunde mi vista: en alguna parte en las arenas del desierto Una forma de cuerpo de león con cabeza de hombre, Una mirada en blanco y despiadada al tiempo que el sol, Mueve sus pesados muslos, mientras por doquier Circundan las sombras de indignadas aves del desierto. La oscuridad cae nuevamente; pero ahora sé Que veinte siglos de pétreo sueño Fueron contrariados hasta la pesadilla por el mecer de una cuna, Y, ¿qué tosca bestia, cuya hora llega a su final, Se arrastra hacia Belén para nacer? Referencias con link directo

Los piqueteros armados y el RENAR de Aníbal Fernández y Néstor Kirchner: Yo acuso (nota de Gabriel Martin)

Los piqueteros, milicia popular de los Kirchner. Las obvias responsabilidades del RENAR (Registro Nacional de Armas) de Andrés Meiszner y Aníbal Fernández (nota de Marcelo Shäfferstein)

¿Mintió Aníbal Fernández nuevamente? Las pistas refieren que conoce a Martín Lanatta, comprometido con el homicidio de Sebastián Forza y sus asociados (nota de Gabriel Martin)

Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política. E-mail: elojodigital.com (arroba) gmail.com.
Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política