SOCIEDAD: POR FRANCISCO MONTESANO, PERIODISTA, PARA EL OJO DIGITAL

Los referentes sociales de nuestro tiempo

La aparición desde hace años en nuestra televisión de Guido Süller, Jacobo Winograd, Ricardo García (El esposo) y otros, representantes de una auténtica fauna mediática, era tomada hasta con sorna por el publico en general y poco interés por los productores de televisión.

21 de Julio de 2010
En estos tiempos, sin embargo, quienes hasta ahora eran sólo reconocidos por sus escándalos y excentricidades, vieron sacudida su hegemonía por la aceptación de un travestido, Zulma Lobato (como cantante y vedette) y el "millonario" Ricardo Fort (como artista), ambos personajes salidos de algún éjido tragicómico. Productores, conductores y gerentes de programación, descartaron de plano la importancia social del producto que le presenta al público. Una de la corrientes que investigó esta escala de las comunicaciones en la conformación del ser social es la del sociólogo Don Jackson, quien en la década del 70 analizó la Interacción Televisiva pensada desde el contexto familiar. Esta corriente de pensamiento proponía que las dificultades observadas en una persona no podían sólo ser atribuidas a su nivel particular, sino que debían ser examinadas y valoradas teniendo en cuenta la comunicación interpersonal de la misma, por lo que concebía el comportamiento como un resultado complejo que se adquiría por las interacciones con los otros. Los que conducen programas en tevé deberían tener bien en cuenta que la comunicación, entendida como la ciencia que trata de explicar los intercambios comunicativos y cómo éstos afectan a la sociedad, indaga sobre sus principios y conceptos como proceso natural. No es solo la teoría clásica la que prima y que cataloga este proceso en: el origen, una fuente (el emisor) que transmite un mensaje primario a un receptor (audiencias) y la retroalimentación o realimentación, también llamado mensaje de retorno, sino que esta afectado o influenciado por el origen de la transmisión. Es por, justamente por este último aspecto que se deben considerar tres aspectos fundamentales en esta tarea de comunicar: 1) La función informativa que tiene la transmisión, ya que el emisor influye en el estado mental interno del receptor al aportar nueva información; 2) La valorización que el emisor debe otorgarle a su mensaje, pues a través de ella los individuos pueden establecerse una imagen de sí mismo y de los demás, y como, 3) La reguladora, que tiene que ver con la conducta de las personas con respecto a sus semejantes y su capacidad autorreguladora. Desde mi punto de vista, precisamente esta interacción constituye uno de los aspectos neurálgicos del fenómeno comunicativo y por ello es vital su reparo en el tema de la familia y los medios de comunicación. ¿Quién no ha tenido, un artista, futbolista, escritor, o un destacado como referente o ídolo, al cual ha ambicionado imitar o seguir su estilo? En su mayoría estos personajes públicos establecen escuela, aunque en ocasiones sin motivo o causa justificada. Es por ello que hoy los medios de comunicación transmiten al gran público estos modelos, y luego miles de jóvenes repiten su comportamiento, aunque no siempre respondan a personajes a copiar, precisamente. Así pues, uno no puede sino culpar a transmisiones de vasta audiencia y demás programas banales de elevar a categoría de protagonistas relevantes, aquellos personajes superficiales cuyo mérito es su capacidad de generar publico. Es muy fácil inhibirse de la responsabilidad que todo medio de comunicación debe profesar, la audiencia genera ingresos y sobre este asunto la moral y la ética no tienen otro destino que el destierro. Ludwing Von Bertalanffy, quien hacia finales de la década del 40 construyó lo que entonces se denominaría como "Teoría General de los Sistemas", tal vez acuda en nuestro auxilio, ya que introdujo conceptos fundamentales, definió al sistema como un conjunto de elementos ínter-actuantes, presuponiendo la posibilidad de un cambio a través de la reversibilidad de la relación, en palabras sencillas evitar contaminarse con estas emisiones. Los cambios tan acelerados que se han experimentado en las últimas décadas, como consecuencia de los avances tecnológicos, han revaluado la perspectiva de la competitividad, rentabilidad y economicidad, deteriorando las relaciones humanas, estableciendo una nueva jerarquía de valores, basadas más en un bienestar material individual que descuida la dignidad de la persona. Los valores son hoy un conjunto de creencias que nos dictan la forma de conducta más "aceptada socialmente", determinan las normas morales, establecen un modelo de conducta y garantizan que este modelo sea observado por los miembros de la sociedad. El éxito de las personas en cualquier actividad depende más de las competencias emocionales que de las capacidades, en un mundo tan cambiante encontramos que la flexibilidad -la posibilidad de adaptarse al cambio- es más importante que la experiencia. En sus primeros tiempos, la función de la televisión era en su mayoría informativa, educativa y cierta parte de entretenimiento. En los comienzos de la década de los noventa, la televisión comenzó a cambiar. La audiencia empezó a seleccionar el medio y los contenidos según sus necesidades. Algunos prefieren informarse y otros miran programas de espectáculos. Actualmente la intención mas clara de los medios es vender, sea programas, ideas, productos o personajes. Tal vez no podamos cambiar la programación de la televisión pero sí el estilo de programa que estamos viendo, haciendo lo que Ludwing Von Bertalanffy nos propone, cambiar de dial. Por Francisco Montesano, Periodista, para El Ojo Digital Sociedad. Blog: http://blogs.clarin.com/conflictos-y-dilemas/posts
Por Francisco Montesano -periodista-, para El Ojo Digital Política