POLITICA: POR RICARDO WHITE, PARA EL OJO DIGITAL POLITICA

Antonini Wilson estuvo en la Casa Rosada. Señora Presidente Cristina Fernández: Hágase cargo. Señor Ministro Aníbal Fernández, renuncie ahora

Como en una pesadilla de la que se vuelve imposible despertar, a Cristina Fernández le costó muy caro su modismo apelativo para que "los responsables se hagan cargo" de sus actos. Horas después, se publicó en video en donde Guido Antonini Wilson aparece, escuchando atentamente un discurso presidencial en 2007, en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Aníbal Fernández, insostenible en su función: mintió en incontables oportunidades de cara al tema. Se descascara la estrategia del Gobierno, mientras Mauricio Macri sonríe, aliviado.

21 de Julio de 2010
Apenas escasas horas después del circo mediático del espionaje que le provocara el dolor de cabeza más intenso de su gestión al Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, el episodio del testigo protegido Antonini Wilson volvió a agitar su sombra sobre Balcarce 50, y ahora, para los Kirchner, todo se volvió una pesadilla. Trascendido -desde las fuentes de El Ojo Digital en cada búnker-: Néstor Carlos Kirchner, que se enteró tarde de que Clarín publicaría el video en su edición online, estalló de furia contra todo y contra todos. Despotricó desde Olivos contra su agent provocateur favorito, Aníbal Fernández. "No puede ser que este tipo sea tan b... Se tendría que haber callado la boca". Trascendido número dos: el alcalde de la Ciudad, Mauricio Macri, esperó pacientemente la publicación del video de rigor en la web de Clarín. Fue uno de los primeros de su equipo en verlo. La furia contenida de hace menos de dos jornadas cambió en una sonora carcajada ni bien estudió el material. El festejo sirvió para aplacar un profundo temor. "Ahora, son ellos los que están en el horno", habrá pensado. Por su parte, la bronca de Néstor no era poca: a la oportuna confirmación que primero se ocuparon de desparramar testigos como la propia "amiguita del poder", ex secretaria de Uberti en OCCOVI, Victoria Bereziuk, respecto de la presencia del oscuro venezolano en la Rosada, se agregó ahora la prueba definitiva del celuloide "casero" que grabaran las cámaras de Crónica TV y que luego publicara, irónicamente, el estatal Canal Siete. Algunos politólogos concluirán, definitivamente, que este gobierno carece de la palabra más elemental. Si después de este capítulo, la Administración intenta seguir sosteniéndose en la mentira, ya no quedará mucho más para decir. Pero el análisis de mayor valor para este caso es que el moméntum elegido por el affaire venezolano para retomar las primeras planas de los matutinos no pudo haber sido peor para el oficialismo. Mientras Aníbal Fernández y el matrimonio presidencial todavía se regodeaban por la manera en que los medios de comunicación se empezaban a hacer eco de la causa del espionaje porteño -que hubiera terminado por enlodar a Macri, el eterno "enemigo ideológico"-, el video de Antonini en el Salón Blanco los devolvió a la realidad. Ahora, la prensa volverá a poner la lupa sobre Balcarce 50 y la desvergonzada mentira de Aníbal. Volverán a relatarse los detalles jugosos sobre las travesuras de Antonini en Aeroparque. Se recapitularán los comentarios y los relatos de los testigos. Bereziuk y sus generosas curvas volverán a escena como nunca. Si no fuera porque ella aún subsiste gracias a sus contactos en el Estado Nacional, ya podría anotarse para la primera entrevista televisiva en la que revele incontables detalles... Entrevista que sería millonaria y que conllevaría un rating récord en las pantallas. A la postre, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner se ha visto humillada por sus propias palabras: ahora, ella deberá "hacerse cargo" de los ribetes escandalosos que dominan la novedad. Que ahora se haga la desentendida y pretenda desconocer la identidad de Guido Alejandro, solo generará mayor rechazo en la opinión pública. Su llamamiento a la ética y que los otros reconozcan los propios errores, ha salido por la ventana y retornado como un bumerán. ¿Declamará ahora Cristina que la presencia de este tipo de individuos en la propia Casa de Gobierno no es de su incumbencia o responsabilidad? ¿Intentará convencernos de que el personaje del video no es Antonini Wilson? Algunos indicios parecen apuntar a que Aníbal y los suyos se aferrarán a esta alternativa. Ya lo había dado a entender el Ministro de (la In) Justicia: "vi una foto de mala calidad; quiero ver ahora el video". La Presidente y el Ministro se habían visto envueltos en un patético pasodoble de declaraciones de impacto mediático, en donde se perseguía defenestrarlo a Macri, con cierto tono de burla por su exhibido amateurismo en temas políticos y de seguridad locales. Aníbal había pedido a los gritos la renuncia del enfant térrible Mauricio. Llegado el fin de semana, ahora no solo la ciudadanía le pide la renuncia a Aníbal; también lo empezarán a hacer los opositores que ya están consensuando interpelarlo sin piedad. Pero Néstor no se puede dar el lujo de despedir a Aníbal Fernández, por más que lo defenestre entre íntimos: el de Justicia es su títere favorito a la hora de combatir verbalmente a medios y opositores con ácida verborragia. Aníbal -como en su momento lo fue Luis D Elía- es otro alter ego de Kirchner. Dice lo que él no puede decir tan abiertamente. Aníbal Fernández -tal como lo ha sentenciado el propio Néstor, puertas adentro- será la María Julia Alsogaray de la Administración. El funcionario tiene mucho que explicar todavía de su oscuro pasado en tierra quilmeña, sus desaguisados en el comando indirecto del RENAR -que entregó armas y credenciales de tenencia y portación a centenares de piqueteros-, y su rol necesario en cierto episodio no menos lóbrego en el que dos policías federales volcaran un patrullero algunos años atrás, con cientos de kilos de cocaína que transportaban desde el norte argentino con destino incierto. Después está también la cuestión de las desgrabaciones de la SIDE del caso AMIA, que el ex presidente anunció serían publicadas, para luego tener que retrotraerse y reconocer que "no había nada". Aníbal era entonces Ministro del Interior... La oposición analiza -según se ha revelado- pugnar por su interpelación, considerando el voluminoso dossier que han sabido construir, para su pesar. El escenario no se montaría solamente para aguijonearlo por la aparición de Antonini en la cinta: involucrará muchas otras variantes. Néstor Kirchner, más tarde o más temprano, le soltará la mano. Y, llegado el momento, el "Otro" lo esperará entre bambalinas para llevarlo a los tribunales, por alta traición. Nos referimos a Eduardo Duhalde. Sucede que Aníbal, en el fondo, no es una mala persona. Nunca está de más darle una mano desde los medios a los descarriados. Hoy, podría ver amortiguado su padecimiento si se pasa de vereda. Porque, ¿cuál es el sentido de defender lo indefendible? ¿No es mejor bajarse del Titanic justo antes de partir? O "recortar las pérdidas y retirarse", como dicen los viejos jugadores de póquer. El titular de la cartera de Justicia ya se ha vuelto insostenible en el gobierno. Debería renunciar inmediatamente y despegarse de esta deleznable pantomima cuyos modos reconfigura diariamente este kirchnerismo moribundo. Aníbal ya había puesto su renuncia "a disposición", minutos después de corroborarse en los números la hecatombe del 28 de junio. Kirchner no se la aceptó pues tenía otros planes para él: convertirlo en el bufón de la corte. Hacía falta alguien que se ocupara del trabajo sucio y que luego pudiera ser fácilmente descartable, cuando "las papas quemen". Esta es la forma de proceder del matrimonio presidencial, sin código ni honor. A ciencia cierta, esto es lo que han hecho con muchos de sus ex funcionarios (considérese a Alberto Fernández) y cercanos (rememorando al "contador de la familia", que en poco tiempo deberá dar explicaciones a la Justicia por haberle puesto la firma a la falsificación de las declaraciones patrimoniales de la pareja). Por estas horas, aún se espera la respuesta oficial ante el refritado del caso Antonini Wilson, la Ultima Travesura. Ya se ha vuelto imposible creerle una sola palabra a la Presidente de la Nación. Por otro lado, si Néstor se empecina en seguir negando la realidad e intentara minimizar el desarrollo noticioso del video de Antonini Wilson en la Rosada, será peor para él. ¿Dirá ahora que Crónica es golpista, aún estando bajo su control? ¿Es el estatal Canal Siete parte de una conspiración para derribarlo, tras revelar el video? ¿Fueron los opositores los creadores de un hábil montaje cinematográfico para insertar al venezolano en medio de los asistentes al discurso presidencial en 2007? ¿No será más sencillo arrojar a Aníbal a los lobos y pasar a otra cosa? Tal vez, ya sea demasiado tarde para todo. Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política. E-mail: elojodigital.com (arroba) gmail.com.
Por Ricardo White, para El Ojo Digital Política