POLITICA: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

5770, Año de la Tribulación: el posible adelantamiento de las presidenciales. Jorge Capitanich, listo para hacer debutar a Chaco en la fiesta de cuasimonedas. Los empleados de la Casa Rosada no cobran. La Ley de Medios de Kirchner y el fantasma de Pol Pot

Suena a instancia ideal para reflexionar sobre los últimos reportes que El Ojo Digital ha sabido cosechar de parte de sus generosas y bien informadas fuentes. El autor se permite trazar un paralelo entre el inicio del año nuevo hebreo (5770) -que dará inicio este viernes 19 de septiembre- y el próximo Año de Tribulación que depara a la Argentina desde 2010.

21 de Julio de 2010
Dicen los estudiosos de la Kabbalah y los códigos de la Torah que el inicio del año nuevo hebreo de 5770 y que dará comienzo el próximo viernes 19 de septiembre, sobrevendrá en forma de un largo período de tribulación y sufrimiento que deberá ser encarado especialmente por la raza humana. De manera particular, el próximo fin de semana -dicen los rabbís, los hombres de la Tierra deberán comenzar a prepararse para ser juzgados por sus actos. No habrá mejor oportunidad, insisten, para ejecutar mizbas -buenas acciones- y ayudar al prójimo antes que perjudicarlo. Las recomendaciones están sustentadas fielmente en el simple hecho de que, para los estudiosos del judaísmo, la humanidad como se la conoce no deberá durar más de 6 mil años -considerándose, por supuesto, el calendario hebreo-. Se acerca, pues, el Fin de los Tiempos (que no necesariamente implica el fin de la raza humana). La etapa coincide, de forma igualmente fiel, con una lóbrega serie de tribulaciones y rechinar de dientes cuyo camino la Argentina ya ha emprendido mucho antes de que los Kirchner llegaran para tomar las riendas de la nación. La Argentina está lejos de ser la Tierra Prometida -mal que a los seguidores de Benjamín Solari Parravicini les pese-. En virtud de los desmanes ejecutados por sus políticos, este rincón olvidado de Dios y las buenas costumbres del más sano y verdaderamente progresista sistema capitalista, camina con pasos cada vez más acelerados hacia un nuevo Armagedón o Apocalipsis. A la postre, las peores previsiones que este humilde medio esbozó para la Argentina, fueron corroborándose con crudeza, muy a pesar de las críticas y los insultos. Desde este nicho tan singular y, en sus inicios, tan reservado para la lectura de unos pocos, mucho hemos anticipado. 2010 encontrará a los argentinos abonando tarifas de servicios públicos groseramente más caros. Los ejemplos más superlativos son los que se corresponden con la provisión de gas y energía eléctrica. La compañía Edenor ya se ha ocupado diligentemente de hacernos comprender que estamos abonando demasiado poco por disponer de luz en nuestros hogares. Lo que hoy son $45, en realidad deberían ser $100. Tarifas que alcanzaron los $400 en estos días, en rigor deberían exhibir el doble de esa cifra. Con el gas susidiado sucede otro tanto. Y lo propio ocurre con las tarifas del transporte público. Entre 2010 y 2011, pagar $1,25 para trasladarse en micro a lo largo de la Capital Federal pasará a formar parte del recuerdo. Los precios de los combustibles han comenzado la senda del ajuste, tal como se ha explicado desde aquí. Al igual que en los ejemplos citados renglones arriba, eventualmente, todo aquello que destile el inconfundible aroma del subsidio terminará por hacernos caer de bruces hacia el frío y duro asfalto de la realidad. Paralelamente, el festival de las cuasimonedas y papel picado se encuentra a la vuelta de la esquina. Jorge Milton Capitanich Popovich sabe perfectamente que su provincia, Chaco, es la que va primera en la carrera. Con la diferencia de que aquí no hay premio para el ganador, sino todo lo contrario. Muchos gobernadores esperan pacientemente para ver quién arroja la primera piedra, y así lanzarse luego en pos de él. Al "Coqui" Capitanich, solo Juan Schiaretti podría quitarle la pole position. Aunque el también políticamente acabado Daniel Scioli hace los méritos para ser el primero en la competencia hacia el fracaso. El problema es que -muchos lo anticipan- la caída de la provincia de Buenos Aires bien podría ser el inicio de la debacle y la mecha encendida para un estallido social de indeseables proporciones. Habida cuenta de que desde la Rosada ya no se oculta el objetivo de derrocar al sciolismo, ¿considerará Kirchner que un territorio bonaerense en estado de cataclismo terminará por fagocitarlo a él también? La cotización del dólar será tema de contrapunto entre los propios hombres fuertes -si se puede hacer uso del plural- del gobierno de don Néstor. Algunos -números en mano- dirán que ya es hora de implementar una devaluación importante que sincere el precio de la moneda americana en torno de los $5. Lo peor que ha caracterizado a los componentes del matrimonio presidemencial no ha sido la falta de órganos reproductivos para sincerar la economía. Lo grave es que han malacostumbrado a sus conciudadanos a pagar a precio vil por los servicios del día a día. El dúo gobernante ha pretendido echar mano de una descarnada artificialidad a la hora de corromper las variables socioeconómicas, en pro de garantizarse tolerancia social y -de paso- arrojarle la pelota en la cara al próximo que le toque asumir. Cuando la próxima Administración deba encarar el sinceramiento de los precios, muchos trasnochados dirán: con Kirchner estábamos mejor. Ese ha sido, desde el inicio, el objetivo primario del marido presidencial. En medio de lo fáctico, una anécdota curiosa sobresale y que ha sido reportada oportunamente por algunos colegas y contactos en el frente: el personal de la Casa Rosada lleva ya un par de meses sin percibir la totalidad de sus salarios, existiendo recortes en algunos casos. Allí también se retroalimenta la bronca, al enterarse los empleados de carrera con no más de dos mil pesos en mano que gremialistas, personajes ignorantes que apenas saben leer y escribir y amigotes superan los cinco mil pesos de salario mensual. Contrariamente a lo que el lector podría creer, dentro del staff de Balcarce 50 abundan más los antikirchneristas que los oficialistas. Una pincelada de incontestable realidad que le añade color a los datos negativos que llegan a las primeras planas de los matutinos, frente a otros datos que jamás se conocerán con tanta libertad. Por estas horas, asistimos a la novedosa pero monumental barrabasada que se ha dado en llamar la Nueva Ley de Medios. Sin entrar demasiado en los detalles que ya todo mundo conoce, baste decir que la nada humilde meta del matrimonio de papel es la de redistribuir al propio antojo los dineros de pauta publicitaria a nivel nacional, sin importar se trate de medios pequeños, medianos o grandes. El Estado se convierte, pues, en principal anunciante, y a la vez en dominador absoluto de pautas y -por ende- de las estructuras de programación de todas las señales. Para citar un ejemplo, el nuevo sistema -de aprobarse- permitirá a Balcarce 50 remover un programa político televisivo que no es de su agrado, ofertándole más dinero en pauta de publicidad a la señal emisora. Lo inaceptable del asunto es que los promotores de la iniciativa oficial critican a la vieja ley por ser de tinte dictatorial y militar, cuando lo cierto es que los cambios la volverían todavía más autoritaria. Es parte del maquiavélico cinismo del que permanentemente echan mano los Göebbels a pequeña escala del régimen K. El nuevo escenario que persigue el kirchnerismo pasa a ser peor que aquel que regulaba los medios a punta de pistola en épocas soviéticas, previas a la Perestroika de Mikhail Gorbachev. Las visiones futuristas de George Orwell, asentadas en 1984 son incluso más optimistas que lo que se está buscando aquí. La iniciativa de Kirchner y sus acólitos tiene un correlato más ajustable con la Camboya (Kampuchea) de Pol Pot y los Khmer Rouges, en donde el pasado debía ser eliminado a cualquier precio: ciudadanos y funcionarios de los tiempos previos eran fusilados sin más, y se reiniciaba el calendario bajo la etiqueta del "Año Cero", que contemplaba un reset de la realidad para hacerla coincidir con el comienzo de la revolución. No conformes los Kirchner con su Master Plan para reconfigurar la manera en que la información y la realidad serán presentadas a los argentinos bajo el paraguas de los medios tradicionales, allí está también la obsecuente iniciativa del legislador oficialista Guillermo Jenefes para regular los contenidos publicados en el Internet. A partir de su propuesta, los organismos del Estado o el propio gobierno central tendrán la suficiente discrecionalidad como para dar de baja o liquidar de un puntapié aquellos sitios web que publiquen contenidos no acordes a los humores del dúo gobernante. Basado en la tenue y nunca específica figura del agravio, el afectado podrá solicitar el bloqueo de la IP de la página web que se tenga en la mira. Medios electrónicos como El Ojo Digital desaparecerán. Ni hablar de lo que sucederá con webs más contestatarias de la talla de Seprin.com, Agencia OPI Santa Cruz, el Informador Público, Jorge Asís Digital o Tribuna de Periodistas. El anteproyecto de Jenefes viene a magnificar el cinismo que exhibió Cristina Fernández cuando declaró que su Administración eliminaría la figura del libelo (calumnas e injurias). A través de este pituto, la Presidente pretendió amortiguar las críticas y efectuar control de daños. Pero el borrador de mordaza tecnológica que promociona Jenefes no es más que un complemento tecnológico para la grosería mayúscula que constituye la nueva Ley de Medios oficialista. Viene a ser la cerecita del postre. Sin embargo, el pináculo de las tomadas de pelo provino de labios del propio Néstor Kirchner, cuando mencionó ante sus íntimos que la oposición no solo no tendría que protestar, sino agradecer, pues "el día de mañana, cuando ellos sean gobierno, tendrán las herramientas para controlar a la prensa". La locura finalmente cobra forma. En el interín, la nueva Ley de Medios corría ya serio peligro; al menos, ya podía anticiparse un resultado negativo para el kirchnerismo en el Senado de la Nación. Es por ello que la Presidente Cristina Fernández de Kirchner se decidió a enfrentar por diez minutos a la prensa en conferencia, al cierre del lunes. Allí compartió que el nuevo proyecto prohibiría a las telefónicas participar del negocio del Triple Play de telefonía, cable e Internet, despejando las preocupaciones frente a la posibilidad de que Telecom -ni bien caiga en manos kirchneristas- pueda monopolizar el negocio, ante la no participación de la española Telefónica en función del obstáculo que presupone la Ley de Bienes Culturales. La esposa de Néstor Kirchner coronó una iniciativa de su marido que perseguía el fin de cosechar los votos necesarios para la aprobación de la nueva ley. De cualquier manera, todavía genera demasiada suspicacia la problemática que versa sobre la forma de constitución del organismo de control que fijará la pauta publicitaria nacional, y sigue sin estar claro lo que sucederá con los cableoperadores del interior del país que -en muchos casos- deberán resignar sus licencias... esas mismas que seguramente el Estado se ocupará de capturar a precio vil. Aún cuando Carlos Pagni tenía razón en sus profundas investigaciones sobre "la ruta de Telecom", el objetivo de fondo no es el negocio sino monopolizar la discrecionalidad para alterar los contenidos de la libre expresión en todas sus formas, en toda la extensión del territorio nacional. En su conferencia de prensa, Cristina fue consultada acerca del rol ejecutivo que su marido mantiene en el gobierno. La mujer eligió mostrarse ofendida, pero terminó por echar mano de un divertido acto fallido cuando se refirió a Néstor varias veces como "el Presidente Néstor Kirchner...". Confirmación oficial para la sospecha generalizada de que Kirchner es el mandamás, mientras su mujer solo parece estar allí para aprovechar las bondades de los viajes protocolares hacia naciones extranjeras. Para colmo, el lunes se excusó ante los periodistas por lo breve de la conferencia, dado que debía partir hacia un acto en Chaco. Provincia donde ya se hallaba preparado un atril con un puñado de pobres diablos listos para aplaudir ni bien se les diera la orden. ¿Eso era más importante que dar explicaciones sobre la nueva ley que pretende regular la libertad de expresión en un país? Detrás de la Ley de Medios K se esconde la recomendación que Chávez hiciera a Néstor oportunamente: si son los medios lo que te molesta, apodérate de ellos. Punto final; no queda mucho más para discutir. En lo político, los insufribles de siempre son los que terminan haciéndole el juego al kirchnerismo. Entre ellos están los vetustos izquierdoides Miguel Bonasso, Claudio Lozano y Fernando "Pino" Solanas. El caso más grosero es el de Solanas, habida cuenta de que hizo campaña en la Ciudad de Buenos Aires hablando mal del Gobierno Nacional. A la larga, Pino se volvió vital para los intereses de la nomenklatura kirchnerista. Fiel reflejo de que, en los papeles, la izquierda argentina remata su faena haciéndole favores a esa derecha recalcitrante que tanto critica. En este caso, la derecha plutocrática en tándem que abona el matrimonio patagónico. En cualesquiera de sus formas, Néstor Carlos Kirchner no es más que un putrefacto cadáver político, pero pretende compartirnos su dolorosa agonía de mala gana. En medio de los manotones de ahogado que hace tiempo vienen caracterizando a su faena -aquella en donde la Presidente, su esposa, es una mera figura decorativa-, el finado todavía conserva un decoroso margen para destruir. Entre sus iniciativas aún por ejecutar, se encuentran: una probable intención de capturar los fondos que manejan las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART), una nueva y súbita devaluación del peso frente al dólar estadounidense, la implementación de un bono patriótico o nuevo corralito financiero y un nuevo adelantamiento de comicios, -esta vez los presidenciales- para 2010. La variable devaluatoria solo entraría en acción de manera brusca junto con la puesta en marcha de un nuevo corralito; ello serviría a los efectos de sinergizar las medidas para darle respiración boca a boca a una caja evidentemente agotada. De hecho, este escenario -y que conllevaría la herramienta del bono patriótico o incautación forzada de ahorros- se encuentra bajo el análisis del oficialismo, a partir de que las iniciativas populistas mencionadas líneas arriba (y que han ocupado oportunamente las primeras planas) tienen impacto directo en el presupuesto y el Tesoro, recortándolo violentamente. La incautación de los dineros de las ART también asistirían al plan de ensanchamiento de la caja, del mismo modo en que podría ser de gran utilidad para el matrimonio un incremento en las retenciones a la soja, de la noche a la mañana y entre gallos y medianoche. Para maniobrar en medio de estos esperpentos, el gobierno cuenta con una novedad auspiciosa: los depósitos de empresas y particulares en el sistema financiero han crecido. Si, entre medio de las medidas enumeradas, porciones importantes de la sociedad se alzaran en manifestación, ello también redundaría en favor del matrimonio: de esta forma, podrían consolidar sin problemas su estrategia de victimización y cosechar una expulsión prematura del poder, para retornar en 2011 o incluso en 2015... a caballo de la devaluada memoria de los argentinos que hoy reivindican a Alfonsín o a Menem. Los Kirchner están convencidos de que la Historia los juzgará bien. La cuestión relativa al adelantamiento de las elecciones presidenciales para fines o mediados de 2010 tendría relación directa con lo que don Carlos Salvador Bilardo etiquetaba de foul táctico, entendiéndose por ello cometer una infracción para perturbar o demorar la estrategia ofensiva del team rival (o enemigo político en este caso). No es casual, pues, que Néstor Kirchner se encuentre tomando debida nota de las actividades del frente opositor que representa al justicialismo disidente. De Kirchner debe reconocerse que siempre está un paso adelante y percibe con gran anticipación los planes del enemigo, terreno en el que el duhaldismo ha demostrado una notable pero sugerente escasez. Si el peronismo disidente aún no ha terminado de construir bases sólidas, ello se debe a los egoísmos y las propias carencias, es cierto. Pero, a estas alturas, el esposo de Cristina Fernández tiene todo pronto para escupirles el asado apenas se encuentren a la vuelta de la esquina de consensuar algún acuerdo. Con las elecciones adelantadas, Kirchner lograría descalabrar el frágil y tempranero esquema disidente. El PJ opositor, a la postre, no tendría otro camino que aceptar una derrota en 2011 a manos de Julio César Cleto Cobos o Mauricio Macri. Para Balcarce 50, una victoria de Macri en 2011 sería ideal: el Jefe de Gobierno porteño, lejos de lo que busca la sociedad, estaría de acuerdo con no perseguir a los patagónicos en los tribunales, sin importar las incontables trapisondas que se han regalado en sus seis años de desmadre. Algunos se atreven incluso a insinuar que existe una suerte de pacto entre el gobierno y don Mauricio. Y, aún si Cobos se hiciera con la Presidencia, creen los santacruceños que ello representaría una buena noticia, pues el Vicepresidente podría ser volteado con relativa facilidad. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política