POLITICA: POR EL DR. LUCIO CATANO (H), PARA EL OJO DIGITAL

El corralito social. Los jueces de diciembre de 2001

Amigos, nuestra forma de redacción tiene diferentes vertientes. Depende en gran medida de la formación que cada uno de nosotros ha recibido. Mas nos une un denominador común: la acritud. Redactamos, todos por igual, con amargura, con frustración y por ende, con ira. Nos distingue -seguramente- la identidad del mecanismo o el vector para liberar a La Patria de esta chusma kirchnerista.

21 de Julio de 2010
Algunos son partidarios de esforzarse, para intentarlo por los canales de la democracia. Otros, entre los que me incluyo, somos más proclives a procurarlo por las vías de hecho. Ya que las de derecho, son tan vulneradas y vulnerables, que interpretamos lo anterior como una mera quimera, insustancial y abstracta. Finalmente, existe otro segmento de Argentinos, que no hará nada en lo absoluto, sólo reposar hasta que "las cosas cambien". Son, lo que conocemos como "La Mayoría Silenciosa". Estos Compatriotas superan en mucho a cualquier facción que esté enderezada en procurar, al menos, una salida. Creo adecuado referirme a ellos, porque en resumidas cuentas, constituyen el grueso de nuestros "enemigos". Los del gobierno son circunstanciales, pasajeros. Los de la oposición están dentro de una idéntica sintonía. Pero, muchas veces, elegir un blanco selectivo, es bastante desventuroso. Mucho más, en el caso de estos "Silentes Conciudadanos", ya que a su modo participan del rechazo por este sistema prebendario, pero lo exteriorizan con un prudente sigilo. Son los taxistas, los comerciantes del barrio, los encargados de edificios y cualquier otro interlocutor casual o accidental, con los que nos topamos a diario. Para circunscribirnos a tratar de encontrar una acepción etimológica, más cabal o químicamente pura con la que tendremos la facilidad de etiquetar a estos silenciosos, debemos partir de la casuística. Soy de la opinión que los episodios que acaecieron desde septiembre del 2001 nos pueden brindar una lectura que nos ayudará luego a una interpretación de este pequeño prefacio. Para la fecha preindicada, el yrigoyenismo del siglo XXI, por entonces en el poder, encolumnado en la figura de un De la Rúa inconexo, no ignoraba que la convertibilidad ya era un pandemónium. Insostenible, por la caída de reservas. Por la falta de competitividad en los precios externos. Y, finalmente, porque esa ficción cambiaria ya se había introducido en la epidermis de todo el Pueblo. Pero, pese a ello, el común de la sociedad seguía inmutable los devaneos de una administración que carecía de la más mínima idea de como solucionar ese curioso sortilegio financiero. Reapareció Cavallo, y decretó el "Corralito Bancario". Meses después cuando a "Chupete" lo erradicaron como ropa con piojos de la Casa Rosada, el humor social en el ámbito financiero se enturbió aún más. Rotura de cristales en las vidrieras de las entidades bancarias obligaron a que esas instituciones incorporasen las cortinas metálicas, y a regular el ingreso y egreso de los clientes en las sucursales de forma arbitraria y selectiva. Escenas de pugilato. Actas notariales de constatación. E, inmediatamente después, "La Industria del Juicio" : acciones de amparo, interpuestas por los ahorristas ante los Magistrados Federales de todo el País, hicieron posible que gran cantidad de "estafados" recuperaran sus caudales. Otros no tuvieron tanta suerte. Cientos que requerían de esas compulsivas devoluciones, fallecieron por episodios cardíacos, intervenciónes quirurgicas que no se pudieron realizar y cosas así. Un Juez Federal se granjeó la simpatía de muchos inversores, por la celeridad con la que disponía el reintegro de los fondos bloqueados por los bancos. Se apellidaba Silva Garretón. Lo que la mayoría ignora es que este sujeto, a través de un primo suyo y del mismo apellido, dentro del tumulto de algarabía, separaba los depósitos "más jugosos" y de la mano de su pariente, les otorgaba idéntico tratamiento. Se manejaba en forma bastante selectiva. Elegía aquellos que superaban los quinientos mil dólares, y casi siempre el letrado interveniniente era su familiar. Un reverendo hipócrita. Pero no fue el único. El "jurista" e impoluto radical Gil Lavedra fue otro beneficiario de "Jueces Amigos", ya que defendía intereses muy similares a los del emparentado con Silva Garretón. Pero esta es tan solo una pequeña viñeta, una miscelánea, que se suma a otras cientos de miles "vivezas criollas", que más que la actual sequía o cualquier inclemencia, es y ha sido el nudo gordiano de todas nuestras desventuras como Sociedad en vías de extinción. El "Corralito" no fue un infortunio financiero. Tampoco tuvo connotaciónes colectivas. Atrapó a unos cien mil ahorristas y otros diez mil acreedores y deudores hipotecarios. El resto de la Nación se mantuvo, como siempre, indiferente, distante. Pero marcó una interesante pauta acerca del comportamiento social. Tenedores de depósitos a plazo fijo, sabedores y conscientes de un desenlace ruinoso para sus intereses, validaron el peligro y la inminencia de un desastre, al no retirar sus caudales. Esa -y no otra- debe ser la radiografía que debemos tener a mano, para definir a nuestros Compatriotas en general. Estamos inmersos en un gigantesco "Corralito Colectivo". Es mental y desgraciadamente vocacional, no fiduciario. Este gobierno de "carteristas" hace y modifica a su antojo. Envió, sin ambajes, a todo el sector agropecuario a la quiebra, que tuvo sin embargo una empatía bastante simétrica con el asunto de los ahorristas. Pudieron comercializar los stocks de soja, en pleno paro, cuando su cotización había trepado a los u$s 600 por tonelada, pero desdeñaron hacerlo. Pugnaron por la derogación de la Resolución 125, no tomando en consideración la crisis financiera global que se ceñía sobre todos nosotros y que preanunciaba una colisión de los mercados granarios y bursátiles. No supieron gestionar a tiempo la alícuota de las retenciones, cuando estas no superaban el 15%, en tiempos de Eduardo Duhalde. Permitieron que el Fisco les metiera las manos en los bolsillos hasta que se tornó confiscatorio. Pero, ¿qué hicieron para evitar esa secuelas? Las "vacas gordas" del quinquenio 2002/2007 les nublaron el juicio. Porque, en esencia, carecen de "pasta de dirigentes". Vemos así que este fenómeno del "corralito" excede el marco de una entidad bancaria. Está inscripto en todos nosotros. Es irrelevante denunciar la cadena ininterrumpida de iniquidades de estos K. Porque nos conformamos con escribir respecto de ello. Nada más. En mi última entrega, les propuse que nos familiaricemos con la idea de "Un Nuevo Jefe". Alguien que nos extraiga esta "narcolepsia volitiva del NO TE METÁS". Me interesé sobre la identidad de un Compatriota, a quien no he visto en mi vida: El Teniente Coronel Emilio Guillermo Nani. Lo hice incluso, sin consultar a su entorno. Porque creo que no se debe comenzar con el pie izquierdo. Hay que abandonar la idea de la "trenza". Ya que tal cosa no existe. Rescaté de su figura lo único que merece ser tenido en cuenta: "Le sobran pantalones". No está integrado a la larga nómina de militares que tienen mucho que ocultar y otro tanto que explicar. Y, por lo que he averiguado acerca de él, creo que le sobran aptitudes, para hacer "simplemente lo debido". Extinguir a esta "murga que va desde Julio Cleto Cobos hasta Carlos Kunkel. Desde Kretina hasta Lilita Carrió. Es hora de la culminación de nuevos y peor trazados "mamarrachos republicanos". Es hora del renacimiento de nuestros valores esenciales, como la Familia, la juventud desorientada, los asentamientos emergentes en progreso de la Villa 31, para evitar así que otra villa, la Villa 32, invada Palermo, Barrio Norte, Belgrano y cualquier otra zona, por la que un Compatriota abonó una fuerte cantidad para adquirir una vivienda, que estos "okupas" pretenden seguir comercializándo sin haber pagado un centavo. Y que en cientos de casos percibieron un desahucio y pese a ello siguen habitándo esos complejos de prostitución, distribución de estupefacientes y podredumbre humana, a cien metros de La Recoleta. Si esta proclama, llega a dar sus primeros pasos, debe ser por adhesión voluntaria. Por convicción, que es el único meridiano que transforma las ideas en hechos. Pronto, antes que lo advirtamos, ingresaremos en marzo. Nuevas dosis e insaculaciones de idiotez invadirán las pantallas de televisión. Comenzarán con denuedo, y la ingesta de los ingredientes para que sigamos paralizados: el fútbol, las bailarinas del caño, las emisiones periodísticas de los "quedantistas", pasando por Julio Grondona hasta Luis Majul. Y las "primarias" de diputados. Otra vez, los buhoneros y cachafaces desfilarán por esos ciclos para vertirnos nuevas cuotas de hipocresía. Esto es, una nueva secuencia de "El Corralito Social". Por Lucio Catano, para El Ojo Digital Política.
Por Lucio Catano (h), para El Ojo Digital Internacionales