SOCIEDAD: POR GABRIEL BORDA, PARA EL OJO DIGITAL

Injusticias sin justicia

Un país sin educación es un país sin futuro. Un país sin ejemplos es un país sin presente... ¿Cómo explicarles a mis hijos que un maestro es una invalorable fuente de expresión de la cultura, no un hombre que subsiste con planes trazados por burócratas?

21 de Julio de 2010
¿Cómo explicarles a mis hijos que la policía es uno de nuestros instrumentos mas importantes para aplicar la ley, y no asesinos de la libertad de expresión? ¿Cómo explicarle a mis hijos que el color diferente en un ser humano no es una condena para ser discriminado? ¡Qué dado vuelta está todo! Parecería que el mundo está al revés. ¡Qué poco valor tiene la vida! O, más bien, qué difícil es cuantificar la importancia de la muerte si no somos capaces de gritar ante la locura de mujeres golpeadas y asesinadas por unos miserables que no merecen la vida. Cuantificar, valorar, respetar... son solo palabras. Mueren millones de niños en el mundo por hambre. Mueren millones de niños por la mano de ilógicas guerras. Mueren seres humanos por robos, por bombas de idealistas asesinos o simplemente mueren porque fue su mejor elección de una vida que les dio la espalda... ¡Qué hábiles son esos políticos de hoy en día! Esos que logran cuantificar la muerte usándola para enfrentarnos, como si tuviéramos que darle un valor a este incomprensible hecho de que alguien en el mundo muera sin sentido. Duelo nacional o no, a favor o en contra, no importa. Logran enfrentarnos para que ese amigo me diga que su ideal es más importante que el mío. Para que ese amigo valore más una muerte que otra. Para que ese amigo juzgue a esos hombres que a través de las palabras y sin el uso de las armas pidan por sus justos derechos. ¿Cómo explicarles a mis hijos que esta locura se llama democracia? ¿Cómo explicarles a mis hijos que la libertad es el respeto mutuo y no un juego de hipócritas que se dicen nuestros representantes? ¿Cómo sigue esta historia? ¿Será quizás que el sacrificio de entregar la vida de muchos seres humanos los llevará al dialogo o eran ellos la fuente necesaria para llevar como estandarte de una protesta? ¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Tendremos cada día un duelo nacional por el hijo muerto, por el marido asesinado o por la madre desaparecida? ¿Quién le devuelve los recuerdos o las alegrías compartidas a la familias de esos hombres y mujeres que murieron por un ridiculo ideal ajeno? ¿Quién le devuelve esos hijos asesinados a sus padres, y quién le devolverá la vida nuevamente a nuestros mártires..? ¿Quién le explicará a los niños que la muerte es algo sin sentido? ¿Quién les explicará que cada muerte absurda no sirvió para detener el hambre y las guerras en el mundo? ¿Cómo comprender que podemos ser mejores si castigamos nuestros principios, como ordenar las prioridades de un mundo al revés en donde hoy ni siquiera apoyamos a un justo reclamo? ¿Quién es quién en este juego en donde no se conoce ni se valora el potencial de cada naipe? ¿Quiénes son esos que, detrás de un escritorio, mandan soldados a morir sin sentido en manos de hombres que ante tanta confusión obedecen ordenes sin piedad? ¿Cómo sigue este mundo? ¿Es este el mundo que queríamos? Será quizás que solo debamos subsistir mientras se sigue llenando esa lista interminable de muertes cada día. ¿Será quizás que debamos acostumbrarnos a vivir en el constante reclamo o será que ese futuro incierto que tenemos como Mundo es parte hoy de nuestra cultura? ¿Será tal vez que ya nos acostumbramos a ese contínuo enriquecimiento ilícitos de aquellos que promocionan la ignorancia, el silencio y la sumisión como nuevas formas de gobierno? ¡Qué juego tan macabro éste! Difícil encontrar estas respuestas para mis hijos, si hasta tengo miedo de expresar lo que en mi corazón siento. No me interesan los duelos políticos, ni la política ignorante de un grupo de bestias. No me convencen con ideología barata solo me interesa que cada dia que transcurre un ser humano maravilloso ya no estará con nosotros por el solo hecho de querer expresarse en libertad. Por Gabriel Borda, para El Ojo Digital Sociedad. Email : gbordaeuropa -arroba- telefonica.net.
Por Gabriel Borda, para El Ojo Digital Sociedad