INTERNACIONALES: POR FRANCISCO MONTESANO, TOTALNEWS.COM.AR

Se aproxima un nuevo Bretton Woods, aunque Cristina Fernández de Kirchner no lo perciba

En los últimos días la Sra Cristina nos sorprendió con frases como aquella que rezaba que "el efecto jazz no golpearía al país". Destacaría luego, con un dejo de alegría, que "habría secuelas". Finalmente, al acercarle sus asesores más información sobre el problema, señaló que "es una oportunidad".

21 de Julio de 2010
En julio de 1944, en el complejo hotelero de Bretton Woods se firmaron los acuerdos donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. En él se decidió la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y el uso del dólar como moneda internacional. El principal objetivo del sistema fue poner en marcha un Nuevo Orden Económico Internacional y dar estabilidad a las transacciones comerciales a través de un sistema monetario global, se estableció que los préstamos que cada país solicitaba al FMI sólo podían ser destinados a cubrir los déficits temporales de balanza de pagos, de ser necesaria cualquier asistencia a largo plazo, la misma debía ser solicitada al Banco Mundial. Este Nuevo Orden trajo, como es habitual, detractores y defensores del sistema, pero aun así y con todas sus fallas ordenó el desastre económico mundial que era producto de una conflagración internacional. Las situación actual no es la misma, nunca la es, analizando todas las crisis vividas es fácil de comprobar, pero de lo que no hay duda es que la actual, manifiesta una profundidad y magnitud, nunca antes vivida en los últimos 50 años. La globalización ha sido un componente muy importante en su contagio continental, los países están vinculados a través de los diversos instrumentos financieros actuales. Un nuevo Bretton Woods es necesario para ordenar, controlar y supervisar las operaciones financieras que realiza el mercado, para hacerlo mas sólido y confiable. Nuestro país, por su aislamiento, no recibirá el primer síntoma de la crisis el financiero pero si el segundo, el comercial ya que la depresión mundial que sobreviene a este crack financiero es la necesidad de cada país de vivir con lo propio, comparar poco y vender mucho. En este tejido de inseguridad sobre el efectivo impacto que tendrá la recesión en la región, las empresas suavizaron las inversiones y dilataron la contratación de personal. Los industriales se encuentran más preocupados por la coyuntura: perciben que el éxito del modelo kirchnerista, fundado en un tipo de cambio competitivo con fuertes exportaciones y superávits resultantes, podría hundirse, y se vuelve comprensible su inquietud. "Se pararon todos los planes de inversión de este año y del próximo. De esta crisis, no se salva nadie. Creer que la Argentina lo hará por el stock de reservas no tiene sentido", enfatizó el presidente del frigorífico Rioplatense, Rodolfo Constantini. Según el empresario, el desplome financiero "va a tener repercusiones fuertes en el país porque cambiarán muchos precios de la economía". "Va a costar más vender y ello significará menores ingresos para la Argentina. Va a caer el producto y habrá mayor desocupación", remató el directivo. Un mensaje que CFK no debería desatender es el del consultor Jorge Giacobbe, quien aseguró que los políticos argentinos han sido creados en la "fragua de la política personalista". Aseveró que "el personalismo es una tradición en nuestro país que ha hecho mucho daño. Me parece que hemos cometido errores al endiosar a nuestros líderes, al creer que la salvación del país depende del talento de una persona, al confiar más en una persona que en los equipos. Esta es una larga tradición que la opinión pública está disolviendo pero que todavía tiene registros porque los políticos que hoy están en la plana mayor del Gobierno están educados y creados en esa fragua de la política personalista", enfatizó el analista. Esta situación anormal y tan caramente planteada por el analista, se convierte un coctel peligroso cuando se añade una pizca de engaño o explosivo si la dosis supera la de unos gramos. El Primer Ministro inglés Winston Churchill, en su célebre discurso del 13 de mayo de 1940, dijo al pueblo Britanico, frente a la inminente invasión alemana, "No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor", por el contrario nuestros dirigentes contradiciendo la visión pesimista de los especialistas, ven en los infortunios por venir un "oportunidad". Dos modos de gobernar, que los separan no solo en su estilo sino también en su conciencia. Por Francisco Montesano, TotalNews.com.ar. http://blogs.clarin.com/conflictos-y-dilemas/posts
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