SOCIEDAD - OPINION: POR OVIDIO H. ZANZERO, PARA EL OJO DIGITAL

El diálogo es necesario, mas con prudencia

En una democracia, no pueden y no deben de estar de acuerdo todos con todo; de otra forma ello presupone la nulidad de proliferación de ideas y opiniones de los distintos tejidos sociales, como asimismo dilaciones y limitaciones que hacen imposible el dialogo, sumergiendo toda expresión disidente, a la que consideran un peligro para sus finalidades seudo políticas, pero por sobre todas las cosas con finalidades inconfesables.

21 de Julio de 2010
Con lo que pretendemos dejar muy claro, que este sistema, con ridículas pretensiones de albergar en su seno un régimen de consenso unánime, lo que en realidad pretende es instaurar lo que para algunos autores denominan "consenso obligatorio"; situación esta reñida con toda actividad Republicana y Democrática que a la vez resulta atentatoria de la facultad que tiene todo ser de cumplir con la ley, es decir, la libertad. En este lugar, resulta imprescindible realizar una especial diferenciación entre consenso libre y consenso obligatorio: Corresponde al primero, cuya facultad ciudadana obliga y respalda toda acción de exponer ideales, formas y maneras legitimas y morales de hacer valer sus derechos y el de los demás, al par que su representación, cuando de ubicaciones electivas se refieren, y cuya renovación periódica, mediante procedimientos electorales representan una de las pruebas fundamentales para la legitimidad democrática, así lo valoran; siendo que para el segundo, como único indicio se puede establecer su intima relación con lo prohibitivo del disenso que se manifiesta de su sistema. Por tanto; ante una democracia pluralista, donde se dialoga, se exponen ideales, se proyectan políticas generales de gobierno, consensuadas en absoluta libertad, podemos hablar sin lugar a dudas, que estamos ante un gobierno que acepta las diferencias, en el que las voces de los desacuerdos dialécticos apoyan las libertades de la ciudadanía, exalta los valores de la libre expresión y de la convivencia de los seres entre sí, al tiempo que fortifica al orden jurídico. El quilate de disenso y de consenso, resulta variable de pueblo a pueblo y de ciclo en ciclo. Es dable destacar que el consenso total es tan improbable como peligroso, pero siempre teniendo en cuenta la complejidad de cada sociedad, que en definitiva esta representada por el pueblo. Por cuanto el consenso manifiesta un acuerdo que no resulta absoluto, en síntesis, un acuerdo sobre las normas fundamentales que se encuentran en la base del funcionamiento de todo régimen político democrático. En cuanto el disenso no puede desarrollarse en forma encubierta, ya que se representa como garante de la variedad plural dentro de la sociedad. Respetando los vínculos normativos manteniéndose encuadrado dentro del orden jurídico en bienestar de la convivencia recíproca; este es sin duda alguna, lo de mayor envergadura, caso contrario, es decir el disenso extremo, termina siempre con la democracia. Si este concepto cuya aplicación tan necesaria en este momento, se puede resumir en una carilla, cual es el motivo por el cual civilizadamente quien tiene la responsabilidad, que no es otro que el gobierno, no establece las reglas de juego limpio y con sentido común escucha al campo. Buenos Aires, 19 de mayo de 2008. Por Ovidio H. Zánzero, para El Ojo Digital Sociedad.
Por Ovidio H. Zanzero, para El Ojo Digital Sociedad