SOCIEDAD: POR OVIDIO H. ZANZERO, PARA EL OJO DIGITAL

Los peligros del dormir acompañado del mal

Nicolás Maquiavelo y su inevitable presencia en la realidad social y política de los argentinos.

21 de Julio de 2010
No siempre resulta aconsejable dormirse leyendo, imaginen uds. cual sería la pesadilla y en que forma nos despertaríamos sobresaltados, si para conciliar nuestro sueño, después de un movido día de trabajo, sumado al desconcierto que producen los sucesos cotidianos de nuestra querida y sufrida Argentina, lo hacemos con la lectura de un capitulo que culmina como se pasa a narrar: "... Alguien podría preguntarse cómo es que Agatocles (*) y otros como él, tras haber cometido numerosas traiciones y crueldades, pudieron vivir tranquilos en su patria durante mucho tiempo y defenderse de los enemigos externos, sin que sus conciudadanos conspirasen nunca contra ellos, mientras que muchos otros no han podido conservar sus estados mediante la violencia ni siquiera en tiempos de paz, y mucho menos en las inseguras épocas de la guerra...". De esta forma comenzaba preguntándose un viejo autor al pretender cerrar el capítulo VIII de una de sus obras y que lo tituló DE HIS QUI PER SCELERA AD PRINCIPATUM PERVENERE (**), respondiéndose de la siguiente manera: "... Creo que se debe a la buena o mala utilización de los delitos. Se puede definir como buena utilización del delito (si es que se puede hablar bien del mal) la que se hace en un momento concreto, por la necesidad de asegurar la propia posición, sin volver a insistir luego en ella, sino intentando sacarle el mayor provecho posible para los súbditos. Están mal usados los delitos que, aunque al principio son pocos, van aumentando con el tiempo en vez de desaparecer. Quienes siguen el primer camino, pueden encontrar algún remedio para mantener su estado ante Dios y ante los hombre como hizo Agatocles, pero los que no, es imposible que se mantengan...". Para concluir este capítulo con la siguiente premisa: "... Por tanto, hay que señalar que cuando se conquista un estado, el que lo ocupa tiene que pensar cuáles son los ultrajes que va a tener que cometer y hacerlos todos de una vez, para no tener que cometer uno nuevo cada día, asegurándose de esta forma la fidelidad de los hombres y ganándoselos con los beneficios que les ofrece. Quien actúe de otra forma, ya por timidez o porque ha sido mal aconsejado, siempre tendrá que tener la espada en la mano, y nunca podrá confiar en sus súbditos, puesto que estos, a su vez, no podrán sentirse seguros con él, a causa de los nuevos ultrajes que continuamente reciben. Porque los ultrajes hay que hacerlos todos a la vez, para que, al saborearse menos, la ofensa sea menor, mientras que los beneficios hay que hacerlos poco a poco, para que los saboreen mejor. Y sobre todo, un príncipe debe vivir con sus súbditos, para que ningún acontecimiento, tanto bueno como malo, le obligue a cambiar de actitud; porque si tienes que hacerlo en un momento de adversidad, no llegas a tiempo a remediar el mal, y el bien que haces no te beneficia, puesto que juzgan que lo haces por obligación, y no recibes ningún agradecimiento...". Sin lugar a dudas, estaríamos seguros al despertar sobresaltados, que vivíamos en algún momento de los años 1469 al 1527, época en que lo hizo también N. Maquiavelo, pero que al recuperarnos y situarnos en tiempo y lugar, tomamos conciencia de la realidad, estamos en Argentina, lo que al parecer sucede es que quienes la conducen han tomado como meta irreductible las enseñanzas de "EL PRINCIPE" libro de cabecera de estos y causante de nuestras pesadillas. (*) Agatocles; tirano de Sicilia, reunificó las ciudades griegas de Sicilia bajo la hegemonía de Siracusa. (**) De his qui per scelera ad principatum pervenere; DE LOS QUE HAN LLEGADO AL PRINCIPADO MADIANTE DELITOS -cap.VIII- EL PRINCIPE- NICOLAS MAQUIAVELO. Terra Editora- Buenos Aires Argentina-. Buenos Aires, 25 de abril de 2008. Por Ovidio H. Zánzero para El Ojo Digital Sociedad. Email : ovizeta -arroba- fibertel.com.ar.
Por Ovidio H. Zanzero, para El Ojo Digital