SOCIEDAD - POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL: PANORAMA ECONOMICO-SOCIAL DE LA ARGENTINA

Estalla la crisis energética y se espera desabastecimiento total de combustibles. Las 3 mil estaciones de servicio que cerraron bajo la Administración de Néstor Carlos Kirchner

Tal como lo anticiparan El Ojo Digital, ciertos políticos de la oposición y reputados analistas del sector, el sector energético ya se encuentra colapsado y solo un milagro ha evitado apagones generalizados. Los cortes de energía programados y el desabastecimiento de combustibles que empeorará aún más. El empresariado y las teorías conspirativas.

21 de Julio de 2010
La crisis energética hace tiempo que ha llegado para quedarse, muy a pesar de las inverosímiles declaraciones de Alberto Fernández y otros funcionarios kirchneristas/cristinistas de "alto nivel". Pocos días atrás, en momentos en que una nueva ola de calor se enseñoreaba del país, el consumo alcanzó un récord importante que dejó a la sociedad al borde de un apagón generalizado que hubiera sido catastrófico para el dubitativo gobierno de Cristina Fernández Wilhelm. En aquella ocasión, más de 150 mil usuarios de la Capital Federal quedaron sin energía eléctrica, al igual que porciones importantes de los núcleos urbanos del interior del país. Muy a pesar de la gravedad del caso, los grandes medios no se hicieron eco de la mala noticia. Periódicos como Clarín, por citar un ejemplo, prefirieron dedicar espacio al affaire de Emmanuel y la puja entre Chávez y Uribe. Obviamente, el motivo fue la bajada de línea que, desde hace ya más de cuatro años, parte desde la propia Casa Rosada. Por estas horas, el Grupo Clarín se encuentra empeñado en apoyar la gestión de Cristina, en agradecimiento por el gesto kirchnerista de garantizar la totalidad del negocio de la tevé por cable al monopolio. Como contrapartida, las críticas desde el multimedio se suavizan. Esto ya es innegable hasta por el propio directorio del grupo empresario de la señora de Noble. Los medios tampoco hicieron grandes referencias a los cacerolazos que miles de porteños protagonizaron en sus barrios, en protesta por los cortes. Lo que es peor, los medios televisivos solo mostraban las manifestaciones en que los ciudadanos despotricaban contra Edenor y Edesur. Aunque en la mayoría de los casos, los insultos iban contra el gobierno. Por cierto, a los manifestantes nadie les ha informado que Edenor y Edesur no producen energía sino que solo la distribuyen. Y no se puede distribuir lo que no se tiene. En ciertos núcleos de la bronca porteña, se ha llegado a ver a extraños individuos que dirigían, de manera planificada, los insultos de las pequeñas masas contra las empresas. El rumor de que operativos de la SI (ex SIDE) trabajan en este sentido, ha llegado a muchos medios independientes. Precisamente, el discurso oficial desentiende al presente gobierno, y por lógica, al anterior, de la responsabilidad de la crisis. Al mantener los precios de la energía para usuarios residenciales a precios del 1 a 1, las generadoras se han cruzado de brazos y ahora esperan, pacientes, la caída del gobierno. Hecatombe que no solo sobrevendrá, sino que cuya fecha podrá comenzar a preverse en pocos días. Las personas bien informadas conocen de antemano que las grandes empresas del sector han paralizado sus actividades a partir de fundamentos comprensibles de costo-beneficio, y que disfrutarán de una salida anticipada de la Presidente Fernández Wilhelm. ¿Puede alguien culparlos? Desde luego que no. Idéntica situación se percibe en el rubro combustibles. Mientras Guillermo Moreno continúa aplicando la ley del garrote y de la amenaza contra las petroleras, no comprende que, gracias a su proceder, han quedado en la calle miles de trabajadores del sector. El apriete contra las petroleras se derrama hacia los propietarios de estaciones de servicio. Estos, simplemente, no han podido sostener los costos de adquisición de naftas, gasoil y GNC y terminan por cerrar las puertas. El negocio que en tiempos menemistas estaba en cero, ahora es ampliamente deficitario. Los estacioneros perciben, en el mejor de los casos, un 7% de ganancia por cada litro de nafta premium vendida. Pero ese 7% no alcanza para cubrir los pagos de sueldos. Consecuencia : durante la Administración Kirchner, 3 mil estaciones de servicio cerraron sus puertas. La patada inicial se dio con la angloholandesa Shell y el bloqueo de estaciones por parte de piqutereros bajo comando de la Casa Rosada. Luego, siguieron las demás marcas. Y el 80% de las estaciones que quedan ya no están en manos de particulares, sino de las grandes empresas. Por estos días, los precios, al menos en el caso de las premium, habían alcanzado e incluso superado los $3 por litro en el interior del país, cifra que todavía es escasa para mantener vivo el negocio. Pero el gobierno ha presionado con métodos poco democráticos para tirar los precios finales hacia abajo. El resultado evidente : el desabastecimiento. Ya no había combustible para vender, con el precio de hace un mes. En los últimos días, el gobierno de Cristina amenazó a las empresas con mil y una penalidad, si no retrotraían los precios a los niveles vistos en octubre. Una medida ridícula que parece haber sido tomada por un infante de cinco años de edad. A partir de ahora, el desabastecimiento comenzará a sentirse más que nunca, y más teniendo en cuenta que el combustible producido por las petroleras se ha congelado. El Ojo Digital lo ha confirmado : las empresas han perdido la paciencia y están decididas a no operar normalmente hasta no ver al cristinismo fuera de la Casa de Gobierno. Eskenazi ha bajado los precios en YPF pero no absorberá las pérdidas para siempre. Esta táctica es una medida política de cuyo diseño el propio matrimonio presidencial ha participado, con la risible esperanza de mantener las cosas como están por cuatro años más. Pero la fórmula está cerca de colapsar. Porque, antes de lo que se piensa, los usuarios consumirán el poco combustible que queda, a precios ridículos, y el próximo ciclo de producción obligará a implementar aumentos insoportables. Todo por un capricho del oficialismo. Otra prueba más que categórica de que la Argentina es el peor lugar del planeta para hacer negocios, sin considerar a un número no estudiado de republiquetas bananeras del Africa subsahariana. A propósito, ¿quién se ha quedado con un porcentaje importante de YPF? ¿Estaremos hablando solamente de Enrique Eskenazi, o hay alguien más involucrado y que fuera Presidente de la Nación en tiempos recientes? ¿Es YPF un negocio familiar? Un panorama no revelado del doloroso cuadro de la crisis energética : en los barrios donde la electricidad se desvanece, aparecen los amigos de lo ajeno, quienes, como si cazadores furtivos se tratase, violentan propiedades y destruyen y roban vehículos estacionados en la vía pública. La Policía Federal no daba abasto con los índices de inseguridad insoportables "normales" de cuando hay energía eléctrica. Ahora se encuentran abiertamente desbordados. Miles de familias verán, con tristeza, cómo sus hogares han sido desvalijados y hasta ocupados a su regreso de las vacaciones. Vacaciones que se convertirán en una pesadilla, no solo por el pandemonium que significará cargar nafta para volver sino por lo que les espera en la ahora tenebrosa Ciudad de Buenos Aires. Tal como lo había anticipado nuestro medio, el pasado gobierno de Néstor Kirchner y el actual mandato de su señora esposa se han transformado en una peligrosa alegoría de los tiempos negros de Raúl Alfonsín, quien para muchos ha sido el peor presidente de la historia del país, pero que, a la vista de lo que sucede por estas horas, podría catalogarse de verdadero patriota y estadista. Pero, en este sentido, Alfonsín puede ser considerado un estadista de alto porte. En momentos en que la inflación y la crisis energética destrozaban a la Argentina, el ex presidente dio la cara en reiteradas oportunidades, reconociendo errores y solicitando la paciencia ciudadana. El momento actual no difiere en nada de la crisis energética de los ochenta, salvo por el hecho de que el matrimonio presidencial manipula a los medios y la información que estos publican, a los efectos de suavizar el impacto en el malhumor social. Y esto no implica reconocer cierta habilidad en el dueto que hoy rige los destinos del país. Corresponde, por el contrario, advertir que tal comportamiento, tan típico de viejo patrón de estancia, solo hará más dura la caída. Para las mentes desprevenidas, bien vale la pena insistir en el hecho de que, tanto la crisis energética como económica, solo llevan a episodios más graves de crisis social. El falso consumo del que tanto comentan los medios es simplemente una pantalla : los índices de facturación y crecimiento del consumo son obvios pues se derivan directamente de los precios más elevados a partir de la inflación que castiga a los bolsillos. Los negocios inmobiliarios son solo considerados por las clases más pudientes, y el crecimiento de la telefonía celular ha sido dado también por ellos. Las clases medias y bajas han quedado fuera del sistema, por obra y gracia del Presidente Néstor Carlos Kirchner y su esposa. Resumiendo, los bancos hoy no solo no prestan dinero, sino que lo hacen a cortísimo plazo, dado que los depósitos de grandes inversores son ya inexistentes. Precisamente, los grandes tenedores de dinero son aconsejados por los propios bancos para que envíen el dinero al Uruguay o a Estado Unidos. Nadie se preocupará por el nuevo corralito que atrapará, como siempre, a los ahorristas de clase media que aún se aferran a un puñado de dólares. Por su parte, y en lo que a la crisis energética respecta, se incrementará la escasez de gasoil y naftas súper y normal en las estaciones. Para muchos, será poco menos que imposible retornar a sus ciudades de origen. En sitios como la Capital Federal, el malhumor ciudadano será el peor de los últimos cinco años, durante los meses de febrero y marzo. El propio Gobierno Nacional espera numerosos cacerolazos y continúa rezando para que el calor no obligue a seguir implementando cortes de energía "a la Alfonsín" a miles de usuarios y en forma simultánea. El Ojo Digital anticipó esta situación, y también ha hecho lo propio con la crisis social que se avecina y con el potencial nuevo corralito por venir. Fuentes consultadas desde la propia Administración Fernández admiten la aplicación de medidas draconianas en el corto plazo. Algunos reconocen, por lo bajo, que Cristina Fernández tiene los meses contados. Pero ruegan que sus nombres no se publiquen. El malhumor social será el gatillo. Pero lo que más preocupa a los servicios de inteligencia son los movimientos extraños que se han detectado en el conurbano. Hay quienes sospechan de operativos duhaldistas (es lo que más se teme) pero existen aquellos que conocen en detalle del accionar de agentes chavistas, en plena actitud de reclutamiento. Aunque esta información jamás sea revelada, tiene un rol fundamental a la hora de analizar los eventos que se producirán social y políticamente durante los próximos meses. Al lector cabe recomendarle cautela, que aproveche para cargar combustible en horarios tardíos o después de medianoche, y por supuesto, que no dude en participar en los cacerolazos de su barrio. No importa si se trata de preocupaciones frente a la inseguridad o por cortes de luz sorpresivos. Aunque para la Casa Rosada, la palabra "sorpresivo" no exista.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Sociedad