INTERNACIONALES: POR MATIAS RUIZ, PARA EL OJO DIGITAL

El no a Hugo Chávez y la "revolución bolivariana"

Para muchos, será la noticia del año : los venezolanos rechazaron la polémica reforma constitucional del chavismo. Esta hubiera dado vía libre para restringir aún más la libertad de expresión e incrementar el cerco contra las clases pudientes del país en forma de mayores confiscaciones a la propiedad privada.

21 de Julio de 2010
Dirán los periódicos de esta semana que un 50,7% de venezolanos eligieron rechazar el intento de reforma constitucional de su líder, Hugo Chávez Frías. Nuevamente, se comprobaron episodios fraudulentos del lado del oficialismo, que presionó a los empleados públicos para que votaran por el Sí. El polémico intento de reforma hubiera permitido al actual presidente reelegirse y permanecer en el poder por 7 años más, a la vez que hubiera dado luz verde para el incremento de expropiaciones en el espectro de la propiedad privada. Precisamente, uno de los problemas que enfrentan las clases pudientes venezolanas bajo el régimen chavista es el acoso permanente y la reiterada amenaza gubernamental de expropiaciones de tierras y propiedades inmobiliarias. No es tan criticable el intento oficialista de poner punto final al espinoso problema de las tierras ociosas, pero bajo ningún punto de vista se ha hecho una diferenciación entre aquellos que especulan y aquellos que se han esforzado y que han trabajado duro para tener lo que tienen. El fantasma de la expropiación ha generado olas impresionantes de expatriados venezolanos, diáspora que se ha instalado mayormente en el estado americano de la Florida. Hoy por hoy, los venezolanos de Miami ya superan en número a los colombianos, muchos de los cuales han regresado a partir del "renacimiento" económico que se observa bajo la administración del presidente Uribe. Con el autoritarismo que ya es costumbre, el chavismo y sus referentes han acusado a los venezolanos de Miami de "conspirar" contra su gobierno, cuando lo cierto es que la gran mayoría de esas personas solo han huído por temor a perder aquello por lo que han trabajado. Pues en Venezuela solo existe lugar para los capitalistas que se asocian con miembros del gobierno y la nomenklatura bolivariana. Se ha diseñado un sistema que en mucho se asemeja al modelo chino. En la República Popular China, los miembros del Partido Comunista controlan porcentajes en todas las áreas de negocio de las empresas privadas. Esta situación incluso es tolerada por grandes empresas estadounidenses que se han establecido allí, a partir de que no quieren perderse de participar en aquel fabuloso mercado (y donde obviamente influye, también, la cuestión de los bajísimos costos de producción). En el caso de la bella república caribeña, por ejemplo, los antiguos contratistas de PDVSA (y que trataron con la empresa en tiempos de los presidentes de "la oligarquía") han sido echados virtualmente a puntapiés del país, y las deudas que la petrolera mantenía con ellos fueron eliminadas de un plumazo. Por otro lado, la reforma constitucional hubiera permitido transformar a las fuerzas armadas venezolanas en una suerte de ejército revolucionario, enfocado mayormente en la guerra de guerrillas, pero con la variante de la utilización de equipamiento moderno (que Chávez ya está adquiriendo). La reformulación de las hipótesis de conflicto incluyen la posibilidad de un enfrentamiento directo con fuerzas estadounidenses en tierra y mar venezolanos, y donde el eje hubiera sido el factor petrolero. Los planes del presidente Chávez -muchos analistas así lo han revelado a El Ojo Digital- se basan simplemente en lograr una amplia polarización de la sociedad venezolana, con los sectores de altos ingresos por un lado, y las clases bajas por otro. Como los pobres venezolanos representan más de un 70% de la población -cifra que ha crecido en forma irreversible durante la administración chavista-, Chávez los utiliza para mantener a raya a los empresarios, capitalistas y clases altas en general. Esta es la esencia del neopopulismo latinoamericano : el mantenimiento perpetuo de sectores mayoritarios de la ciudadanía en la pobreza y la degradación más absolutas, con el objetivo de incrementar el propio poder. Chávez controla a los pobres de su país otorgándoles beneficios exagerados pero que en ningún caso les permiten escalar socialmente. La educación se les continúa negando planificadamente y, en el interín, se los desinforma con la herramienta de la "revolución bolivariana", gran parte de la cual reza sobre el conocido odio al rico o el desprecio por aquel que "tiene más". Si bien es aún temprano para hacer futurología, muchos analistas ya se preguntan si acaso el intento revolucionario de Chávez ha recibido su tiro de gracia, ya que él mismo no podrá encarar la continuidad de las reformas si no es presidente. Los intentos chavistas de continuar sembrando revolución en el resto de la América Latina bien podrían quedar en la nada. Habrá que ver ahora cómo harán para subsistir Evo Morales, presidente de Bolivia, y el ecuatoriano Correa, aliados del bolivariano en la región. Los sueños de estos podrían caer como un castillo de naipes si el dinero de Chávez deja de llegar como hasta ahora. Postergado quedará el intento venezolano de construir bases militares en aquellos países. Al menos habrá que rever la estrategia. En cuanto a la Argentina, una Venezuela sin Hugo Chávez perfectamente podría significar el cerrado de la canilla financiera que tan bien le ha venido al Presidente Néstor Carlos Kirchner y que ya empezaba a contar -aún sin tenerlo- su señora Cristina Fernández Wilhelm, presidenta electa. La novedad también podría ser auspiciosa para Petrobras, que en la Argentina venía sosteniendo una pulseada silenciosa con PDVSA para quedarse con el negocio petrolero local. El Presidente Kirchner había tenido la idea de aprovechar su relación con Chávez para frenar la oleada de adquisiciones de empresas argentinas por parte de los paulistas, al tiempo que el venezolano le concedía los más jugosos caprichos en materia de dinero fresco -aunque a tasa significativamente mayor de lo que prestaba el FMI-. Yendo más a lo social, los dolores de cabeza también llegarán para piqueteros, Madres de Plaza de Mayo y grupos izquierdoides y fascistoides que, en nuestro país, gastan sin discreción las partidas de dinero que llegan desde Caracas. La terminación del financiamiento de grupos extremistas argentinos sería una excelente noticia para la democracia local. Y aún restaría saber lo que sucederá con los espías venezolanos que se pasean por el conurbano bonaerense y la Capital Federal como si de su patio trasero se tratara. A este respecto, los servicios de inteligencia argentinos continúan en deuda. No obstante, a la noticia le corresponde una dosis equivalente de cautela : Chávez podría reaccionar negativamente y poner manos a la obra para diseñar algún plan que lo mantenga entre las bambalinas del poder en Venezuela. Pero deberá ser cuidadoso, pues si el modus operandi elegido no fuera democrático, esto llamaría la atención de estadounidenses y europeos y la fiesta se terminaría antes de empezar : Chávez quedaría un paso más adentro del nuevo "Eje del Mal".
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Internacionales