Descontento generalizado con Kirchner en cena de camaradería con militares : el Presidente fue catalogado de persecutor ideológico

Es verdaderamente increíble la manera en que este gobierno, que pregona y gasta fortunas publicitarias en los medios de comunicación y conminando el pago en blanco a los empresarios privados, se constituye en uno de los mayores evasores previsionales. Quien esto escribe y de acuerdo a fuentes del ámbito castrense detectó un profundo descontento en la persistencia de esta actitud, que algunos oficiales de alta graduación calificaron de injusta, persecutoria e ideológica. Ocurre que los retirados de las Fuerzas Armadas de la República Argentina no reciben el correspondiente aumento en haberes de acuerdo a la legislación que los equipara con el personal en actividad. De acuerdo a Clarín, "el gran diario argentino, el porcentual histórico del componente salarial de los militares siempre rondó bajo la estructura de 90% sueldo y 10% suplementos; hoy la ecuación indica que el salario básico propiamente dicho equivale a un 48% y un 52 % está construído en base a sumas fijas no remunerativas, lo cual al momento del retiro condena a los retirados a una virtual situación de indigencia. La única salvedad es que el personal aporta a la Caja de Jubilaciones en actividad y en retiro. Sumado a lo anteriormente dicho, en el decreto 871 de aumento salarial se incorporó a los agentes civiles de inteligencia, comprendidos en el marco de la ley Duhalde (número 25520), que regula el funcionamiento de la totalidad de los servicios de inteligencia incluyendo a la ex SIDE y actual S.I.. Pero debe decirse que la actual Secretaria de Inteligencia percibe sus sueldos en blanco. Esta situación, que ya ha motivado infinidad de querellas judiciales y denuncias hasta en el propio INADI, se está agravando día a día y repercute negativamente en la caja de jubilaciones de Policía Federal, como así también está desfinanciando las obras sociales de las Fuerzas Armadas. Lo más llamativo de este nefasto panorama es la actitud obsecuente de los que dicen llamarse o auto titularse "Jefes de Estado Mayor" de sus respectivas fuerzas, quienes adoptan una actitud de autismo absoluto y en la incómoda pleitesía que rinden al señor Comandante en Jefe, que son incapaces de plantearle la realidad. Verdaderos pusilánimes per se, ciertamente no son capaces de abordar una realidad tan simple como el planteamiento del cumplimiento de leyes laborales. Difícilmente puedan estos hombres conducir fuerzas en una situación de teatro operacional bélico; más les valdría a los militares ser representados por el señor Hugo Moyano, con cuyo liderazgo seguramente obtendrían mejores beneficios. En fuentes del ámbito político, manifiestan que esta situación se da de este modo en virtud de que el primer mandatario detestaría, con junta razón, que llegara un solo peso a manos de militares involucrados en juicios por delitos de lesa humanidad. Es así como el Presidente se asemeja en demasía al pensamiento castrense que reza : "uno comete el error y lo pagan todos", pagando así justos por pecadores. ¿No es acaso más sencillo resolver esta delicada ecuación excluyendo a los involucrados en causas penales y dejando de fomentar indirectamente la lucrativa industria de los juicios contra el Estado? La excepción es que el primer mandatario bien podría escudarse en una suerte de plan siniestro para perjudicar a las futuras autoridades de la nación, amparándose en la descripta industria del juicio. Pero la política de "tirar la pelota para adelante" no estará exenta de dolores de cabeza para esas futuras autoridades, quienes tendrán que hacerse cargo del problema. En la homilía que tuvo lugar con motivo del 191 aniversario del nacimiento de la Patria en Tucumán -cuna de la gesta de la Independencia- Monseñor Villalba alertó sobre "la iniquidad del pago en negro, tanto por parte de empresarios del sector privado como del propio Estado argentino", y destacando que "los hombres y mujeres adultos tienen derecho a una vida digna". Esta situación precedentemente relatada de pagos en negro afecta no solamente a militares, sino también a regímenes jubilatorios como docentes o personal diplomático. El Estado Nacional se apoderó recientemente de aportes de estos sectores que remitían sus fondos a las AFJP y los derivó arbitrariamente a reparto. La pregunta del millón es si acaso ahora se benefician gracias a los millones de pesos que ingresan a las arcas estatales, al momento de su jubilación, ¿se respetarán los porcentuales correspondientes? O, como ocurre actualmente con los uniformados, ¿se les dirá que sus sueldos eran miseria compuestas en su mayor parte de sumas fijas no remunerativas? ¿Qué hacen los gremios de la Argentina? Estos, claramente cuidan los intereses relacionados con sus negocios privados y dejan, al personal que dicen cuidar, a la deriva.