POLITICA: POR HUGO SIRIO PARA EL OJO DIGITAL

Kirchner, Macri y Filmus

Se supone que los primeros cien días de un gobierno son claves, porque es durante esta etapa que disfruta de una "luna de miel" en la que priman los buenos deseos, las ilusiones, la paciencia, el beneficio de la duda, la idea de que "se le tiene que dejar hacer" y no "poner piedras en el camino".

21 de Julio de 2010
Idealmente, si se tiene un paquete ambicioso de reformas, ellas deberían lanzarse durante los primeros cien días, aprovechando esta "buena voluntad" ciudadana y el hecho de que la oposición queda adormecida. Más adelante las cosas serán crecientemente difíciles, las exigencias de la población serán más altas, y la oposición estará mejor preparada. Precisamente, una de las grandes limitaciones que tuvo el gobierno de Anibal Ibarra fue el haber desaprovechado sus primeros cien días de gestión, como consecuencia de la improvisación con la que se gestó su primer gabinete, de su falta de coherencia, de la ausencia de una conducción política firme, lo que se tradujo en una rápida caída en los índices de aprobación a su gestión. La alta popularidad del gobierno nacional se debe entre otras cosas, a la felicidad de los aspirantes, militantes y favorecidos kirchneristas para llegar al poder, contra todo pronóstico que pudo haberse hecho hace apenas unos años. Parece que el presidente se hubiera empeñado en cubrir el vacío dejado por la falta de iniciativas sociales significativas con reiteradas "cortinas de humo", propuestas llamativas y polémicas, pero de escasa viabilidad y sin resultados prácticos. Al mismo tiempo, el gobierno ha forzado negociaciones con el sector privado para, sin romper los contratos vigentes, conseguir algunas concesiones que amplíen sus márgenes de maniobra . Hasta el momento las cosas han sido favorables para el gobierno, en términos de alineamientos políticos. Con la orientación de centro, logró la concertación con la UCR, que esta no podría por lo demás hacer oposición aunque quisiera, al quedar gravemente resquebrajada después de las elecciones anteriores. La falta de decisión en cuanto a hacer del combate a la corrupción un tema central del gobierno ha permitido un acercamiento preocupante de fuerzas pequeñas, pero con pasado dudoso. En medio del desconcierto de las fuerzas políticas supuestamente llamadas a erigirse en la oposición, y de la debilidad de los partidos políticos nacionales existentes, las elecciones provinciales y municipales que se realizaron han tenido un "perfil bajo", dado por la despolitización de las mismas. Las campañas han tenido un cariz regional y local y poco político, por lo que el gobierno apuesta a que, de no ganar las elecciones en la ciudad de Buenos Aires, podrá fácilmente captar a las nuevas autoridades, y así desactivar la posibilidad de construir una oposición desde la ex- Capital Federal. ¿Qué nos espera para el futuro? Considero que una clave para seguir la evolución del gobierno pasa por dilucidar el desenlace de las pugnas entre los distintos sectores del kirchnerismo. El presidente juega a ser árbitro en última instancia de juegos iniciados por cada uno de ellos de manera descentralizada. Creo que el gobierno se siente mejor desde esta perspectiva, antes que asumiendo que todo está fríamente calculado, y que sus segundos sigan desempeñan roles con disciplinada precisión. Antes que "disparar archivos, que nadie resiste", considero más acertado no entrar en simples contradicciones y pensar en nuestro presente y futuro nacional.
Por Hugo Sirio, para El Ojo Digital Política