POLITICA: "DAREMOS UNA PATADA A LOS SINVERGÜENZAS"

Discurso polémico del Presidente Kirchner tras la violencia en el ramal Roca. Incidentes organizados y aprovechamiento político oficial

El Presidente se encuentra ahora, más que nunca, de campaña, y responde con virulencia a los episodios que suscitan el interés nacional. En ocasión del incendio de la estación Constitución, arremetió contra los "responsables" de la década del 90, y ni siquiera se refirió a quienes iniciaron los incidentes en la terminal.

21 de Julio de 2010
Disparó el primer mandatario ayer que "alguno podrá recibir una patada" por el mal funcionamiento de los trenes, para luego arremeter contra el modelo "neoliberal" de los 90, responsable de que en los trenes no viajara nadie, pues poca gente tenía empleo. Existen varias maneras de analizar la noticia. Primero que nada, salta a la vista que el Presidente Kirchner se halla en plena campaña, y que aprovecha cada oportunidad para disparar sobre la oposición, los medios y todo aquel que ose pensar distinto. Pero a esto debe agregarse la mención de un un dato que no es menor : el jefe de Estado exhibió un estado de furia poco común, típico de aquel que sabe que alguna mano negra se mueve en la oscuridad para perjudicarlo. Ataca el Presidente al modelo de los 90, pero tal vez él ha olvidado que ese mismo modelo fue el que le permitió, siendo Gobernador de Santa Cruz, hacerse con la módica suma de US$700 millones, de los que jamás ha rendido cuentas. Los US$700 millones de Kirchner suenan a broma, si se los compara con el millón de dólares que supuestamente el ex presidente Carlos Menem tenía en Suiza. El actual presidente firmó los decretos necesarios para liquidar YPF al cartel mafioso de Repsol a precio vil, y calificó a Menem como "el mejor Presidente de la Argentina". ¿Es que acaso se ha olvidado de este pequeño detalle de la historia reciente? Lo llamativo es que Kirchner utilizó su expresión de la "patada" para referirse a la empresa concesionaria del servicio del ramal Roca, acaso sugiriendo que no están haciendo las cosas correctamente. El transporte ferroviario en la Argentina se encuentra hoy en el estado más calamitoso de los últimos treinta años, y lo que es peor, ese estado actual de cosas se ve alimentado por una política claramente corrupta en materia de subsidios que manejan el Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el Ministro de Planificación, Julio de Vido. Las empresas no invierten pues es claro que, funcionarios de la talla de Jaime se apropincuan de gruesos porcentajes. Tal es la condición sine qua non para recibir un subsidio del Gobierno Nacional, al menos en la Era Kirchner. Y que Joaquín Morales Solá, el nuevo operador político de contrainteligencia de la actual Administración presidencial, no se equivoque : por más que se haga con el poder la impresentable Primera Dama, Cristina Fernández, los negociados de de Vido y Jaime no llegarán a su fin. En la Argentina de hoy, ya es demasiado tarde para esperar a los Reyes Magos, zapatitos de charol en mano y contando los segundos para la medianoche. Hay quienes objetan el discurso presidencial porque, misteriosamente, solo se ha referido al problema de la delincuencia una vez desde el comienzo de su mandato. El Presidente odia más a las fuerzas de seguridad que a los propios marginales. Ni siquiera en episodios como el del día martes en Constitución, se refirió el jefe de Estado al problema de la delincuencia y de aquellos que aprovechan cualquier excusa para destruir propiedad pública y privada. El tema de la seguridad no le preocupa al Gobierno Nacional, no importa cuánto se esfuerce en promocionar lo contrario. El agudo lector deberá observar este dato a la hora de considerar su voto para octubre y la Capital Federal el 3 de junio. De cualquier forma, no sería justo repasar los lamentables hechos de la jornada de ayer sin dar una cuota de razón al Presidente, que sabe que algo oscuro se está gestando y que aprovecha las épocas preelectorales para salir en la primera plana de los diarios. Tiene razón el Presidente cuando cree que hay una mano negra que lo boicotea. Pero no son ni los curas, ni los militares ni los policías retirados de la Bonaerense. Estos últimos están muy ocupados desvalijando countries y haciéndole la vida imposible a los desvalidos ciudadanos de la provincia de Buenos Aires. Porque ni a Felipe Solá ni a León Arslanian les preocupa la falta de seguridad de la ciudadanía. El Gobernador solo se preocupa por cobrar impuestos altos y recaudar más para su pronto retiro. Arslanian, el "ministro de la inseguridad", ya hizo sus millones de dólares en ocasión de la purga de la policía y... continúa escapándose los fines de semana a Punta del Este. Kirchner equivoca el destinatario de su miedo. Llama la atención cuando se lo oye despotricar contra militares y policías retirados y sindicarlos como responsables de los secuestros de testigos en causas relacionadas con los "derechos humanos". Señor Presidente, entiéndalo bien : no solo no existe "mano de obra desocupada" trabajando, sino que, los testigos nunca han desaparecido. La sociedad ya se enteró del autosecuestro de Luis Gerez, y muchos ya saben que Julio López aparecerá artificialmente y que agradecerá a la Casa Rosada el haberlo rescatado. Solo basta saber la fecha -aunque muchos dicen que está previsto para antes de las elecciones presidenciales de octubre- y su paradero actual exacto -aunque ya está entendido que hablamos de Cuba o Venezuela-. El Presidente sabe que los desmanes en las estaciones de trenes de la Capital y el conurbano han sido organizados por elementos de extrema izquierda, el elemento antidemocrático que nunca falta en las manifestaciones violentas. A muchos les viene a la mente la seguidilla de atentados con bombas de relojería que sacudieron algunos cajeros en la Ciudad de Buenos Aires y que se cobraran la vida de un guardia de seguridad. La "obra de arte" fue llevada a cabo por la "Aníbal Verón", movimiento organizado en forma de pequeña guerrilla urbana, furibundos porque el Estado le había levantado los subsidios. Tampoco faltan los impresentables de Quebracho y los operativos del Partido Obrero. Existen personajes del pasado en la Argentina, que aún tienen a mano el manual de Lenin, con el señalador puesto en el capítulo que refiere a las reglas básicas del agitador profesional. Y estamos hablando de gente que "hace bien los deberes", no de Luis D Elía, cuyos mamotretos secuaces apedrearon una comisaría de la Boca y luego otra del barrio de Belgrano. D Elía diría luego que los ataques contra las reparticiones fueron llevadas a cabo por "ciudadanos de clase media, furiosos con la Policía Federal y sus tácticas represivas". En los incidentes del martes en Constitución, las cámaras reflejaron con absoluta claridad a individuos que, no teniendo nada de qué protestar, ni siquiera gritaban ni manifestaban : directamente procedían a destruir y saquear el lugar. Encapuchados e individuos armados con palos pululaban por doquier, en una orgía inacabable de destrucción. Muchos de ellos se movían en forma organizada. Habían también delincuentes comunes que siempre se prestan a episodios como el ocurrido. Un buen trabajo de la Secretaría de Inteligencia y los departamentos de Inteligencia de la Policía Federal coincidirán seguramente con la presente visión. Pero la idea no es elucubrar, sino coordinar los esfuerzos para detener a los promotores que, como es habitual en estos casos, suelen escapar. Finalmente, lo lamentable del hecho es el aprovechamiento político que del tema hizo el Presidente Kirchner. Hubo demasiadas omisiones a la hora de deslindar responsabilidades. Tuvo lugar un ataque innecesario contra la oposición, y hubo nulo reconocimiento acerca del estado paupérrimo del sistema de transporte ferroviario en el país y de la política de subsidios, plena de vicio, que la propia Administración lleva a cabo. Otra cosa es, a la vez, segura : ni siquiera Tom Cruise podrá cumplir la misión de mantener el boleto a precio de 45 centavos.
El Ojo Digital Política