INTERNACIONALES - POR MATIAS RUIZ PARA EL OJO DIGITAL: TRATO HUMILLANTE PARA TURISTAS POR PARTE DE LA EMBAJADA AMERICANA EN BUENOS AIRES

Los actos de Hugo Chávez en la Argentina no salen gratis : Estados Unidos dificulta al extremo el trámite de visado para turistas

Washington ciertamente no ha hecho la vista gorda ante los errores groseros de la política exterior argentina encarada por la Administración Kirchner. Los recientes actos de Hugo Chávez en nuestro país motivaron el lanzamiento no oficial, pero comprobable, de políticas más restrictivas y hasta humillantes para aquellos argentinos que tienen intenciones de viajar hacia el país del norte.

21 de Julio de 2010
En el comienzo de la entrevista con el funcionario de la embajada, la chica se sorprendió por el trato aparentemente cordial del hombre que tenía frente a ella, que le extendió la mano mientras saludaba, lacónicamente, con un "buenas tardes". La joven respondió al saludo y apretó, sin firmeza, la mano del hombre. Acto seguido, el funcionario higienizó sus manos con un gel transparente, mirando a la mujer directamente a los ojos. Un acto tan humillante como innecesario. La joven prosiguió su camino, pensando que lo peor había pasado. Aún faltaban la entrevista final y la aprobación o el rechazo de la solicitud de la visa que le permitiría ir a Seattle de vacaciones. Pero antes de eso, se topó con el "curso rápido de albañilería" -obligatorio para muchos aplicantes para visas turísticas, especialmente si son jóvenes-, curso que se exhibe a través de medios audiovisuales y que tiene una duración de unos cuantos minutos. El visado de la protagonista del segmento inicial de esta historia fue rechazado por segunda vez, a pesar de no exhibir antecedentes penales y de ostentar un estado patrimonial favorable. Minutos antes de recibir la mala noticia, la mujer fue testigo de los modos agresivos del personal de "la Embajada", para con los ciudadanos argentinos que, como ella, sólo pretendían ir de vacaciones al norte. El Ojo Digital también pudo apreciar in situ la evidencia de este maltrato. Existen muchos casos en que, sin motivo aparente, el personal estadounidense se refiere de la peor forma a los aplicantes. Existen, como siempre, casos justificados de personas sospechosas de disfrazar sus objetivos de residencia en forma de intereses turísticos. Pero en la óptica de funcionarios norteamericanos de alto rango y seguramente pertenecientes a lo más alto del cuerpo diplomático en Washington, este tratamiento, que difícilmente puede calificarse de cordial o, incluso, humanitario, tiene razón de ser. Y pocos podrían objetarlo, a no ser, tal vez, que para la objeción utilicen visiones infantilmente ideologizadas y cargadas de discursos anti-Bush, esa que se ve repetidamente en países olvidados de Dios, como el nuestro. Los actos que el impresentable presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha montado en la Argentina, en complicidad con una inexistente política en materia de relaciones internacionales, originada en el Palacio San Martín y la propia Casa Rosada, han derivado en una suerte de interminable pista de obstáculos para aquellos ciudadanos argentinos que pretenden obtener un simple visado. Estos cambios pueden observarse desde hace pocos meses y las autoridades consulares americanas jamás lo reconocerán oficialmente, pero la modificación más visible se produjo apenas finalizada la última visita de Chávez en la Argentina. En aquella oportunidad, el polémico líder de Caracas insultó -desde el estado de Ferro- a George Bush con una renovada gama de improperios, con la misma creatividad que lo había caracterizado en situaciones anteriores, pero con una importante diferencia. Esta vez, el presidente estadounidense se encontraba del otro lado del río, de visita en la República Oriental del Uruguay, para una cumbre de presidentes serios, dicho en otros términos, para verse con Lula da Silva y Tabaré Vásquez. Un analista medianamente inteligente concluirá, para el caso mencionado, que las cosas deben estar muy mal para que un presidente de Estados Unidos visite Montevideo y no haga una escala en Buenos Aires. Lamentablemente, y no importa si nos referimos a la cuestión de las visas turísticas o al tema de los encuentros entre presidentes, lo que Washington piense o deje de pensar de la Argentina, sí importa. La visión que políticamente tiene Washington para con nuestra culturalmente empobrecida nación es importante, pues esa visión se contagia -con la velocidad del pensamiento- al resto de los líderes del mundo desarrollado. No importa que los medios masivos de comunicación argentinos, de permanente arreglo con el poder de turno, enaltezcan la relación del presidente del gobierno español con el primer mandatario argentino, Néstor Kirchner. En el concierto de las naciones industrializadas, Rodríguez Zapatero es percibido como un perdedor de cabo a rabo, un personaje sin importancia que es ignorado por Washington y los líderes europeos e inclusive por Tokio. Y no estamos hablando de la creciente baja en la popularidad de Zapatero en la percepción global de la sociedad española ni de cómo lo desprecian los manifestantes de derecha que se agolpan en las atestadas calles de Madrid. Simplemente, estamos concluyendo que las relaciones entre Madrid y Buenos Aires no tienen importancia estratégica alguna para la Argentina. Tampoco es la idea de este artículo arrojar munición gruesa contra el irreverente líder venezolano. A fin de cuentas, Chávez es un personaje demagogo pero ciertamente hábil e inteligente, que se ha aprovechado de la escasa visión política que es tan propia de los funcionarios argentinos y del propio Presidente de la Nación, para sus propios planes. Porque la Argentina ya no tiene peso alguno en América del Sur. Hoy el líder de la región es, claramente, Brasil, y así se lo ha explicado Bush a Lula, con clarísimas palabras : "Brasil es el encargado de vigilar los procesos democráticos en Sudamérica". Los ciudadanos argentinos continuamos con la miopía de siempre. Financiamos -impuestos mediante y sin chistar- los actos políticos de Chávez y del peor elemento, políticamente extremista, de nuestro país, compuesto de retrógrados piqueteros y falsos luchadores sociales. A la vez, muchos residentes de la Capital Federal -desentendidos, como siempre, de la importancia de los procesos democráticos- votarán en junio al candidato oficialista Daniel Filmus, a pesar de que éste recibe apoyo irrestricto de grupos piqueteros, espaldarazo que exhibe con absoluta impunidad y desvergüenza. ¿De qué sirve la queja, si la propia ciudadanía es la que alimenta sus problemas de cada día? Los actos de Hugo Chávez no hacen daño a la dirigencia política de turno, que pululan por el mundo degustando caviar en aviones de primera clase y que ostentan orgullosamene sus pasaportes diplomáticos. El peso recae sobre las espaldas de aquellos que, habiendo trabajado duramente durante todo un año o más, deben batallar frente a embajadas extranjeras por un sellado que les permita pasar unos pocos días en el exterior. La opción, claramente, ha dejado de ser Uruguay, bloqueado en sus accesos terrestres por un grupo minúsculo de personajes mediocres con mucho tiempo de sobra para tomar mate y cortar rutas. Pocos años han pasado desde la desaparición del programa preferencial de visado para turistas argentinos, que en su momento Washington concedió a nuestro país como consecuencia de las tristemente célebres "relaciones carnales" de Di Tella. Ha pasado poco tiempo, pero mucho más ha ocurrido en ese interín. Hasta hace dos años, era absolutamente normal obtener un visado en calidad de turista por cinco o por diez años para viajar a Estados Unidos. A partir de que la Administración Kirchner incrementó los lazos con el gobierno chavista, la dificultad en el trámite se convirtió en una escandalosa pendiente. Hoy, la mayoría de las visas se otorga por períodos de no más de cuatro meses. Pero el maltrato comenzó a evidenciarse mayormente a partir de transcurridos pocos días luego del acto del presidente venezolano en Ferro, junto con piqueteros, "luchadores sociales" de frondoso prontuario y agrupaciones de "derechos humanos". La cantidad de visados rechazados se incrementó hasta abarcar a más de la mitad de los aplicantes. En el hipervigilado edificio sito en Colombia al 4300 no escasean las escenas de llantos y discusiones a viva voz, gatilladas por la furia de personas que no pudieron obtener aprobación para su ingreso en América del Norte. Muchos califican el trámite como más estresante que una entrevista laboral. Por si lo descripto hasta aquí fuera poco, el costo del papeleo se encareció notablemente, pues, además de los cien dólares que deben abonarse mediante depósito en Citibank, es necesario adquirir un PIN que permite al aplicante realizar el llamado telefónico que le dará una fecha para la entrevista. Todo ese dinero se pierde si la persona no llega al horario previsto, o bien si su aplicación es rechazada. Con todo, no está de más referirse al modus operandi de los empleados de la embajada americana, que parece seguir cierto patrón de "policía bueno, policía malo". De acuerdo al día de la semana de que se trate, los entrevistadores se acogen al rol del "bueno" o el "malo", independientemente de la persona que tengan en frente. El rol del bueno es comportarse empáticamente, y hasta con una elevada dosis de comprensión para con el aplicante. Incluso si su visa es rechazada, el "bueno" no utilizará malos modos para comunicarle la mala nueva. Por el contrario, el "malo" maltratará y hasta humillará al potencial receptor de la visa. La cuestión no sería tan grave si el maltrato quedara relegado solamente al estilo de comunicación utilizado por el empleado. El problema es que el "malo" en ningún caso será tolerante, y si el aplicante exhibe nerviosismo, se encuentra tenso o responde erróneamente, recibirá una poco cordial respuesta de rechazo de su visado. Cabe destacar que los hombres y mujeres de negocios no tienen, en forma alguna, garantizada su visa, sin importar que estén esponsoreados por la filial americana de su empresa, si fuera este el caso de su situación laboral. No existen trucos para obtener la aprobación para cualquier categoría de visados de la embajada. A este respecto, solo puede afirmarse que los antecedentes penales son decisivos. Viajar con toda la familia y no presentar pruebas confiables en materia patrimonial también será garantía de rechazo. Con respecto al punto de los antecedentes, y citando las palabras de un conocido analista de temas internacionales, en contacto permanente con El Ojo Digital : "a pesar de lo que muchos simpatizantes de la izquierda dura que pueda haber en el actual gobierno, la Argentina siempre será un país satélite de los Estados Unidos de América". Nuestro contacto se refería, por elevación, a la sencilla cuestión de que los archivos de la Policía Federal Argentina pueden ser accedidos por el FBI estadounidense en cualquier momento. Incluso más : al momento de llegada a la entrevista a la embajada, los funcionarios que allí se desempeñan ya lo saben todo con respecto al aplicante. Conocen no solo sus antecedentes penales, sino también su estado financiero y patrimonial general, y su estado marital -ya sea que se haya divorciado o separado recientemente-, con lo cual no es buen negocio tratar de engañarlos. Lo cierto es que, en un 70%, el empleado del iluminado edificio de Colombia al 4300 tiene ya su decisión de aprobación o rechazo tomada, más por lo que le indica el sistema que por las decisiones que él o ella decidan tomar. Existen, no obstante, protocolos para que el receptor del trámite considere si el aplicante merece ser rechazado debido a que su comportamiento durante la entrevista resulte sospechoso o si la persona se desempeña con nerviosismo al momento de hacérsele preguntas. Detalles aparte, ya no caben dudas al respecto de la percepción que las autoridades políticas de otras naciones tienen frente a la Argentina. Al revés de lo que medios importantes piensan, esta percepción se refleja en los pequeños detalles como el tema tratado aquí, y no tanto en las expresiones de diplomáticos, siempre reacios a provocar polémica.
Por Matias Ruiz para El Ojo Digital Internacionales