POLITICA: EL JEFE DE GOBIERNO PIERDE POPULARIDAD Y ACUSA GRAVES DESMANEJOS DE PRESUPUESTO

Jorge Telerman y el nuevo revalúo inmobiliario. El fantasma de Fernando de la Rúa

La popularidad del Jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, comienza a caer violentamente en encuestas privadas. Y esto es palpable en la calle. Pero el reemplazante de Aníbal Ibarra ya prepara el golpe para antes de abandonar el poder : un nuevo revalúo inmobiliario, al mejor estilo Fernando de la Rúa.

21 de Julio de 2010
Jorge Telerman reemplazó al insufrible Aníbal Ibarra sin la fuerza de los votos -hay que decirlo- pero debe reconocerse que su desempeño fue bastante auspicioso. De este bon vivant y caballero de gustos impecables poco conocían los porteños que se desayunaron con su presencia en los despachos, apenas liberado Ibarra de sus obligaciones. Telerman inició su trayecto poniendo un importante énfasis en la cultura y los espectáculos públicos y la infraestructura -repavimentación de calles y reparación de veredas-. La percepción de los residentes de la Capital Federal era de alivio, pues -"afrancesado" o no-, Telerman respondió de la mejor manera. Al menos, mucho mejor de lo que se esperaba. Incluso la atención en las oficinas del gobierno porteño y centros de gestión y participación se ha visto mejorada en forma notoria, y se sabe que el origen de ello son las instrucciones dadas por el mismísimo Jefe de Gobierno, que decidió que la administración pública claramente debía participar del proceso de cambio. En definitiva, Jorge Telerman iba por el mejor de los caminos. Líneas favorables ha dedicado El Ojo Digital al nuevo Intendente en su momento, y muchos estábamos dispuestos a perdonarle que fuera dueño de La Trastienda y otros boliches icónicos y representativos de la noche porteña. Pero la soberbia termina por echar sus garras en todo el mundo, y algunos caen en sus encantos antes de tiempo. Tal es el caso de nuestro afrancesado alcalde, que hace no mucho tiempo viene suspirando de preocupación por el eterno problema de las finanzas de la Ciudad de Buenos Aires. Al igual que a todos los argentinos, a los porteños también se nos ha engañado desde la Jefatura en forma sucesiva. Se nos ha hecho creer que Buenos Aires es deficitaria cuando esta ciudad no puede serlo jamás, dados los ingentes ingresos que administra y la enorme variedad de recursos de que dispone. Lo propio se ha hecho -pero a niveles más graves- con la provincia de Buenos Aires de Felipe Solá. La Ciudad de Buenos Aires sufre del grave problema de la corrupción y de los ñoquis, problemas estos que han empeorado en la época de Fernando de la Rúa y que se han hecho ver con mayor notoriedad durante la administración de Aníbal Ibarra. Ibarra sentenció a Telerman de traidor, por continuar lo que era "de él", ignorando el hecho de que la Constitución así lo ordenaba. Aníbal Ibarra, en su sofismo digno de admirarse, lo tergiversa todo y al día de hoy sigue promocionando falsas encuestas al respecto de que "la gente" no lo quería fuera de la Jefatura de Gobierno. Lo que Aníbal critica de su discípulo Telerman es que ha tornado una administración superavitaria en una con amplísimo déficit. Pero Ibarra olvida que la Ciudad no cayó en default gracias al Gobierno Nacional, que se plantó en forma patoteril frente al mundo y declaró que no pagaría más deuda -ni siquiera la contraída en forma legítima-. Esto le dio respiro a Aníbal pues ya no estaría apretado para pagar intereses de deuda internacional. No conforme con ello, Ibarra protagonizó una de las mayores subas de impuestos en Capital Federal, disparando las tasas de Rentas hasta niveles insoportables, y creando impuestos nuevos como el que deben abonar los que viven en las cercanías de una boca de subterráneo. ¿Por qué Ibarra dispara munición gruesa contra Telerman? Porque Jorge Telerman ahora administra los dineros negros de los "amigos" de la gestión en el Banco Ciudad de Buenos Aires, el dinero de coimas que proviene de los pubs, discos y boliches, y, como no podía ser de otra manera, la "gallina de los huevos de oro" de toda Alcaldía porteña : el dinero contante y sonante -por el que muchos se pelean- cuyo origen es los casino y salas de tragamonedas. Es que, en definitiva, esta es la polémica y lo que el sofismo de Aníbal Ibarra jamás lograrán ocultar. El desastre de Cromañón desnudó lo que muchos ya sabían : el esquema perfectamente aceitado de corrupción que todos los intendentes han manejado desde tiempos inmemoriales, basado en recaudación de coimas y sobornos de todo tipo y color. Dineros que son triangulados por el Banco Ciudad y que terminan en cuentas personales de los intendentes y que son finalmente giradas al Caribe y a Suiza. ¿No es cierto Aníbal? Existe, en estas líneas, una intención en modo alguno solapada de nuestra parte para "defender" a Telerman de tanto ataque por parte de su patético predecesor. Pero Jorge Telerman, debe decirse, no brilla a la hora de manejar los números de la Capital. El "afrancesado" está pleneando una movida de lo más violenta contra los intereses de los ciudadanos : hay un nuevo revalúo inmobiliario en camino, que será extremo y que terminará por disparar los fondos que los porteños dilapidamos anualmente en impuestos. Y está bien utilizada la palabra "dilapidar" pues, como bien se ve, estos impuestos no vuelven, como debería ocurrir. Nadie ha hecho nada para regular las actividades de los cartoneros, la suciedad de las calles es récord y la basura acumulada se cuenta por toneladas, no dando abasto el servicio de recolección. Buenos Aires ya no es la ciudad europea que vimos por última vez en los años 80. Ahora se ha transformado en una capital centroamericana, inundada de rateros, asesinos y piqueteros que ni siquiera viven en la Ciudad y que vienen aquí a "trabajar", gentileza del Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá. El revalúo ya está apropiadamente arquitecturado y contemplado -aunque sin utilizar este nombre- en las modificaciones del Código Fiscal de 2007. Tal como lo informa el artículo presentado por Ignacio Silvera, de www.noticiasurbanas.com.ar, las modificaciones incluyen trabar embargos de cuentas o activos bancarios, gravar con el impuesto de Sellos a las escrituras de más de 200 mil pesos, a las transferencias de jugadores de fútbol y a los alquileres comerciales de inmuebles, y aumentar más de 50 por ciento los montos de algunos tributos. En cuanto a los impuestos, el Gobierno de la Ciudad pretendería que se aumente un 52 por ciento el costo de los permisos para la construcción de departamentos catalogados como de tercera categoría o confortables. ¿Por qué tanta saña de la política para con sus gobernados? Muy sencillo : las encuestas no dan como ellos quisieran. Ya lo ha hecho el impresentable Felipe Solá con su nuevo paquete de impuestos distorsivos que no son otra cosa que un castigo a la "riqueza" -material del que se informa en nuestro medio-. Solá arrojó con violencia los papeles que le mostraban un rechazo masivo de la ciudadanía bonaerense a su re-reelección, y decidió vengarse. Solá olvida que, en ocasión de reunirse con Juan Carlos Blumberg en una manifestación a la casa de la Provincia de Buenos Aires, lloró frente al ingeniero para que le permitiera "terminar su mandato". Su comportamiento es digno de los maníacos depresivos. Pero el comportamiento de Telerman no es tan binario. Es un hombre inteligente. Pero los sapientes no tienen cabida en la confortable tienda de los Kirchner. El Presidente ya mandó decirle que no lo apoyará para una elección porteña, y que hará fuerza por el inexistente Daniel Filmus. Todo esto, a pesar de que el "afrancesado" figura mejor en las encuestas que cualquier otro candidato oficialista. De todos modos, aún cuando se presentara con apoyo oficial, Mauricio Macri lo pasaría por encima. Pero Macri irá por la Presidencia, eso lo saben todos sus colaboradores. Telerman podría tener una chance. El caso es que nuestro actual Intendente va mal en lo que tiene que ver con imagen pública. Las subas de impuestos para el nuevo año -de las que ya se ha enterado el público- han contribuído a la baja. Para ello también han colaborado la reaparición de los piqueteros y el incremento de la delincuencia. Lo más interesante, tanto de Telerman como del propio Kirchner, es que jamás hablan de la cuestión de la inseguridad que sufren la Capital Federal y las provincias en su conjunto. Este tema también los amenaza y, sin embargo, no le dedican tiempo ni en sus discursos ni en la acción. Allá ellos. Tampoco está prevista la manera en que los cortes de energía afectarán la imagen del alcalde. Dicen que el fantasma de Fernando de la Rúa se pasea por la Casa Rosada y por la Jefatura de Gobierno. Pero no son idénticas apariciones. La que sobrevuela los despachos de Telerman se parece al de la Rúa intendente. La que se pasea por la Rosada tiene una semblanza más cercana al Fernando de la Rúa que se escapara en helicóptero...
El Ojo Digital Política