INTERNACIONALES: ANUNCIO HABER IDENTIFICADO A TERRORISTA QUE SE INMOLO

Poco creíble afirmación del fiscal de la causa AMIA

La afirmación del Fiscal Alberto Nisman al respecto de que se identificó a un supuesto terrorista que se inmoló para volar la AMIA suena a operación política del oficialismo más que a una búsqueda sincera de la verdad. Los familiares de las víctimas son usados una vez más.

21 de Julio de 2010
Un portavoz de la colectividad judía calificó el jueves como "un avance importante" el anuncio hecho en la víspera por un fiscal en lo penal, quien aseguró que fue identificado finalmente el conductor suicida que se inmoló el 18 de julio de 1994, causando la demolición del edificio de la mutual AMIA y provocando la muerte de 85 personas, en el peor atentado terrorista en los anales argentinos. No obstante, surgieron simultáneamente dudas sobre esa identificación, anunciada por el fiscal Alberto Nisman, quien aseguró que el conductor suicida de la camioneta era Ibrahim Hussain Berro, de 21 años, miembro del grupo islámico Hesbollah. El presidente de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) Luis Grynwald, declaró a la prensa que con el anunció del fiscal Nisman, "es un avance importante, se ve algo de luz en el camino y es una luz de esperanza". La colectividad judía expresó estos años su contrariedad por la lentitud de la investigación judicial, que finalizó el año pasado con la liberación de los únicos detenidos en la causa, debido a serias irregularidades procesales. Pero se conocieron el jueves cuestionamientos al anuncio del fiscal, fundados en que las pruebas resultarían insuficientes. El fiscal Nisman basó su anuncio en que una fotografía del supuesto conductor suicida, proporcionada al FBI en Detroit, Estados Unidos, por dos de sus hermanos, resultó muy parecida a un retrato elaborado con el testimonio de una mujer que vio el rostro del conductor de la camioneta, segundos antes de que estallara frente al edificio de la AMIA. Sin embargo, la testigo María Nicolasa Romero, enfermera de la policía, admitió el jueves que "no está totalmente segura" de que la fotografía difundida de Ibrahim sea la misma persona que vio en la camioneta. "Más o menos tiene las mismas características, pero no podría asegurarlo sin margen de dudas, porque pasaron 11 años", afirmó". Radio Continental de Buenos Aires se comunicó telefónicamente el jueves en Detroit con Abbas Berro, uno de los hermanos del supuesto conductor, quien dijo que la foto difundida no es la que entregaron a las autoridades. "Ibrahim no tuvo nada que ver con eso", expresó. El periodista Raúl Kollmann, que desde hace varios años investiga el atentado contra la AMIA, declaró a la AP que las evidencias aportadas por el fiscal "se basan en un informe anterior elaborado por el Mossad (servicio de inteligencia israelí), pero las pruebas no son concluyentes y deberán ser plenamente corroboradas". Kollmann calificó de "más que dudosa" la identificación hecha por la testigo que vio al conductor del coche bomba segundos antes del estallido. Sostuvo que la única prueba definitiva sería un análisis de ADN, con la sangre entregada en Estados Unidos por uno de los hermanos de Ibrahim, comparada con los restos humanos encontrados dentro de la destrozada camioneta entre los escombros de la AMIA. El escritor Juan Salinas, autor de un libro sobre el atentado, también cuestionó los anuncios del fiscal Nisan. Dijo estar seguro de que los atentados tanto contra la AMIA, como el cometido dos años antes contra la embajada de Israel, que sigue impune, no fueron obra del fundamentalismo islámico. Los atribuyó en cambio a "un ajuste de cuentas" con el gobierno del entonces presidente Carlos Menem, proveniente de sectores relacionados con el narcotráfico y con la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Salinas también aseguró que no hay pruebas, contrariamente a lo que dijo el fiscal, de que Ibrahim Berro hubiera estado en la Argentina o que hubiese ingresado por la denominada "triple frontera", que este país comparte con Brasil y Paraguay. Los relatos de investigadores y testigos sólo logran arrojar más dudas sobre el espinoso tema de la AMIA, y la conclusión más evidente que puede extraerse de la presente noticia se relaciona con la posibilidad de una operación por parte del Gobierno para "quedar bien" con la comunidad judía. La colectividad israelita argentina fustigó reiteradas veces al Presidente Kirchner, dado que la nebulosa en torno de las investigaciones se hace cada vez más espesa, y que el Gobierno no ha hecho aportes importantes al esclarecimiento de la causa. De hecho, la comunidad judía del país no olvida el episodio en que el Presidente Kirchner aseguró públicamente disponer de unos cassettes que arrojarían más luz sobre lo ocurrido en la mutual israelí. El resultado fue que Kirchner malinterpretó una información recibida, y en realidad tales grabaciones no existían. Los interrogantes del caso AMIA se cuentan por miles, no así sus respuestas. Al día de la fecha, los expertos en el tema se preguntan por qué periodistas como Alfredo Leuco, Raúl Kollmann, Román Lejtman y otros, continúan insistiendo en la hipótesis de la Renault Traffic y la pista iraní con conexiones locales. En su completa ignorancia, estos comunicadores optaron por descartar los resultados brindados por expertos de Renault que descartaron de plano el uso de un modelo Traffic como "autobomba". También eligieron promocionar -con una ingenuidad más característica de un infante, antes que de un periodista profesional- la falsa idea de la "conexión local", dado que el terrorismo árabe siempre actúa en soledad y con sus propios operativos. ¿Cómo irían a confiar los fundamentalistas árabes en la torpeza de policías bonaerenses argentinos? ¿Cómo podrían reclutar "carapintadas", como señalaron estúpidamente muchos periodistas de Página 12? En esta orgía de desinformación, el sector más reaccionario de la colectividad judía argentina también tiene responsabilidad, pues continuamente se esfuerzan en promocionar su propaganda de odio hacia los musulmanes y especialmente Irán. A todas luces, los objetivos de los bandos en pugna mencionados, solamente logran desviar las miradas investigativas más acertadas, que relacionan el atentado de la AMIA con un lógico pago de cuentas al gobierno de Menem, quien no dudó en traicionar a los intereses de Siria, Egipto e Irak, que esperaban contar con tecnología misilística de origen argentino para poder hacer frente a los israelíes en caso de conflicto.
El Ojo Digital Internacionales y El Nuevo Herald de Miami