POLITICA: A MENOS DE UNA SEMANA DE LAS ELECCIONES

Kirchner cargó duro contra los porteños

El Presidente Néstor Kirchner aprovechó un acto proselitista en el estadio de Argentinos Juniors para despacharse contra los porteños : les echó en cara haber elegido a de la Rúa, Menem, Erman González y Olivera en pasadas elecciones. De paso, acusó a los porteños de no tener memoria. Una movida desesperada ante la derrota anunciada de Bielsa y el hecho de que la Capital Federal no simpatiza con el Presidente.

21 de Julio de 2010
El Presidente Néstor Kirchner utilizó el estadio del club Argentinos Juniors anoche, para lanzarse a una táctica desesperada que lo salve de una humillación electoral segura de cara al próximo domingo de elecciones. En el tono acusador e intolerante por el que ya es conocido tanto puertas adentro como internacionalmente, Kirchner pidió a los porteños que voten a su candidato, el Canciller Rafael Bielsa, el fin de semana que ya está próximo. Pidió a los porteños que "tengan memoria" -mensaje que se puede interpretar sin tapujos como "esta vez voten bien y no como suelen hacerlo"- y que no otorguen su voto a "los descendientes de De la Rúa, Menem, Erman González y Enrique Olivera". Pero sin dudas, el momento más risible sobrevino cuando sentenció que Rafael Bielsa "está dos o tres puntos más arriba, pero algunos lo quieren tapar". Lo que no fue llamativo del mencionado acto es que los asistentes fueron piqueteros -entre los que participó gente del violento Luis D Elía-, y gran parte de lo peor del gremialismo y el activismo vigente en el país -judiciales y bancarios, del grupo del eternizado Juan José Zanola-. Movida desesperada La verborragia del Presidente se exhibió con un voltaje más elevado que el de costumbre, y tal explosión está refrendada por un hecho que no es menor, y que los titulares de Clarín y otros periódicos intentarán obviar el día lunes : que los ciudadanos de la Capital Federal, en su mayoría no simpatizan con las políticas del Presidente Kirchner. ¿Cómo harán los medios para minimizar un hecho de semejante importancia? Todos saben que la cuestión capitalina quedará obviamente en un segundo lugar mediático, pues la "madre de todas las batallas" tendrá lugar en la Provincia de Buenos Aires. Las únicas encuestas creíbles hablan de una diferencia menor de la que se piensa, entre Cristina Fernández e Hilda "Chiche" Duhalde. Pero, aunque una diferencia de 10 puntos resultaría una derrota para el Presidente, los periódicos como Clarín, La Nación y otros harán valer los dineros oficiales recibidos y promocionarán los datos como una poderosa victoria oficialista. Dicho sea de paso, sería ingenuo dejar de lado el hecho de que, hoy por hoy, la Capital Federal está preparada para escuchar con más atención a los planes de Mauricio Macri, antes que a un "progresismo" ibarrista y kirchnerista que decididamente ya no tiene espacio entre los porteños. Asimismo, los resultados de la Capital Federal arrojarán una fuerte luz sobre la mentira que significan los supuestamente "elevados" índices de popularidad del Presidente, de los que se han dicho superan el 70%. ¿Cómo podría tener semejante popularidad un Presidente cuyo principal candidato queda tercero cómodo? Y más teniendo en cuenta el titánico esfuerzo que ha hecho Kirchner para aparecer detrás de su "ave de corral" Rafael Bielsa. La ciudad que ya no es La Ciudad ha debido soportar todo tipo de ataques de parte de funcionarios oficiales, que vienen burlándose constantemente de los reclamos en materia de seguridad que los porteños esgrimen en cada ocasión posible. Los niveles de violencia urbana se han incrementado hasta límites insoportables en la Ciudad de Buenos Aires, siendo el actual el peor año desde el retorno de la democracia. Poco ha quedado de aquella ciudad segura, la más segura de Latinoamérica y que precisamente era visitada por la amabilidad de los porteños y por el aire de tranquilidad que se acostumbraba respirar. Actualmente, incluso los secuestros han llegado a la Capital Federal -contagiada por el descontrolado Conurbano Bonaerense-, a la vez que las garantías de que disfrutan contraventores y delincuentes son cada vez más disparatadas. Hoy, los relatos de inseguridad más conocidos provienen de las víctimas de robos por parte de taxistas, de "motoqueros" que van en grupos de a dos vehículos y sustraen relojes, a la vez que golpean brutalmente a sus víctimas. Limpiavidrios y cuidacoches -sistema alimentado por Aníbal Ibarra- también han protagonizado episodios en los que destruyen los automóviles de quienes no les dan monedas, y cada vez que pueden, agreden a sus titulares. Y todo esto dejando de lado a supuestos "artesanos" y vendedores ambulantes que eligen el lugar que se les antoja para vender sus mercaderías -sin pago alguno de impuestos-, y que se burlan de las fuerzas de la ley que tiene la incómoda tarea de mudarlos. La Ciudad, resignada al abandono de la "no gestión" que encabezó desde siempre Aníbal Ibarra, ha debido tolerar no sólo niveles inéditos de seguridad, sino también el acoso permanente de piqueteros -que cortan calles y atacan a peatones y automovilistas-, que disfrutan de hacerles la vida imposible a los porteños, aunque ninguno de ellos reside en el distrito federal. Y sus movilizaciones estuvieron permanentemente digitadas y cobijadas desde el propio Gobierno Nacional -léase Presidente y sus funcionarios-. También puede culparse por el estado de la Ciudad -y sin temor al error- al patético "progresismo" oficial, tradicionalmente disociado de los reclamos de los porteños. Ese mismo progresismo que ha alentado el mamarracho del código de convivencia y un sinnúmero de protestas piqueteras, de gays y toda suerte de grupos violentos -incluyendo la destrucción de la Legislatura-, y que se las ha ingeniado para engañar a la opinión pública, promocionando mediáticamente que sus ideales echaron raíces en la sociedad. En conclusión, puede decirse que hay dos grandes temas que se revelarán como absolutas mentiras después de este domingo : que la centroizquierda y el progresismo pisan fuerte en Capital Federal, y que el Presidente Kirchner tiene una popularidad del 70% o más. ¿Cómo podrían venderse como ciertas ambas expresiones, en un escenario de derrota?
El Ojo Digital Política